La tasa se basuras se vincula desde el pasado trimestre al consumo de agua del año anterior. El importe único cobrado hasta la fecha se sustituye por 71 euros anuales fijos, a los que se suma un 35% del precio total en base al consumo de agua de cada vivienda. Una fórmula, pensada en principio para hacer un cálculo aproximado de las personas que viven en cada domicilio y ajustar, de esta manera, la factura a cada caso concreto.
Aunque la idea sea cobrar una tasa variable, más acorde a la realidad de cada familia, en la práctica, según denuncia el concejal jeltzale Iñaki Gurrutxaga “el problema que se está generando es grave y afecta a un número importante de domicilios, calculamos que entre 3.000 y 4.000 en el conjunto de Donostia”, y es que según dice, “A los domicilios de los que no se dispone de lecturas de consumo de agua se les están girando recibos del orden de los 250 euros, cuando lo usual en estos casos ronda los 120 euros”.
A pesar de que, según datos oficiosos, el 65% de los donostiarras han visto su factura bajar este trimestre, el problema reside en que, 3.451 vecinos (según los cálculos peneuvistas), han visto su tasa duplicada por una “penalización” que radica en la no facilitación de datos de lectura de contadores. Es decir, los hogares que no faciliten el dato al ayuntamiento, reciben una sanción económica en forma de incremento de la tasa. Un castigo que el PNV califica como “excesivo” y por el que los grupos popular y socialista también pedirán cuentas a Bildu de cara al próximo pleno.