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El PSdeG encara su congreso sin solución a la fractura y con Gonzalo Caballero instalado en la resistencia interna

Gonzalo Caballero (izquierda) y Valentín González Formoso durante el debate previo a las primarias del PSdeG

Gonzalo Cortizo

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El Partido Socialista de Galicia celebra a partir de este martes el Congreso que confirmará el liderazgo de Valentín González Formoso en medio de una guerra sin precedentes ni garantías de aplacar la resistencia interna que Gonzalo Caballero, derrotado en las primarias, ha planteado frente a la nueva dirección. Caballero y sus fieles amagan con presentar una lista alternativa a la del nuevo líder para algunos de los órganos cuya composición se decidirá en ese congreso: el comité nacional de la formación (máximo órgano entre congresos), el comité de garantías o la comisión de listas. El acuerdo parece lejano, teniendo en cuenta la escalada de tensión con la que las dos partes llegan a la cita.

El malestar desde las primarias ha sido de tal calibre que la dirección de Ferraz decidió tomar cartas en el asunto al imponer una comisión organizadora del Congreso, atribuciones que en principio deberían corresponderle a la ejecutiva saliente. Un dirigente del PSOE próximo a la nueva dirección resume en conversación con elDiario.es el estado de cosas del siguiente modo: “Va a ser difícil integrar a Gonzalo si él no se quiere integrar. Está actuando como Trump; cree que le han robado el poder cuando en realidad lo ha perdido en una votación lícita”.

En una entrevista en elDiario.es a las pocas horas de vencer en las elecciones primarias celebradas a finales de octubre el ganador, Valentín González Formoso, no acertaba a confirmar si era ya el nuevo líder del partido. A la pregunta de quién era el secretario general del PSOE gallego sus palabras fueron las siguientes: “Creo que ya soy yo”. Mientras tanto, el derrotado en ese proceso interno, Gonzalo Caballero, iniciaba una estrategia de resistencia proclamándose como ganador en la mitad de Galicia y buscando una trinchera de resistencia en el grupo parlamentario, uno de los únicos reductos bajo su control.

Pese a la derrota, Caballero siguió operando como líder del socialismo gallego: empezó a presentarse en eventos sociales como entregas de premios periodísticos, mantuvo una agenda frecuente de comparecencias ante la prensa como portavoz del grupo y no dudó en ofrecer propuestas políticas a Alberto Núñez Feijóo, no siempre consensuadas con el nuevo mando en el partido.

Tras el congreso de esta semana Formoso tiene previsto relevar a Caballero de la primera línea en el trabajo parlamentario de oposición pero no lo tiene fácil. Los dos nombres que suenan para enfrentarse a Feijóo en los debates parlamentarios son el lucense Luis Álvarez y el actual portavoz de Sanidad, Julio Torrado. A la nueva ejecutiva le corresponde decidir quién será el nuevo portavoz pero esa orden debe ser asumida por un grupo parlamentario que aún controla Caballero. Del volcán socialista sigue manando lava sin previsión de un final cercano y en el entorno de Formoso hay temor de que el órdago se convierta en rebelión con trinchera en el Pazo do Hórreo.

De nada han servido los mensajes lanzados desde diferentes ámbitos del PSOE llamando al repliegue de Gonzalo Caballero. El último en enviar la idea fue el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, que el pasado viernes afirmó: “Hay que saber perder”. A mayores de lo anterior, la organización del cónclave socialista da por sentado que Caballero buscará desde el atril su parcela de protagonismo, durante la exposición de su informe de gestión. Los congresos del PSOE prevén que la ejecutiva que termina mandato debe someter a votación lo actuado en los años precedentes. Caballero puede perder pero nadie le quitará los minutos de protagonismo frente al micrófono para explicar cuál ha sido su gestión y por qué defiende el derecho a seguir influyendo al socialismo gallego.

El equipo de Formoso tenía previsto ofrecer una lista de consenso a Caballero pero la confianza se ha roto entre las dos familias en liza y ni siquiera es seguro que Formoso le guarde a su predecesor un puesto en la dirección. A esa batalla abierta en el PSOE gallego asistirá Pedro Sánchez desde primera fila. Su presencia en el Congreso gallego ha sido confirmada por el equipo de Ferraz que le reserva el protagonismo de la clausura de una reunión de compañeros que parece un congreso de enemigos.

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