“Estamos aquí convocados por ellos, que son periodistas y además tienen conciencia de ser trabajadores. En este tiempo en el que todo nos lo quitan, donde cada vez más la política es puro clasismo, una lucha de los ricos contra los pobres, hay que celebrar esta conciencia de ser trabajadores y de defender un servicio público. Porque El País es una empresa privada pero también es patrimonio de la sociedad”. Así habló Suso de Toro en el acto que este martes se celebró en Compostela para apoyar los trabajadores del periódico, afectados por un ERE que acabará con 149 empleos, una docena de ellos en Galicia. La movilización coincidió con el primero de los tres días de huelga convocados por el comité de empresa de El País.
Las medidas decretadas por la empresa también se han llevado por delante la edición gallega del periódico y el suplemento Luzes de Galicia. Según los trabajadores, “la supresión de El País Galicia implica también la reducción del ya exiguo pluralismo informativo en la comunidad. Implica que 139.000 lectores del espacio progresista se quedarán sin referencia en los quioscos. Implica que un montón de noticias, si tomamos por buena la definición de que ”una noticia es algo que alguien no quiere que se sepa“, se quedarán en la cara oculta de la realidad”. Y añaden que “la supresión de El País Galicia implica que en la prensa habrá aun menos páginas centradas en tratar la cultura gallega”.
Suso de Toro ahondó en estas cuestiónes e indicó que “en Galicia la mayor parte de los medios están comprados, al servicio del poder político. Comprados con dinero público pero para privatizarlos al servicio del partido que está en el poder”. Dijo que la experiencia vivida “fue una derrota pero fue un éxito” y añadió que “quiero pensar que Galicia supo lo que tenía estos años. Y si no lo sabia espero que sepa ahora lo que pierde”. Concluyó que “hay que seguir dando la batalla por la información y por la opinión libre en Galicia”.
El periodista cultural Alfonso Pato destacó que “en este periódico empezó a hablarse de una generación emergente de creadores, de gente nueva que está renovando en muchos casos las viejas estructuras del poder. Sentíamos por veces que estábamos escribiendo la construcción de un nuevo país a la par de ellos”. Y se quejó de que “no estamos sólo llamar la atención sobre el futuro de El País sino también sobre el futuro de el país. Tenemos la sensación de que la libertad, la pluralidad y hasta la democracia se están cayendo por un terraplén y no podemos echarles un cabo. Están en juego mucho más que ocho páginas o que una docena de puestos de trabajo. Está en juego una herramienta que nos ayude a construir el país”.
En este sentido denunció que estamos viviendo un “desmantelamiento calculado” y que “se ha aplicado sobre nosotros una detonación controlada con un objetivo claro: silenciar la periferia y hacer crecer la indiferencia de Madrid hacia nosotros”. Y cargó las culpas sobre Juan Luis Cebrián: “Los cínicos no sirven para este oficio. Y sólo desde el cinismo se pueden cobrar 13 millones de euros al año y despreciar unas pocas páginas que alimentan el sentir de un país”.
Un acto de periodistas, colaboradores y lectores
En el acto de este martes se escucharon voces muy diversas. Desde Julián Hernández, que destacó que “un diario no es una empresa cualquiera pues tiene un deber con sus lectores” y que “la información es poder. Si la ponemos en manos de unos pocos medios, la pondremos en manos de unos intereses determinados y nos acercaremos al concepto de prensa del movimiento”. El líder de Siniestro Total acabó su intervención citando a Samuel Beckett: “Seré yo, será el silencio, allí donde estoy, no sé, no lo sabré nunca, en el silencio no se sabe, no puedo seguir, seguiré”.
O un lector, Carlos Feijoo, que recordó un texto de Manuel M. Barreiro en el que afirmaba que “abundan las cabeceras periodísticas pero escasea la pluralidad informativa crítica. La inmensa mayoría de nuestros periódicos se ofrecen como distintas variantes de una misma cepa conservadora”. También se hizo hincapié en que “el periodismo no es competir por sacar antes una exclusiva, sino que es desgranar a cuatro manos un informe que llega una hora antes del cierre de edición”.
También intervinieron dos alumnas de Periodismo, que destacaron que “nos enamoramos del periodismo que tejía cada firma e idealizamos la profesión por sus nombres de pila” y recordaron versos de Pete Seeger: “No quiero sus millones, señor. No quiero su sortija de diamantes. Todo lo que quiero es el derecho a vivir, señor. Me devuelva mi trabajo”. Uxía Senlle cerró el acto con una canción dedicada a los trabajadores del periódico, justo antes de que todos los ciudadanos participantes contaran uno a uno hasta 149. La cifra de personas que perderán su empleo con el ERE impulsado por la empresa propietaria de El País.