El dulce por excelencia del verano es el helado, en esto no hay discusión. Nada como caminar por las calles de la capital cualquier tarde de agosto y cruzarse con una heladería, porque la parada es casi obligatoria. Todo el mundo tiene sus favoritos. Hay quienes siempre optan por los sabores más clásicos como el chocolate, la nata o la vainilla, otros que prefieren experimentar con combinaciones más excéntricas y los que no arriesgan y terminan pidiendo siempre el mismo. Como sobre gustos no hay nada escrito, en Madrid hay hueco para todos ellos. Es posible encontrar desde las heladerías más tradicionales italianas hasta nieves de sabores al más puro estilo asiático.
Entre el amplio abanico de opciones, este verano se ha sumado una nueva incorporación a la lista de heladerías en la capital que rompe con todo lo establecido: elabora helados con alcohol. Posiblemente la definición más aproximada del “placer adulto”. The Cocktail Ice Society, ubicada en el número 6 de la calle Espíritu Santo (en el local que durante décadas ocupó el Horno Diadema), es la novedad del verano en Malasaña. Su fachada llama la atención a todos los viandantes, con una estética más parecida a la de un bar de copas o una coctelería, que despista a los clientes: Pero en este local no se sirve la bebida en copa, se come con cuchara y en tarrina.
El concepto de negocio está muy alejado del de las heladerías tradicionales, su producto es muy diferente al que acostumbramos a consumir en este tipo de establecimientos. Es cierto que los helados con sabor a bebidas alcohólicas como el de ron con pasas o mojito son bastante típicos, nada nuevo, pero en The Cocktail Ice Society ofrecen algo distinto. Tomar una de sus propuestas tiene el mismo efecto que beberse una cerveza, entre tres y cinco grados de alcohol. Además, su carta incluye exclusivamente estos productos, en ella no encontrarás ningún sabor “normal”.
Abrir un establecimiento en Madrid con una dinámica tan concreta y diferente es, cuanto menos, arriesgado, aunque Manuel Madrid, uno de sus fundadores, tuvo claro desde que descubrió este concepto que sería todo un éxito. “El negocio surge porque mi socia, que es colombiana, viaja a Colombia y descubre una heladería de helados con alcohol. Lo prueba, le gusta mucho y le parece una buena idea”, relata el regente de The Cocktail Ice Society. Era la primera vez que veían una tienda de estas características y rápidamente despertó la curiosidad de los dos socios, “nos pusimos a indagar si en Madrid lo había desarrollado alguien y todavía no existía”. Desde el primer momento se centraron en ofrecer algo diferente e innovador.
El origen real de esta vertiente heladera no procede de Colombia: realmente fue creada y popularizada en Estados Unidos, donde llevan varios años de ventaja al resto del mundo. El gigante americano cuenta con numerosas franquicias que se dedican a comercializar helados con alcohol por toda la geografía nacional. Este es el caso de Buzzed Bull Creamery, con presencia en la mayoría de los estados del sur del país y más de una veintena de establecimientos. Otra de las empresas que triunfa en este sector es Hardscoop, asentados en la ciudad de Charleston (Carolina del Sur) y con un sistema de venta online que llega a todos los rincones de Estados Unidos.
Tanto Manuel como su socia estaban decididos a traer a la capital este modelo de negocio, pero no sabían por dónde empezar: “Ninguno de los dos somos heladeros, yo soy hostelero pero lo del helado me queda un poco lejos. Decidimos diseñar un plan de viabilidad y contactamos con un experto del sector para saber si funcionaría esta idea de negocio en España y cómo lo podíamos hacer nosotros”.
Desde un principio acordaron hacer helados artesanos, una de las claves del producto que ofrecen. “No queríamos que viniera ya todo hecho y nosotros comprar el alcohol y ya”, cuenta el hostelero. Querían distinguirse del resto de heladerías que incluyen sabores con alcohol en sus cartas, “utilizan saborizantes que no tienen alcohol, solo dan un sabor aproximado”.
En The Cocktail Ice Society ofrecemos un producto totalmente artesanal
El secreto de este local, que abrió sus puertas hace menos de dos meses, es que ofrece un producto totalmente casero, elaborado en el corazón de Malasaña. “Hacemos todo en la trastienda desde cero”, asegura su regente. El proceso de creación es lo más artesanal posible, utilizan una técnica italiana que permite alcanzar una textura cremosa sin llevar leche. “Primero batimos la mezcla en un bidón grande, después lo pasamos por la máquina de helado y por último lo llevamos a congelar a –40º”, explica Manuel. Ellos mismos se encargan de etiquetan las tarrinas. Otra de las cualidades es que no llevan prácticamente azúcar, excepto la que ya de por sí incluyen los productos: “Cuando el alcohol entra en contacto con el azúcar no consigue congelarse”. Solo añaden azúcar, y muy poca, a los dos únicos helados de su carta que no contienen alcohol, el de piña colada y el choco avocado.
Comer uno de estos dulces y refrescantes bocados es similar a beberse una cerveza, esto en el caso del tamaño pequeño, que contiene 150 mililitros. Si hablamos de la tarrina grande de medio litro, es posible que se nos suba a la cabeza. The Cocktail Ice Society ofrece 14 sabores, 12 con alcohol y dos sin alcohol. Los helados tienen un precio de seis euros para el tamaño pequeño y 16 para el grande.
¿Cómo encaja este tipo de negocio con las restricciones a la venta de bebidas alcohólicas en Madrid? El local asegura contar con licencia de heladería, lo que le permite vender productos helados, pero no despachar alcohol. Además, su horario de funcionamiento –hasta las 1.30 de la madrugada durante los fines de semana– contrasta con la prohibición de vender bebidas alcohólicas a partir de las 22.00 horas en cualquier comercio de Madrid que no sea un bar. La clave es si estos helados pueden ser considerados “bebidas” y si para los alimentos con alcohol se aplican las mismas restricciones.
Otros helados con alcohol en Madrid
Todas las recetas que manejan en la calle Espíritu Santo son de creación propia y en su mayoría se pueden encontrar los nombres de los cócteles más clásicos como el Cosmopolitan o el gin tonic. De este último cuentan con competencia directa en la capital. La cadena de heladerías Mistura, en colaboración con Nordés Gin, ha sacado su versión de este cocktail para el que utilizan la ginebra de la conocida marca gallega. En el caso de Mistura, esta fresca creación se encuentra disponible por tiempo limitado en 11 locales y en las heladerías que tiene la marca en La Latina y el Mercado de San Antón, donde se puede probar en formato cono y tres tamaños de tarrina.
La conocida cadena madrileña no es la única que se ha decidido a experimentar con sus helados, de hecho, hace un par de años, una empresa valenciana lanzó al mercado un producto muy similar. La propuesta de Kr Drinks consistía en una versión del helado con alcohol más comercial debido a su formato y elaboración, dejando atrás el concepto artesanal y apostando por polos de hielo tipo flash y con la forma de un Calippo. Un concepto más cómodo a la hora de consumirlo, que puede comprarse en grandes cantidades y almacenarse congelado. También existe una importante diferencia en cuanto al precio, 12 unidades de flash cuestan nueve euros y ocho de estilo Calippo 10 euros. Además, es posible degustar más de un sabor, ya que en su variedad incluyen ginebra rosa, ginebra de menta, whisky con canela y cazalla.
En el plano internacional, existe una marca que apostó por comercializar este tipo de productos por todo el mundo. La cadena heladera Häagen–Dazs, de origen estadounidense, lanzó en 2017 una línea de helados en los que combinaba postres clásicos con alcohol, Häagen–Dazs Spirits. Entre los sabores más destacados se encuentran el de café irlandés con biscotti, tarta de limón con vodka o trufa de chocolate con whiskey, aunque con una graduación alcohólica muy baja.
Es evidente que este nuevo concepto heladero está triunfando este verano y seguramente continuará sorprendiendo con nuevas variaciones próximamente. Volviendo a The Cocktail Ice Society, preguntamos a su regente cuál era el best seller del negocio y sorprendentemente no era ninguno de los clásicos. El Running Gang, ideado por Manuel y hecho a base de maracuyá y ginebra, es el más vendido del local. Sus orígenes como coctelero han influido notablemente en sus creaciones.
Los inicios nunca son fáciles en ningún negocio y menos cuando introducen una idea nunca antes vista, sin embargo, Manuel Madrid celebra el éxito de la heladería: “La aceptación ha sido muy buena, es cierto que la estética del sitio te deja descolocado, pero eso es precisamente lo que llama a la gente a entrar”. Actualmente, The Cocktail Ice Society ofrece únicamente helados, pero ya barajan de cara al invierno nuevas incorporaciones como dulces o cócteles. Incluso, sostienen la idea de convertir el negocio en una franquicia en un futuro y ya tienen planes de extender sus originales helados por Ibiza de cara al otoño.