La Xunta vuelve a anunciar seis meses después que aumenta las dolencias con garantías de espera máxima que excluyen a miles de gallegos

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha anunciado por segunda vez en menos de siete meses la misma ampliación de las enfermedades para las que la sanidad pública gallega ofrece una garantía de que se van a tratar u operar en un determinado periodo de tiempo. Están recogidas en un decreto, que es el que se modifica ahora y que ha considerado un motivo de orgullo para su Gobierno: “Es uno de los principales logros de la sanidad pública gallega”.

Destacó que ahora van a ser 115 las patologías para las que se aplica un tiempo máximo de espera. El resto, que afectan a miles de gallegos, siguen fuera de esa garantía. Lo están desde un cambio normativo introducido en 2017, cuando al frente de la Xunta estaba Alberto Núñez Feijóo. Entonces decayó la garantía genérica de que no se esperaría más de seis meses para una intervención, fuese cual fuese la enfermedad.

Con el cambio de hace siete años, hay un grupo de enfermedades -sobre todo de tipo coronario, vascular y oncológico- para las que la espera máximo es de 45 días para una primera consulta o prueba diagnóstica y de 60 para una cirugía. En noviembre del año pasado, mes y medio antes de anunciar las elecciones, Rueda hizo público tras una reunión del Consello que el Gobierno gallego había decidido incluir otras siete patologías en el decreto. Este lunes, a punto de cumplirse siete meses de aquella comparecencia, ha vuelto a presentar la medida, acompañado del nuevo conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño.

La siete enfermedades que ahora van a quedar bajo el paraguas de este decreto son de tipo oncológico: la neoplasia maligna de útero, la displasia de cuello uterino y la displasia vulvar leve y moderada, además de cuatro tipos de linfoma (de Hodking, folicular, no folicular y de células T/NK maduras). Además, Gómez Caamaño ha recordado que hay ocho vías rápidas para detectar cáncer: las de pulmón, mama, colorrectar, próstata, vejiga, cabeza y cuello, melanoma, endometrio y oncohematologógico). El objetivo en estas vías rápidas es que no pasen más de 15 días antes de que se atienda a un paciente. Los motivos para incluir en los plazos máximos estas patologías son la gravedad, la efectividad de la atención sanitaria y la oportunidad de la atención. Cuando anunció la ampliación por primera vez, Rueda descartó extender las garantías al resto de pacientes.