Desde la madrugada de este jueves, las calles de Galicia permanecerán prácticamente libres de humo. La prohibición de fumar en los espacios públicos anunciada el pasado miércoles por Alberto Núñez Feijóo mantiene todavía confusos tanto a viandantes como a hosteleros y sus clientes. La normativa dicta que no se puede fumar en la calle cuando no se guarde una distancia mínima de dos metros con otra persona. Los bares de Santiago de Compostela, ciudad que intenta recuperar poco a poco la afluencia de peregrinos y de turistas, consideran que la medida va a suponer “otro golpe más, entre muchos otros, para el sector”.
Las terrazas en la capital de Galicia amanecieron con muy poca afluencia, algo que los hosteleros esperan que no esté asociado a la nueva normativa de la Xunta. Los fumadores, antes en el exterior, toman ahora las barras de los bares. Son caras conocidas de los camareros, que comentan con sus clientes una medida que todavía no tienen clara. “Si te pones en aquella mesa de la esquina de la plaza, lejos de la acera, vienes tú solo y no hay nadie en la mesa de al lado, puedes fumar”, explica el dueño de uno de los varios locales que ocupan la Praza de Mazarelos. Aunque algunos consumidores lo consideran “un sudoku”, otros muestran su conformidad con la norma, que “está para cumplirse”.
Lo cierto es que en la mañana del jueves, primer día de vigencia de la norma, hubo un descenso notable de clientes. Entre el sector hostelero reina la incertidumbre por ver cuál es la reacción de la gente tras los primeros días. “La mayoría lo cumplirá porque es una medida para el bien común, pero creo que va a ser complicado controlarlo en ambientes festivos”, opina el gerente del bar Caña Hueca. El presidente de la Xunta, Núñez Feijóo, afirmó tras la reunión del miércoles de su comité clínico que era responsabilidad de los municipios y de sus cuerpos policiales velar por el cumplimiento de la normativa. Las medidas, aseguró, no se estaban siguiendo, lo que podría derivar en un nuevo confinamiento si la tendencia a los contagios no se corregía.
La prohibición llega tras el análisis de la situación epidemiológica de Galicia y del área sanitaria de A Coruña, que concentra más de la mitad de los casos activos por coronavirus en toda la comunidad. Los más escépticos todavía tratan de entender qué beneficio tendrá prohibir fumar en la calle. “No puedo bajarme la mascarilla para fumar en un parque porque pasa gente al lado, pero si voy corriendo puedo ir sin ella tranquilamente”, replica un viandante por el parque de la Alameda. No se entiende, dice, que estuviera permitido desde el inicio de la pandemia y que se prohíba ahora, “cuando tenemos algo más de libertad”. “Si tenemos que volver a confinarnos va a estar más relacionado con que las discotecas sigan abiertas y no con que fumemos en la calle”, concluye.