La Confederación Intersindical Galega (CIG), la organización sindical mayoritaria en Galicia, ha reelegido a Paulo Carril para un mandato de otros cuatro años como secretario xeral. Ha recibido 464 votos a favor. De resto de papeletas emitidas, 35 fueron en blanco y siete, nulas. En su intervención para cerrar el VIII Congreso ha pedido “consolidar y ampliar” la presencia de la CIG y convertirla en “referente en el feminismo de clase y la soberanía nacional”.
Carril ha considerado que, sin que la crisis económica que empezó en 2008 haya sido completamente superada, en la actualidad hay “una nueva ofensiva del capital contra el trabajo” y ha cargado contra las políticas neoliberales, que cree que son las responsables de la “pobreza, desempleo y exclusión social, pero también del fascismo”. Este es, según el líder de la CIG, su “caldo de cultivo”.
El sindicalista ha criticado también los efectos del diálogo social, en el que se han acordado medidas como los ERTE en el contexto de la pandemia. Carril asegura que está sirviendo para “desmovilizar” a los trabajadores y que el Gobierno central lo usa para “justificar incumplimientos programáticos”, como la derogación de la reforma laboral. Ha reprochado el papel del “sindicalismo español”, al que acusa de no dar “la batalla ideológica y política necesaria” para lograr un cambio del modelo económico y social.
Carril se ha mostrado favorable a la convocatoria de una huelga general si no hay “avances” en cuestiones que afectan a la recuperación económica, la industrialización, la creación de empleo con condiciones dignas y los servicios públicos. Ha lanzado un mensaje al resto de sindicatos, en especial a CC.OO. y UGT: “Si realmente se consideran dignos de tal, pongan en la agenda también esta huelga, porque la lucha es el único camino”.