La plataforma ‘No al derribo del edificio de Bellas Artes de San Sebastián’ ha conseguido desde el pasado 5 de abril más de 7.500 firmas para conservar el Palacio. Una reivindicación que ha calado entre los vecinos de la ciudad que no quieren que el emblemático edificio, que forma parte del legado arquitectónico de Donosti, pierda su imagen.
En sus cien años de historia el Palacio de Bellas Artes ha sido un teatro, un cine de barrio y la sede del Orfeón Donostiarra. Después de más de treinta años vacío, la empresa propietaria, Sade, lo derribará para convertirlo en un hotel de cuatro estrellas y 92 habitaciones.
Los impulsores de la plataforma ciudadana quieren que al teatro se le dé “un uso cuanto antes” pero denuncian que “no es el sitio para hacer un hotel”. El proyecto contempla construir 5 plantas inferiores para el parking, y ampliar en dos plantas la altura del edificio, que pasaría de 4 a 6 alturas. Según Jon Ander Agirre, portavoz de la plataforma, “el edificio perderá todo su espíritu, sobre todo teniendo en cuenta que construir un hotel de 92 habitaciones obliga a hacer una reforma integral”. Y es que en su opinión “encajar un hotel en un teatro supone cambiar por completo el edificio, tienen que derribarlo y volverlo a construir, no es una remodelación”.
Hasta ahora el Plan Especial de Patrimonio Urbanístico Constituido (PEPPUC) mantenía el nivel de protección C sobre el inmueble, lo que obliga a respetar su diseño arquitectónico, pero el Ayuntamiento donostiarra dirigido por EH BIldu ha modificado el plan y ha rebajado el nivel de protección del teatro al módulo D. Esto supone que durante los trabajos de derribo y construcción del hotel, hay más margen para trabajar sobre la fachada y se podrán abrir más ventanas.
Agirrei no entiende por qué “hace 3 años el edificio tenía un gran valor arquitectónico y ahora se rebaja su nivel de protección”. Y denuncia que el PEPPUC “no puede ser una herramienta que se maneje a antojo para atraer una iniciativa privada”. “Nos ha sorprendido que EH Bildu no haya sido más receptivo a esta queja ciudadana” asegura el portavoz de la plataforma.
“Queremos hacer ruido para que el ayuntamiento nos escuche”, asegura Agirre. Y para ello la plataforma continuará con la recogida de firmas, necesitan 10.000 apoyos, hasta que concluya el plazo para la presentación de alegaciones el 20 de mayo.