Jardines, palacios, parques o iglesias: 10 terrazas con encanto en Madrid

La capital guarda algunos rincones mágicos donde poder tomar un buen refresco, cenar con amigos o, como diría Adara (Gran Hermano VIP): tomar “un descanso, porque llevamos un trote”. Las mesas de los locales que recopilamos a continuación, resguardadas entre zonas ajardinadas, dan el ambiente perfecto para disfrutar de una bonita velada, a solas o en compañía:

Café del RJB

Como parte de una de las propuestas del Grupo TriCiclo, el café-restaurante del Real Jardín Botánico cuenta con una terraza habitual, de las típicas de Madrid, pero con una diferencia importante: las vistas a este encantador rincón ajardinado de la capital, donde se puede comer, merendar o cenar al aire libre.

El Jardín de La Máquina

Un oasis rural en plena ciudad, rodeado de jardines y construido en torno a un lago. El Jardín de la Máquina ofrece platos que van desde arroces, pescados, o mariscos de las lonjas españolas, hasta las carnes nacionales, aunque es obligatorio reservar antes de acudir. A destacar: el reparto de algunas de las mesas de la terraza sobre plataformas construidas directamente encima del lago.

Citynizer Plaza

El hotel The Central House abre sus puertas a cualquier cliente que quiera subir a su restaurante. Situado en el corazón de Lavapiés, el Citynizer Plaza ofrece una carta que pasa por las bravas, ibéricos, calamares o ensaladillas, entre otros tantos platos. Una terraza situada sobre césped en la que transcurren diferentes eventos: domingos de DJ, viernes de conciertos, miércoles con sesiones de cine...

Terraza Atenas

Junto a la Cuesta de la Vega, con vistas de la Catedral de la Almudena y al propio parque. En su tranquila terraza se puede disfrutar de un gran ambiente y de las tardes, o noches, madrileñas, para continuar con el legado de lo que fue antiguamente parte del Campo del Moro. Lo compró Felipe II en 1590 para establecer un espacio que entonces se conocía como La Tela, donde los caballeros realizaban sus justas. Y es que a esas alturas del siglo XVI aún eran frecuentes entre los príncipes y cortesanos los juegos, ritos y ceremonias caballerescas de sabor medieval.

Fortuny Restaurant & Club

Los más refinados, y con hueco en su bolsillo para darse más de un capricho, cuentan con este espacio multidisciplinar. Allí se unen la esencia y la elegancia en la renovación de los clásicos convertidos en un verdadero palacete del siglo XXI. Un lugar donde poder comer, tomar una copa, celebrar, divertirse, experimentar y sorprenderse mediante experiencias memorables. No hay una pista de baile como tal, pero los comensales siempre pueden animarse a bailar alrededor de su mesa.

Restaurante Raimunda

¿Quién no fantasea con bajar unas elegantes escaleras de palacio, en dirección a unos jardines donde disfrutar de su íntima velada? Este espacio se encuentra en pleno centro de Madrid, rodeado de vegetación. Se puede degustar una cocina de producto con guiños iberoamericanos propios del espacio en el que se ubi­ca, el Palacio de Linares, actual sede de Casa de Amé­rica. Raimunda cuenta con diferentes ambientes al aire libre para disfrutar de un oasis en mitad de la ciudad. Para comidas y cenas se debe hacer una reserva previa.

Florida Park

Florida Park es un lugar central de la oferta lúdica madrileña, con experiencias y entretenimiento cada día: música, teatro, flamenco o cocina de autor. Preciosos atardeceres y el más sofisticado de los ambientes nocturnos. Con coctelería y un ambiente fresco e informal de colores cálidos, inspirado en los oasis del desierto de Marruecos, su terraza yace escondida entre las copas de los árboles y la icónica cúpula del rey Fernando VII. Además, todos los miércoles, a las 21 horas, La Terraza de Florida Park, cobra vida a la luz de las velas, junto a la música en vivo.

The Chapel

Y que perdonen al cliente, Padre, porque ha pecado. O tal vez no. Pero, desde luego, podrá verse tentado a entrar en este restaurante oculto en el patio de una iglesia de la Castellana. Se trata de la iglesia evangélica alemana, instalada en el corazón de un claustro rodeado de plantas y palmeras, con lucecitas verbeneras que generan una atmósfera acogedora. La decoración va por parte del estudio de Sonia Reixarch y, justo en frente, se puede contemplar la Iglesia de la Paz.

El Jardín de Alma

El número 207 de Arturo Soria cuenta, entre árboles, con este restaurante, que tiene diferentes zonas, interiores y exteriores, y una gran diversidad de propuestas gastronómicas. Salones privados, terrazas techadas, espacios chill-out y su propio jardín. Citan a Mario Benedetti: “El alma necesita ser alimentada con visiones hermosas, palabras que llenen… o por quién sabe besar el alma”.

El Jardín Secreto de Salvador Barchiller

Y no, no se trata de la novela clásica de Frances Hodgson Burnett. Este encantador lugar forma parte del último piso de una tienda de marca que cuenta con cinco plantas de moda y complementos. La sorpresa se descubre al final: un espacio lleno de plantas y flores frescas, con nebulizadores de agua en verano para refrescar y estufas en pleno invierno para entrar en calor, con decoraciones de jardín y una carta perfecta para desayunos, meriendas o algún brunch. En la temporada de verano cierra, por el momento, sus puertas, pero regresan en septiembre.