Turismo de Galicia apuesta por la calidad para evitar convertir los destinos “en parques temáticos”

Las cifras de la recuperación del turismo tras el parón por la pandemia enfrentan a Galicia a un escenario de récord de viajeros y a la búsqueda de una estrategia para evitar morir de éxito. La directora de Turismo de Galicia, Nava Castro, defiende que es necesario que las administraciones responsables apuesten por la calidad y sean capaces de “poner freno” a los números de visitantes en determinados destinos para evitar que se conviertan en “parques temáticos”, protegerlos y favorecer la convivencia con los habitantes del lugar. Es uno de los planteamientos presentados en la segunda jornada sobre turismo organizada por elDiario.es en Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid.

En su intervención en el acto, con el lema ‘Todo un país de turismo II. Destinos en transformación’, Castro manifestó que, en el caso de Galicia, ese control de “la carga y distribución de flujos” de los turistas se vuelve fundamental porque, de lo contrario, pondría en riesgo el que ahora se sitúa como el primero motivo para elegir la comunidad: la naturaleza. Ocurrió en el caso de la Praia das Catedrais, en Ribadeo (Lugo), en donde hubo que limitar la entrada porque la masificación la estaba poniendo en riesgo, y también en las Illas Atlánticas.

Dentro de ese enfoque, añadió, la idea es también promover que los visitantes comprendan las tradiciones de las zonas a las que van y las respeten. Como ejemplo, explicó que en la Ribeira Sacra el Gobierno gallego se dirige a los viajeros para que entiendan que las carreteras allí son estrechas y que “lo normal es no ensancharlas” porque discurren en terreno de fuertes pendientes en donde las viñas se plantan en bancales.

El segundo motivo que lleva a los visitantes a elegir Galicia, dijo, es la gastronomía, que centraba, junto con el enoturismo, el debate en la mesa en la que participó la responsable de las políticas turísticas de la Xunta. La asociación con los productos del mar, las más de 300 fiestas gastronómicas, las cinco denominaciones de origen de vino y una actividad que se entreteje con el negocio de pequeños productores locales definen la propuesta gallega en este ámbito, según Castro. “No todo van a ser estrellas Michelin”, manifestó, en su apuesta por potenciar el interés por los platos tradicionales y las celebraciones populares que se articulan en torno a ellos.