Los colectivos sanitarios llevan años advirtiendo del problema de falta de personal que se está dando ya en varias áreas de la medicina en Galicia y, en concreto, en la atención primaria, la puerta de acceso al sistema para los pacientes. La pandemia dejó estos servicios colapsados y esa situación sigue sin superarse. En medio de las quejas recurrentes, el Servizo Galego de Saúde (Sergas) ha lanzado a la población el mensaje de que ha de asumir que no habrá un pediatra en todos los centros de salud. Y el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha confirmado que comparte “totalmente” esta postura y que los niños de multitud de poblaciones tendrán que desplazarse para que los atienda un profesional especializado en ellos.
Las declaraciones realizadas por la nueva gerente del Sergas, Estrella López-Pardo, en una entrevista en el periódico La Voz de Galicia, desataron las críticas en la oposición, que consideraron el planteamiento de una “gravedad extrema”. Para Alfonso Rueda, sin embargo, esta reflexión -la de cómo organizar a los pediatras de primaria renunciando a que estén cubiertos todos los centros de salud- es “muy conveniente”.
Su descripción del problema es la misma que la que hace con los médicos de familia y es que no hay suficientes: “Ojalá los hubiera”. En el caso de estos últimos profesionales desvía las responsabilidades al Gobierno central, al que insiste en pedirle que aumente las plazas de formación. Organizaciones sectoriales y sindicatos, sin embargo, apuntan a las malas condiciones y la precariedad en el Sergas.
La idea de que no puede haber un pediatra en cada centro de salud no es, defendió Rueda, “la opinión de la gerente del Sergas; es la opinión de la mayoría de los pediatras gallegos”. Añadió que lo realmente importante es la “calidad asistencial”, algo que dijo que también es la preferencia de la gente “por encima incluso de la proximidad”. No aclaró cuál es su propuesta para garantizar esa calidad con un número de profesionales que él mismo considera insuficiente.
El planteamiento de fondo es que, ante la escasez de trabajadores, estos deben atender en localidades de mayor tamaño al mismo número de niños y que los menores deberán trasladarse hasta esas instalaciones: “Si no hay pediatras suficientes lo que hay que hacer, por encima de todo, es mantener la calidad asistencial”.