La borrasca 'Bella', que ha dejado en las últimas horas rachas de viento de fuerza 7 y 8 en el mar, y olas de entre ocho y 10 metros, ha obligado a una veintena de buques mercantes y cargueros a buscar refugio en las rías gallegas.
Así, al abrigo de las islas Cíes, en la ría de Vigo, se encuentran fondeados casi una decena de buques que se encontraban en tránsito, con destino a puertos del norte de Europa. Entre ellos hay varios cargueros, un portacontenedores y dos barcos de transporte de productos químicos y combustible.
También en la ría de Pontevedra, al este del archipiélago de Ons, han buscado refugio cuatro cargueros con banderas de diferentes países; y, al este de Fisterra, también han fondeado cinco buques cargueros para abrigarse del temporal.
Por otra parte, en el ría de Ares ha buscado refugio otro barco, mientras que varios buques más, que tenían como destino los puertos de A Coruña y Ferrol, están también fondeados al abrigo de esta bahía a la espera de poder atracar en las terminales a donde se dirigían.
Las costas gallegas se encuentran bajo aviso rojo, en la Mariña lucense, la costa de A Coruña Noreste y la Costa da Morte, por vientos de fuerza 7 a 8, y olas de entre 8 y 10 metros. También hay aviso naranja en las Rías Baixas, por vientos de fuerza 7 y olas de 5 metros.
Dificultades para la pesca a las puertas de Nochevieja
Todo el litoral gallego continuará este lunes en alerta por los efectos de la borrasca 'Bella'. Los barcos que faenan en el exterior de las rías han tenido que limitar su actividad a zonas interiores en donde el menor oleaje les permite trabajar con los aparejos sin las complicaciones que añade la borrasca.
Los precios de pescados y mariscos se encuentran en esta época del año en máximos y la faena de las horas previas a la Nochevieja se está viendo condicionada por los efectos del mal tiempo. Sin orden de mantener las flotas atracadas a puerto, las tripulaciones pesqueras apuran las últimas jornadas para llegar a las lonjas con la mayor cantidad de producto en un momento en el que cada hora hora de trabajo a bordo puede multiplicar su valor siempre y cuando el oleaje y el viento lo permita.