Diez chapuzones en plena naturaleza de zonas de baño cerca de Madrid: con puerto, de montaña y hasta amuralladas

A los madrileños se les hace cada vez más difícil encontrar un lugar donde refrescarse en la capital. Las 22 piscinas municipales a veces se quedan pequeñas y la gran demanda de zonas de baño en Madrid convierte en tarea imposible darse un chapuzón algunos días.

Por suerte, la ciudad está rodeada de espacios naturales a los que acudir cuando las opciones más céntricas fallan. Y no, no es necesario viajar hasta la costa, Madrid tiene playas en las que bañarse y puertos por los que navegar a menos de dos horas en coche. Hay para todos los gustos y necesidades, para ir con amigos, con niños o con tu perro.

Nevera en mano y dosis generosas de crema solar para acompañar la visita a uno de estos paraísos acuáticos. Algunos cuentan hasta con su propio chiringuito playero en el que tomar un helado y refugiarse a la hora de la siesta. ¿Existe mejor plan para un fin de semana de verano que este?

Entre montañas, en ciudades amuralladas, con cascadas o de aguas heladas para los más valientes. Seleccionamos diez pantanos, piscinas naturales, ríos y pozas (en su mayoría gratuitos) de los alrededores de Madrid en los que disfrutar de un día a remojo:

Puerto y playa: pantano de San Juan

Este pantano, ubicado entre las localidades de San Martín de Valdeiglesias y Pelayos de la Presa, se encuentra a poco más de 60 kilómetros de la capital. La zona cuenta con dos playas en las que está permitido el baño: la playa de la Virgen de la Nueva y la playa de El Muro.

La playa de la Virgen de la Nueva se convirtió en 2018 en la primera zona de baños de este tipo de la Comunidad en obtener la bandera azul. Este reconocimiento le ha dado el nombre por el que todos los madrileños conocen el pantano de San Juan, “la playa de Madrid”.

El pantano cuenta con su propio puerto, en el que zarpan pequeños barcos y navegan por sus aguas. Además, su orilla de arena permite tumbarse a tomar el sol cómodamente y sus árboles sirven para refugiarse del sol. En la zona recreativa que rodea la playa hay chiringuitos y establecimientos de restauración en los que es posible comer o tomar un helado e incluso alquilar motos de agua.

Una piscina entre las montañas: Las Berceas

El municipio de Cercedilla tiene una de las mejores piscinas naturales de la región. Las Berceas pueden parecer a simple vista unas piscinas convenciales, pero su agua procede de los arroyos de la zona. Además, se encuentran rodeadas de montaña y naturaleza, lo que las convierte en un enclave especial para darse un chapuzón.

Las piscinas se encuentran dentro del Parque Recreativo de Las Berceas, en pleno Valle de la Fuenfría. El espacio cuenta con 30 hectáreas de extensión en los que, además de la zona acuática, hay merenderos, vestuarios, duchas, aseos, bar, césped para tomar el sol y un parque de aventura entre los árboles. El aforo es de 1.750 personas, pero te recomendamos que reservas tus entradas con antelación porque en días muy calurosos se llena.

Rodeada de pinos: Las Presillas

Las frescas aguas del río Lozoya inundan Las Presillas, una zona de baño de la localidad de Rascafría que se encuentra rodeada de presas. El conjunto está compuesto por tres piscinas naturales con vistas a Peñalara. Las Presillas no están hechas para cualquiera, solo menos frioleros son capaces de zambullirse por completo en sus aguas y disfrutar de los chorros de sus cascadas a modo de masaje.

El entorno de las piscinas naturales está rodeado de pinos que dan sombra para hacer un pícnic o para resguardarse del sol en las horas de más calor. Además, también cuenta con chiringuito, kiosco, merenderos y aseos, todo lo necesario para pasar un día perfecto. La entrada es gratuita, pero el aparcamiento que hay en sus inmediaciones tiene un precio de nueve euros.

La playa amurallada: Calicantón

Salimos de la Comunidad de Madrid para dirigirnos al pueblo toledano de Escalona. En esta pequeña localidad se encuentra a playa del Calicantón, pertenenciente a las aguas del río Alberche. Desde la orilla del paseo fluvial se pueden ver la muralla que rodea la localidad y su castillo, ambos del siglo XIII.

Un baño rodeado de historia que no deja indiferente a nadie. La playa también cuenta con una zona silvestre al otro lado del puente de piedra en la que dependiendo de la altura del caudal es posible bañarse o no. En cualquier caso, es un espacio estupendo para merendar y refrescarse cualquier tarde de verano.

Para ir con amigos de cuatro patas: playa de Estremera

El municipio madrileño de Estremera también tiene playa. En su caso no es un pantano, si no un paseo fluvial. La Comunidad de Madrid reconoce esta zona como apta para el baño, aunque el color verdoso de sus aguas puede echar para atrás a más de un bañista.

La playa se encuentra totalmente rodeada por árboles y naturaleza, aunque lo mejor de la zona es que el acceso de perros está permitido. Podrás compartir con tu amigo de cuatro patas un día a la orilla del paseo fluvial y disfrutar de su compañía, algo que en la mayoría de zonas de baño no es posible. Las actividades acuáticas son el otro punto fuerte de estas aguas. Se pueden hacer rutas en kayak, una opción perfecta para los amantes de la aventura.

Escapada familiar: río Alberche

El río Alberche inundan numerosas zonas de baño de la región, aunque la más famosa es el arenal que forma junto al río Perales. Es lo más parecido a una playa que se puede encontrar en los alrededores de la localidad de Aldea del Fresno.

De las recomendaciones que incluimos en esta lista, es la mejor opción para una escapada en familia. Los más pequeños pueden jugar y bañarse sin peligro gracias a la poca profundidad con la que cuentan sus aguas. Además, sus alrededores están repletos de bosque para caminar y recrearse después de un chapuzón en el agua.

Con cascada: río Cambrones

Si Las Presillas son frías, el agua de las Calderas de Cambrones está helada. Es paradójico que reciban este nombre teniendo una temperatura tan baja, aunque la historia de su denominación se debe a su forma de grandes marmitas esculpidas en la roca.

Esta zona de baños se encuentra en Palazuelos de Eresma, una localidad de la provincia de Segovia. Los habitantes de los pueblos aledaños van hasta allí cada fin de semana a refrescarse (y bien refrescados). Es una opción más alejada de la región, aunque solo por disfrutar del entorno natural por el que fluye el río Cambrones merece la pena. De entre las piedras surgen pequeñas cascadas que vierten su agua en el río, un espectáculo visual que poco se atreven a probar en sus carnes.

La más grande de España: piscina natural de Riosequillo

En Buitrago de Lozoya tienen la piscina natural más grande de España. Cuenta con 4.500 m2 de extensión y su agua proviene del embalse de Riosequillo, del que recibe su nombre. La zona tiene de todo, no le falta detalle. Hay chiringuito, pistas deportivas, área infantil para los más pequeños, vestuario, sombrillas... Vamos, que es el lugar ideal para disfrutar de todo lo bueno de un día de baño. Las vistas tampoco dejan indiferente a nadie. Desde la piscina se ve la sierra de Madrid desde las alturas.

Las entradas solo pueden comprarse en taquilla. Recomendamos ir temprano, sobre todo los fines de semana, porque suelen generarse grandes colas. La piscina cuenta con su propio aparcamiento gratuito con 700 plazas, por lo que ir hasta allí en coche es la mejor opción.

Para navegar: embalse del Burguillo

El embalse del Burguillo es a Ávila lo que el pantano de San Juan es a Madrid, lo más parecido a una playa que se puede encontrar por la zona. Tiene espacios en los que zambullirse y también puerto. Es habitual ver a veleros surcar las aguas como si de mar abierto se tratase. El inconveniente de esta playa es que carece de zonas de sombra. A diferencia de otros sitios que recomendamos, no hay árboles en la orilla en los que refugiarse, por lo que es imprescindible llevar sombrilla.

El Burguillo forma parte del municipio abulense El Barraco, un pueblo con mucho encanto donde hacer una parada técnica de camino a la playa para probar unas patatas revolconas o un buen chuletón. Otra parada obligatoria es el mirador del Cerro Capón, con unas vistas privilegiadas al Valle del Alberche.

Paraíso de la biosfera: Lagunas de Villafranca

Toledo aguarda una de las joyas naturales más hermosas de Castilla-La Mancha, las Lagunas de Villafranca de los Caballeros. Esta zona de baño es mucho más que agua. Aunque son poco conocidos, estos humedales han sido declaradas Reserva de la Biosfera por la Unesco. Este reconocimiento convierte la zona en una de las de mayor importancia ecológica de Castilla-La Mancha.

Este tesoro de la naturaleza se divide en dos partes: la Laguna Grande, lugar perfecto para darse un baño y disfrutar de sus aguas medicinales, y la Laguna Chica, un observatorio desde el que apreciar la riqueza de su biodiversidad. El humedal es uno de los mayores espectáculos de convivencia entre hábitat terrestre y acuático de la zona, con aves surcando los cielos y animales esteparios habitando su suelo. Entre los animales que se pueden ver en las lagunas destaca la presencia del pato colorado, el porrón moñudo y el ánade real. Sin duda, es una escapada en la que disfrutar de un baño muy especial.