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La Xunta no enviará inspectores al colegio vigués cuestionado por denuncias de abusos sexuales

Beatriz Muñoz

6 de noviembre de 2021 06:01 h

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La Xunta de Galicia no va a hacer una inspección ni a indagar en lo ocurrido en el colegio Labor de Vigo. Siete antiguas alumnas han dado el paso de denunciar a un exdirector del centro por abusos sexuales. La jueza encargada del caso ha archivado las denuncias argumentando que los hechos ya prescribieron, pero en su escrito destaca que son varias las mujeres que apuntan a una misma persona, que “pudiera seguir formando parte” del colegio, por lo que ha trasladado la información a la Policía Nacional para la protección de otros menores “en eventual situación de riesgo”.

En este contexto, la Consellería de Educación ha señalado a este diario que va a colaborar “en todo lo que sea requerido por parte de las autoridades judiciales y policiales”, pero no va a tomar la iniciativa. La investigación, alega, está en otras manos. Añade que en los últimos años no consta ninguna denuncia relacionada con abusos en este colegio que haya sido presentada ante la Inspección Educativa. Este organismo, que depende la Xunta, tiene competencias sobre centros públicos y privados y entre sus funciones están, según la página web del Gobierno gallego, asegurar que se cumplen las leyes, contribuir a la mejora del sistema educativo y a la calidad de la enseñanza y garantizar los derechos y la observancia de los deberes de quienes participan en los procesos de enseñanza y aprendizaje.

El caso se hizo público el pasado verano. Lauren Watson, que estudió en el colegio Labor, vio que habían concedido el premio Vigués Distinguido al exdirector del centro Sergio Saborido. La joven dio con un vídeo del momento de la entrega del galardón, que había sido en 2019. Eso fue lo que la decidió a contar su historia. En unas imágenes que subió a su página personal de Instagram narraba abusos. Decía que este hombre le daba de niña unas clases de apoyo en las que aprovechaba para tocarle el pelo o las piernas y le pedía que se sentase en su regazo. Un día, según el relato que hace la joven, la apretó contra una pared, la agarró y la besó. El vídeo de Watson prendió la mecha. Otras exalumnas empezaron a contar episodios similares y muchas más le trasladaron su apoyo.

De las denuncias en redes, el caso pasó a los tribunales. Varias de las chicas empezaron a hablar de unirse para llevar al exdirector ante la justicia y terminaron por hacerlo siete de ellas. Sin embargo, la jueza entiende que los hechos prescribieron antes de que entrase en vigor la denominada ley Rhodes, que amplía el plazo en el que se pueden perseguir este tipo de delitos. Con la normativa anterior el tiempo empezaba a contar desde que la víctima cumplía 18 años. Ahora no lo hace hasta que llega a los 35. Dependiendo de la gravedad de los hechos, podría denunciar hasta los 50 en los más graves. Las denunciantes no están de acuerdo con la conclusión de la magistrada y la han recurrido. Piden también que se investigue si se produjeron hechos similares con posterioridad.

El director cuestiona a las jóvenes

Enfrente, el actual director del colegio, Javier Saborido –que es sobrino nieto del denunciado– ha cuestionado el relato de las jóvenes. Las ha acusado de decir “una sarta de falsedades” y, en conversación con elDiario.es, ha insistido en que algunas de sus afirmaciones “no son ciertas”, si bien no aclara cuáles. “Estas cosas pueden pasar en cualquier sitio y tú no puedes poner la mano en el fuego por nadie. Si pasó algo, pues muy mal; habrá que tomar medidas y la persona que lo hizo tendrá que pagar”, manifiesta. Entre sus argumentos emplea del del tiempo transcurrido hasta la denuncia: “Es complicado que jamás se haya presentado una denuncia en el colegio o fuera”. Sin embargo, es frecuente que las víctimas tarden en hablar. Una campaña que la ONG Save the Children puso en marcha en 2018 pone el acento precisamente en las dificultades para romper el silencio.

Javier Saborido señala también a las madres de las mujeres que han denunciado casos de abuso en el colegio: “Es curioso que una madre que sabe algo así no actuó”. Critica que se hayan referido a que otras personas del centro sabían lo que ocurría: “Eso no se puede hacer. Y espero que esa gente tome medidas porque, si no, en este mundo que se nos viene encima va a ser que a ti mañana te dicen que acosaste a una chica y cargas con eso”.