“Cada vez hay más empobrecimiento de la sociedad, lo que se requiere es una respuesta contundente”. Xesús Seixo, secretario general de la Confederación Intersindical Galega (CIG), confía en que la sociedad gallega “dé un respuesta importante” a las políticas del PP en la huelga general del próximo día 14. Asume que puede haber “cierta desmovilización” en algunos sectores tras el resultado de las elecciones autonómicas, pero cree que los duros ajustes del Gobierno acabarán empujando a una gran mayoría social al paro.
¿Qué espera la CIG de esta huelga general?
Afrontamos la huelga general con la idea de que haya una respuesta social importante porque las medidas que sigue adoptando el Gobierno son muy duras y están teniendo unas consecuencias muy graves. Están afectando a derechos ya adquiridos en cuanto a la calidad de vida y de trabajo y demostrándose también como inútiles para reactivar la economía. Las previsiones hablan de que continuará la recesión y que habrá más desempleo, por lo que las medidas de la derecha no posibilitan para nada una salida. Cada vez hay más empobrecimiento de la sociedad, lo que se requiere es una respuesta contundente.
La CIG esperó por los otros sindicatos [CCOO y UGT] a pesar de que preveía ya un paro general en septiembre. ¿Es clave la unidad para el éxito de esta huelga general?
Nosotros éramos partidarios de dar una contestación antes. Primero porque la reforma laboral estaba más fresca en septiembre y había más sensibilización, y también porque hubo movilizaciones muy importantes durante el verano. En cualquier caso, las otras organizaciones no lo vieron así y nos pareció que lo lógico era acordar una convocatoria unitaria, por lo que también será más fácil que se sumen más sectores y que la respuesta sea más contundente.
UGT y CCOO confían en que pequeños empresarios y autónomos van a dar un paso adelante y secundarán en buena medida a huelga general, ¿está de acuerdo?
Por los contactos que nosotros hemos tenido con organizaciones de esos sectores y por lo que vives día a día, es evidente que hay mucha preocupación y que tanto los autónomos como los pequeños empresarios se sienten muy afectados por las políticas del PP, fundamentalmente por la falta de liquidez y crédito. Además, estos sectores dependen mucho de la capacidad de consumo de los asalariados y todo termina arrastrando también a las pymes. Lo lógico sería que muchos de ellos se unieran a la huelga general, pero también es cierto que en este sector suele haber un enorme individualismo. Muchos de ellos tienen mentalidad de grandes empresarios y actúan con una mentalidad como si fuesen Amancio Ortega. Así no van a ningún sitio y creo que la situación es bastante dura cómo para que se enteren de que del lado que tienen que estar es del de aquellos que los pueden ayudar a mantener sus negocios y que son los trabajadores asalariados.
¿Cree que la mayoría absoluta del PP puede provocar la desmovilización de algunos sectores hacia la huelga general?
La mayoría absoluta del PP, en ciertos sectores, es evidente que ha producido una cierta desmoralización e incluso desmotivación de cara a la participación en la huelga general, sobre todo después de las enormes manifestaciones que había habido aquí en Galicia antes de los comicios. En cualquier caso, me supongo que los que le votaron al PP no son los que se movilizaron en las huelgas generales anteriores. Por otra parte, hay que tener en cuenta que el PP ha perdido miles de votos y sobre todo en zonas con más dinamismo y contestación social como las ciudades y las grandes villas. Las políticas de la derecha siguen siendo igual de duras y antisociales, por lo que la gente superará ese pequeño trauma poselectoral que pudieran tener algunos tras los comicios y secundará la huelga.
¿Convencer a los votantes del PP es una de las claves?
Aquí también se trata de arrastrar los que le votaron al PP hacia la huelga general y que se den cuenta de que apoyando a la derecha no sólo no salimos de la crisis, no sólo no superamos esta situación, sino que vamos en un camino que no tiene salida. En ese trabajo estamos y tendremos que hacer esa labor de convencimiento desde las centrales sindicales. No podemos quedarnos con lo que ocurrió el día 21 de octubre, sino con que las políticas que se hacen nos siguen perjudicando y empobreciéndonos.
¿Una gran contestación en la calle puede hacer que la Xunta o el Gobierno central cambien un poco el rumbo?
La contestación social que está habiendo y la comprobación de que sus políticas no están ayudando a salir de la crisis debería llevar al PP a hacer unas políticas diferentes de las que ha hecho hasta ahora. Pero lo que demuestra el paso del tiempo también es que la derecha española está aprovechando la crisis para intentar implantar todo su modelo económico y de Estado. Ellos van a seguir gobernando para aquellos a los que siempre se han debido, para la oligarquía española a la que siempre han defendido. Vamos a tener que seguir con contestación social y movilizaciones cada día más numerosas si es que queremos realmente parar esto.
¿Y cambiará la actitud de la UE?
Que coincida la huelga general con otras convocatorias en otros estados de la periferia de Europa es un factor muy importante. Es importante hacia la UE, al BCE y al propio FMI, para que vean que hay unidad y coordinación entre los movimientos sociales para contestar sus políticas. Esto puede ayudar a que valoren que por aquí no se va a ningún sitio y que lo único que hace es generar más empobrecimiento y, al mismo tiempo, contestaciones más duras y radicales. Este es el mensaje que también tenemos que mandar a las autoridades europeas.
La CSI-F ha optado por no secundar la huelga general, ¿qué opinión le merece esa decisión?
La CSI-F ha sido siempre y tradicionalmente un sindicato acercado a la derecha. Sus vínculos con el PP son importantes y a mí me da la impresión de que el PP ha hecho ciertos movimientos y presiones para que dejen de apoyar protestas unitarias con las organizaciones de clase. Creo que es eso lo que explicaría las actitudes del CSI-F. Sabremos poco a poco si el cambio de postura de este sindicato también se debe la algunas contraprestaciones por parte del Gobierno.