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La Xunta sale en defensa del modelo que supuso un sobrecoste de 470 millones en el hospital de Vigo: “Era el único posible y viable”

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, con el conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño.

Beatriz Muñoz

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La Xunta de Galicia ha salido en defensa del modelo público-privado elegido por Alberto Núñez Feijóo en 2009 para la construcción del hospital Álvaro Cunqueiro, el principal de Vigo, que supuso, según el Consello de Contas, un sobrecoste de 470 millones de euros con respecto a haberlo hecho con el sistema tradicional de licitación de obra pública. “Era el único posible y viable, la única alternativa factible que permitía la construcción”. Interpreta que eso mismo es lo que dice el ente fiscalizador, pese a que el informe expone que no hubo una evaluación previa, que no se lograron las camas previstas y que el sistema encareció la obra.

El Gobierno que ahora dirige Alfonso Rueda -entonces, consellerio de Feijóo- sostiene que la Xunta “estudió en profundidad y acreditó las ventajas de la colaboración público-privada” y recuerda que, con la crisis económica, la política aplicada fue la de austeridad que defendía el entonces presidente. “La contratación de una obra de estas características con cargo al presupuesto podría haber puesto en grave riesgo la prestación de servicios sanitarios esenciales”, señala. El propio informe, recalca, dice que habría exigido renunciar a gasto corriente o de otras inversiones, aunque no concreta en qué departamento.

La Xunta muestra su discrepancia con los cálculos del órgano fiscalizador y con la comparación con una contratación tradicional, que es la que muestra que el sobrecoste fue de 470 millones de euros. Defiende que el modelo de la concesión permitió “anticipar la construcción de un hospital imprescindible” y que “la contratación agrupada de los servicios supuso ahorros considerables”.

Sobre que el número de camas sea inferior al previsto, argumenta que “la evolución de las tecnologías de diagnóstico y tratamiento” y las formas de organización “pueden determinar la mayor o menor necesidad de camas hospitalarias” y que ese número “no puede examinarse como un parámetro absoluto”.

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