La Xunta de Galicia tiene varios fuegos prendidos en la sanidad pública. A las quejas de organizaciones sectoriales, de pacientes, sindicatos y oposición por el deterioro del sistema, que desembocaron el pasado domingo en una manifestación que desbordó Santiago de Compostela se suman las reclamaciones específicas del colectivo de los médicos, canalizadas a través de los sindicatos O'Mega y CESM y también del Consello Galego de Colexios Médicos. Con este último organismo llegó en las últimas horas la Consellería de Sanidade a un acuerdo, con el que intenta contentar a los facultativos y evitar que escalen las protestas en el sector. El Gobierno gallego les va a dar más facilidades para que compatibilicen la actividad pública y la privada. Fuera del texto negociado queda, por ahora, el complemento de exclusividad, que los colectivos de profesionales médicos piden que se abone también a los que desarrollan parte de su trabajo fuera del Servizo Galego de Saúde (Sergas).
Los médicos ya podían compatibilizar la atención en la sanidad pública con la privada. Tenían que solicitar que se les reconociese a través de Función Pública. Lo que cambiará con este acuerdo, que se va a aplicar de manera retroactiva desde el 1 de enero, es que podrán compaginar también su trabajo en centros concertados con el Sergas. Es decir, hasta ahora, si la sanidad pública concertaba algún servicio con un centro privado, ningún médico de la pública podía trabajar en esa clínica, aunque fuese en un servicio distinto al concertado. Ahora sí se permitirá, siempre que trabajen en servicios que no estén conveniados con el Sergas.
Formalmente, lo que hace la Xunta es redactar una nueva instrucción sobre cómo se aplican las normas de incompatibilidad, de modo que va a ser más fácil para los médicos trabajar en uno y otro sistema. Otra de las reclamaciones de las entidades colegiales y de los sindicatos O'Mega y CESM es que no se retire el complemento de exclusividad a los facultativos que trabajen en la privada. La diferencia en la retribución puede llega como máximo a los 900 euros. Estas organizaciones lo entienden como una discriminación porque argumentan que el trabajo que hacen para la pública es el mismo en todos los casos.
El Gobierno gallego se ha abierto a negociar también las retribuciones, pero lo ha pospuesto a la segunda mitad del año. Esto le ha valido para desactivar una amenaza de huelga del sindicato O'Mega, que convocó asambleas en los hospitales para consultar a los médicos. Finalmente descartó llamar al paro porque, de los entre 600 y 700 médicos que tienen compatibilidad entre pública y privada, solo contestaron 250. De ellos, eso sí, la mayoría -200- estaban a favor de la huelga.
El presidente del Consello Galego de Colexios Médicos, Eduardo Iglesias, califica el acuerdo de “bueno”. La reclamación es antigua en el gremio médico, dice, y contribuye a que Galicia evite perder a profesionales que quieran trabajar también en la privada y opten por otras comunidades con más flexibilidad. Emplea el mismo argumento para defender la otra demanda, la del complemento de exclusividad, que asegura que otras administraciones no retiran cuando se compatibilizan los dos sistemas.
La plataforma que organizó la masiva protesta del pasado fin de semana en la capital gallega, SOS Sanidade Pública, ha criticado que la respuesta de la Xunta al “clamor” manifestado en las calles sea proponer “más privatización” en la sanidad con estas facilidades para que los médicos compaginen su actividad en los dos sistemas y la negociación prevista sobre el complemento de exclusividad. “Gracias a las políticas desmantelamiento del sistema sanitario público y la doble dedicación público-privada promovidas por el Partido Popular en las comunidades donde gobierna, la sanidad pública perdió el año pasado 4.200 trabajadores mientras la privada ganó 9.500”, asegura la plataforma, que añade que los seguros privados crecieron un 20% en el último año en Galicia.