Salvo un “milagro poco probable”, el próximo curso escolar en Galicia arrancará con huelga. En esos términos se pronunciaron este lunes los sindicatos de educación, que anunciaron dos jornadas de protesta contra el protocolo sanitario que la Xunta de Galicia aplicará en los centros de enseñanza no universitaria. La primera convocatoria es para el 10 de septiembre, que coincide con el retorno para alumnos de Infantil y Primaria. La segunda, para el 16, con la vuelta de los estudiantes de Secundaria y Bachillerato. La mayoría de la comunidad educativa, que ya se había movilizado en julio tras el anuncio del documento, pide de nuevo su reforma íntegra y que se incluya, entre otras modificaciones, la reducción de la ratio de alumnos por aula y la contratación de más personal en los colegios. El Ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo publicará el lunes 7 de septiembre la versión final del protocolo, según avanzó el presidente, tan solo tres días antes del inicio de las clases.
Los sindicatos CIG, CCOO, STEG y CSIF pretenden “ejercer presión” con la huelga para que las Consellerías de Educación y de Sanidade rectifiquen con su plan de vuelta al colegio. El Gobierno central acordó el pasado jueves con todas las autonomías un protocolo de mínimos que obligaba a la Xunta a modificar algunos de los puntos de su anterior documento, unas diferencias “mínimas” según el conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña. Sin embargo, el nuevo plan no estará listo hasta la misma semana en la que se reinicia el curso. “Solo pedimos que se nos consulte”, aseguró este lunes Luz López, representante de CCOO-Ensino. Según las organizaciones sindicales, la Xunta no ha contado con ellos en ningún momento para lograr un documento “consensuado”. “Decían que no queríamos negociar, pero son ellos los que nos dejan al margen”, criticó.
A raíz del acuerdo entre autonomías y Gobierno central, la Xunta tendrá que incrementar la distancia mínima de seguridad entre alumnos. Antes estaba estipulada una separación de un metro entre el centro de cada silla, que ahora será de un metro y medio, aunque no se conoce con exactitud si se tomará de nuevo como punto de referencia la silla o será entre los propios alumnos. Ni el departamento de Educación ni el de Sanidade dieron pistas sobre si esta modificación afectaría a la ratio de estudiantes por aula, que si nada cambia permanecería en 25, como en cursos anteriores. Según la conselleira Carmen Pomar, la cuestión de las ratios no aparecía en el documento firmado el pasado jueves entre las comunidades y el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Las organizaciones sindicales consideran que “ya es demasiado tarde” para introducir cambios sin que se paralice el inicio del curso. Piden que se tomen “medidas extraordinarias en un año extraordinario” y reiteran en que el Gobierno gallego debe abandonar “la política de coste cero” en Educación. “Somos conscientes de que siempre va a haber riesgo ante el virus, pero queremos que se nos ofrezcan unos mínimos de seguridad”, explicó por su parte el secretario nacional de CIG-Ensino, Suso Bermello. No ven como “medidas reales” iniciativas como las pruebas serológicas que la Xunta está realizando entre el personal de los colegios. “Son test de fiabilidad reducida que además se están haciendo a falta de más de una semana para que se inicien las clases”, indicó.
De producirse el “milagro” de que la Xunta atienda sus demandas, los sindicatos no tendrían problema en retirar la convocatoria de huelga. No obstante, lo consideran “poco probable”, por lo que no continuarán ejerciendo “todas las medidas de presión posibles”. “Es su obligación proporcionar a alumnos y profesores un espacio seguro y saludable”, afirmó Lois Pérez, representante de STEG. Una legislatura más, insistió, el Ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo pretende dejar fuera de sus prioridades incrementar los recursos destinados a Educación en Galicia.