“Siempre que voy pienso que, si hubiera una sala como esta en cada ciudad, habría un circuito más rico y potente. Todo sería más fácil. Capitol es mi favorita de todas las salas del país”. La frase es del músico madrileño Quique González, huésped habitual de la sala de conciertos gallega por antonomasia. Estos días, la Sala Capitol está de aniversario. Cumple veinte años en los que se ha convertido en lugar de peregrinación obligado para músicos y músicas de todo el Estado y mucho más allá de sus fronteras. En estas dos décadas de actividad ininterrumpida, las cifras hablan por sí solas: “Más de 2.000 eventos de toda índole y estilo que dejan a Capitol muy cerca de superar el millón de asistentes”, explican desde la organización.
Del panorama nacional, por allí han pasado Antonio Vega, Rosendo, Kiko Veneno, Los Planetas, Love of Lesbian, Nacho Vegas, Viva Suecia o Quique González. Aunque la lista sería interminable, en lo referente al ámbito internacional, las tablas de esta céntrica sala de Santiago de Compostela han sido pisadas por Manu Chao, John Cale, Marky Ramone, Interpol, Mark Lanegan, Steve Vai, Yo la tengo, José González, Sepultura, Jello Biafra, Mudhoney o Ronnie Spector.
Pero no todo han sido conciertos. Estar presentes en ciclos y festivales multidisciplinares de carácter internacional como el WOMEX, Xacobeo Importa, WOS, Via Stellae, Cineuropa, Curtucircuito o Conecta FICTION es la prueba de que este espacio tiene vocación de estar presente en los acontecimientos más importantes de la ciudad y servir como aglutinador alternativo a la red de contenedores culturales del entorno compostelano: “Ocupamos un lugar particular y complementario al resto de espacios debido a la versatilidad”, añade la organización. Su apuesta la llevó a ser la tercera sala en el ranking de la lista de la Mejores salas de España publicada por la revista Rolling Stone en el año 2011, solo por detrás de Razzmatazz y Sala Apolo, “un mérito conseguido desde la periferia española, por votación popular a través de varias redes sociales”.
La exdirectora de Radio 3 Lara López también ha hablado con esta redacción para felicitar a la Capitol este veinte cumpleaños: “La importancia de los lugares nos habla mucho más de nosotros mismos de lo que se puede decir sobre ellos y no hay tantos que podamos considerar icónicos. Las salas de conciertos, concebidas para que pasemos el tiempo, se convierten en espacios de los que hablaremos por haberlo ganado. Ver a nuestros grupos favoritos en directo, dar tu primer beso, quedar con amigos que hace años que no ves. Nos merecemos lugares para que llenemos el tiempo, y lo bailemos, lo escuchemos, en lo que celebremos y hagamos comunidad. Nos merecemos lugares los que la memoria no sea pasado, sino presente”. Sobre la importancia de la ubicación y los espacios también añade Quique González: “Hemos vivido un momento en el que las salas de las ciudades han empezado a ser trasladadas a los polígonos de las afueras. Como si alguien quisiera que no molestemos. Uno tiene la sensación de que ejerce este oficio de manera más digna cuando ve sitios como la Capitol. Recuerdo todos los conciertos que he dado allí”.
“Es una de esas salas con solera como Eslava o Apolo. Es un antiguo cine muy bien reconvertido en sala de conciertos y que tiene una programación increíble”, destaca Carlangas, que tras la separación de Novedades Carminha, ha decidido juntarse con la banda viguesa Mundo Prestigio para dar salida a su música. “Yo me curtí allí y vi mis artistas de referencia. Hacer un lleno en la Capitol era un punto de inflexión en mi carrera. Lo sabía antes y lo supe después de lograrlo”, añade. Para Carlangas, como para cualquier músico compostelano, la sala “ofrece unas condiciones de primerísimo nivel”. Tanto para artistas como para espectadores: “Es cómoda y se escucha genial desde cualquier sitio”.
De cine emblemático a sala de referencia
Esta andadura comenzó en el año 1999 con la compra del inmueble en donde durante más de 50 años se había situado el mítico Cine Capitol de Santiago de Compostela, en pleno centro de la ciudad. Tras una década cerrado a cal y canto, Francisco Sanín se hizo con la propiedad con la intención de levantar en su lugar “un espacio multidisciplinar dedicado a la cultura de la música en directo”. Tras cuatro años de obras de reconstrucción del nuevo espacio, arrancó su nueva actividad en abril de 2003 con un concierto del grupo rumano Fanfare Ciocarlia.
“Fran siempre fue un apasionado de la música y quería que cualquier músico pudiese venir a Santiago. Así que nos hizo la propuesta y nos fuimos por las ciudades de España a ver salas de conciertos”, explica Manuel Carbajo, que junto a Celso Barrios, fueron los arquitectos artífices de la transformación. “Fran puso mucha insistencia en el sonido y nosotros tratamos de hacerlo manteniendo la esencia de un espacio emblemático como era el Cine Capitol. Allí vimos nuestras primeras películas y queríamos mantener la memoria de aquel espacio”, añade. Fue un proceso mucho más complejo de lo que parecía, recuerda. “Los promotores a veces piensan que conservar es no hacer mucho, pero para que parezca que no haces nada, hay que hacer muchas cosas por detrás para que no se noten”. En aquel momento, tres conocidos de su época de estudiantes, se juntaron para conseguir un emblema en las industrias culturales de Galicia: “Acabábamos de terminar la carrera y se convirtió en el proyecto de nuestras vidas”.