El conselleiro de Sanidade reconoce que la situación del área sanitaria de Pontevedra es “especialmente crítica”. Esta semana ha anunciado el relevo de su cúpula y ha enviado a José Flores, hasta ahora gerente del Servizo Galego de Saúde (Sergas), a intentar mitigar la crisis. Pero Julio García Comesaña, prefiere no pronunciar esa palabra: “Los cambios no responden a ninguna crisis sanitaria”. Solo hace diez días que el sindicato médico Omega denunció ante Inspección de Trabajo unas condiciones que, a su juicio, implican “un riesgo grave e inminente para la salud física y psíquica de los médicos afectados, deben adoptarse medidas con carácter inmediato”.
Omega no ha sido, ni mucho menos, la única entidad en manifestar su preocupación por lo que sucede en el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés. Comisións Obreiras emitió este mismo jueves un comunicado en el que rechazan el principal argumento de la Xunta de Galicia -su presidente, Alfonso Rueda, lo repite una y otra vez- para explicar el deterioro del servicio público de medicina familiar: la falta de profesionales para contratar, de la que culpan al Gobierno central por no aumentar las plazas MIR. Comesaña insistió en él. “Si alguien es realmente responsable es quien desde los últimos cuatro años no ha hecho nada por frenar esta falta de médicos, el Ministerio de Sanidad”, afirmó.
Comisións recuerda, sin embargo, que la escasez de personal médico y de enfermería ya se preveía en el plan de ordenación de recursos humanos de 2013, que rubricó en 2013 la entonces conselleira de Feijóo, Rocío Mosquera. “Así, la política de creación de plazas MIR nos condujo a la actual situación de falta de profesionales”, dice la nota sindical, “y lo que es más grave, las condiciones de trabajo que se le ofertan a este personal hace que muchos de los profesionales que acaban la residencia opten por no trabajar en los puntos de atención continuada (PAC)”. Son estas instalaciones el epicentro de los problemas en Pontevedra y O Salnés, saturados por la afluencia de visitantes a zonas costeras, sin refuerzos, y donde a menudo no se sustituye a los trabajadores de vacaciones.
El propio conselleiro ha hablado, antes de culpar al Gobierno central también a pesar de que las competencias en la materia son exclusivas del gallego, de “situación especialmente crítica por falta de especialistas, que afecta a todo el sistema pero que aquí se nota más. Viene de atrás”, añadió. Galicia está a la cola de las comunidades autónomas en médico por habitante y los sucesivos gabinetes de Feijóo congelaron el número de médicos de atención primaria. Pacientes, profesionales o centrales sindicales aseguran que se ha llegado a un punto crítico.
En el lugar de Flores al frente del Sergas, Comesaña ha colocado a Estrella López-Pardo, quien defiende “transformar los servicios prestados vertebrando toda la atención en torno a la atención primaria”.