“No me consta que el director xeral de la CRTVG, o al menos no se dirigió a mí directamente, haya dicho que ya llegó al final de su trabajo”. Así alejó el presidente de la Xunta en funciones, Alfonso Rueda, la posibilidad la un cambio al frente de los medios públicos gallegos tras 15 años al mando de Alfonso Sánchez Izquierdo. Y ha vuelto a defender la labor del jefe de la Televisión y la Radio Galegas aferrándose a los datos de espectadores y oyentes: “Las audiencias dicen que hizo un magnífico trabajo”.
No es la primera vez que Rueda cita las audiencias para justificar la continuidad de Sánchez Izquierdo y posicionarse de su lado frente a las críticas por los varios procesos judiciales contra la corporación o las más de 300 semanas de protestas -con huelga incluida- de los trabajadores por lo que consideran manipulación informativa.
En respuesta a una pregunta sobre si la legislatura que está a punto de empezar -el lunes se constituye el nuevo Parlamento- podría traer cambios en entes como la corporación que dirige los medios públicos, Rueda se remitió a que no le ha llegado información acerca de una supuesta intención de Sánchez Izquierdo de abandonar el puesto que ocupa de forma “transitoria” y por el que recibió una retribución superior a los 100.000 euros en 2023.
Sánchez Izquierdo fue nombrado por Alberto Núñez Feijóo en 2009. Dos años después, el Parlamento aprobó la Lei de Medios de Galicia que fija que el nombramiento del director xeral de la CRTVG ha de hacerse por mayoría cualificada. Ese consenso entre los grupos parlamentarios no se logró, de modo que en 2016 la Xunta aprobó en la conocida como ley de acompañamiento a los presupuestos una reforma por la puerta de atrás. El titular del cargo podría seguir en él “transitoriamente” hasta que se lograse un acuerdo. En virtud de esa disposición, continúa al frente de los medios públicos a día de hoy. Si se quisiera ir, añadió Rueda, supone que se lo diría.
Sobre la posibilidad de alcanzar un consenso en esta nueva legislatura con los grupos de la oposición, BNG y PSdeG, Rueda envió la pelota al tejado de estas dos formaciones: “Depende de las ganas reales de las otras fuerzas”. En cualquier caso, avisó de que el acuerdo, de cerrarse, tendría que ser “respetando la proporcionalidad del resultado electoral”.