El arranque del curso escolar se atrasa una semana para los alumnos de secundaria, bachillerato y FP en Galicia. Así lo acaba de decidir la Xunta a pocos días de la fecha inicialmente prevista y tras la presión ejercida desde la comunidad educativa señalando que los centros no estaban preparados para acometer la vuelta a las aulas con garantías de seguridad ni conocimiento sobre el número de docentes disponibles para el inicio de las clases. El nuevo conselleiro de Educación, Román Rodríguez, ha decidido posponer el inicio de las clases hasta el miércoles 23 de septiembre.
La presión ejercida desde los centros ya había motivado un cambio de criterio en la administración sobre la posibilidad de compatibilizar las clases presenciales con la docencia telemática. Los centros también quieren saber si la Xunta les permite los desdobles que solicitan al cambiar el criterio de distancia entre pupitres de un metro a metro y medio. La situación está en un estado de máxima tensión en unas fechas en las que el arranque de las clases debería ser ya una realidad. Sobre este punto, fuentes de varios centros educativos aseguran que se ha producido un nuevo cambio de criterio y que el ejecutivo de Feijóo quiere volver a la distancia de un metro entre alumnos y eliminar los desdobles previstos a cambio de mamparas, de cuya compra se deberán encargar inicialmente los centros educativos.
En este contexto, Alberto Núñez Feijóo decidió la semana pasada prescindir de su anterior conselleira de Educación para devolverle las competencias a Román Rodríguez, conselleiro de Cultura. Todo un paso atrás. El nuevo titular de la cartera se ha citado con los sindicatos para intentar llegar a un entendimiento. La decisión de la Xunta tiene también su efecto sobre la huelga prevista en la Educación para el próximo día 16. Al haber impuesto el aplazamiento no se podrá observar el éxito de la protesta en unos niveles educativos que velan armas y acusan al ejecutivo de Feijóo de llegar tarde a clase.