Ocho churrerías imprescindibles en Madrid para este invierno: las clásicas, con churros de colores y sin gluten

Tres ingredientes: harina, agua y sal. De una receta tan modesta surge uno de los dulces más preciados de la gastronomía española. Su elaboración puede parecer sencilla, pero encontrar un establecimiento en el que sepan preparar unos churros sabrosos, crujientes y poco grasientos no es tarea fácil. En Madrid, al igual que en otras ciudades de España, ir a tomar churros con chocolate es uno de los planes más típicos del invierno y, en concreto, de la época navideña. 

Este dulce tiene su origen en China hace siglos. La costumbre de freír la masa de harina en aceite llegó a Europa con las primeras expediciones al lejano Oriente, donde era habitual consumir este tipo de elaboraciones. Aunque se ha podido comprobar el origen de los churros, no existe un consenso claro sobre su llegada a la Península. Mientras que algunos historiadores aseguran que los trajo Marco Polo en el siglo XIII, otros consideran que fue más tarde, durante la expedición del portugués Jorge Álvares a China en 1513. 

La tradición de comerlos en Madrid surgió en las ferias ambulantes. Durante las fiestas, llegaban a la ciudad puestos de freidurías de otras ciudades y uno de los productos que se podían encontrar eran los churros o “verbeneros”, nombre con el que los madrileños bautizaron a este dulce propio de las verbenas. Con el paso del tiempo, se instalaron las primeras churrerías en la capital, de las que todavía quedan algunas abiertas, y comer churros se convirtió en algo habitual. 

No existe una fecha señalada en la que comerlos o un momento del día concreto, se pueden tomar para desayunar, para merendar o de postre, aunque su popularidad aumenta en los meses más fríos del año. Existen diversas formas de hacerlos, en lazo, como palos o en una versión más grande y esponjosa como son las porras. Para acompañarlos, no puede faltar el chocolate, aunque algunas personas prefieren mojarlos en café o incluso en anís.

Como sobre gustos no hay nada escrito, tú dices cómo comerlos. Si tienes dudas sobre dónde encontrar los mejores churros de la capital, en Hoy Se Sale hemos seleccionado algunas opciones para entrar en calor este invierno. De las de toda la vida y algunas más modernas que ofrecen versiones de este dulce muy divertidas. Estas son las ocho churrerías imprescindibles en Madrid: 

Los más internacional: Chocolatería San Ginés

Un madrileño de bien tiene que terminar la Nochevieja tomando churros y si hay un lugar en la ciudad famoso por preparar el primer chocolate del año es San Ginés. Esta chocolatería es una de las más famosas de la capital. Reciben miles de turistas cada día y su dueño asegura que venden 100.000 churros por jornada. El local principal abre hasta altas horas de la madrugada de jueves a sábado, por lo que muchos eligen esta churrería para terminar sus noches de fiesta con un buen desayuno.

Llevan abiertos desde 1890, aunque hasta 1894 no se convirtieron en chocolatería. Durante el período de la Segunda República, debido a su ubicación entre pasadizos, se rebautizó popularmente como “La Escondida”. Ha sido inspiración para grandes autores de la literatura española como Benito Pérez Galdós y ha servido churros a celebridades de todo el mundo. De hecho, cuentan con un muro de la fama del que cuelgan cientos de fotos de personalidades que han pasado por allí como Pedro Almodóvar, Andrew Bynum o Juan y Medio.

Actualmente, además de servir churros con chocolate, cuentan con una amplia carta de dulces, tartas, helados y trufas elaboradas en su obrador. Además de su local principal, cuentan con otro a pocos metros donde ofrecen algunas opciones saladas para los menos golosos. El éxito de San Ginés ha llevado a sus dueños a expandir el negocio a otos países como Japón, China, México, Argentina y Estados Unidos. Es la churrería más internacional de Madrid, aunque sus churros siguen respetando la receta original.

El clásico que nunca falla: La Andaluza

Despertarse y tener para desayunar churros es un placer casi inigualable. Tomarlos por la mañana es una de las opciones favoritas para muchos e incluso es tradición comprarlos a primera hora y llevarlos a casa calientes para desayunar en familia. La Andaluza es la churrería de los madrugadores. Abre a las 6.30 horas y cierra a mediodía, por lo que su especialidad son los desayunos. 

El local es muy pequeño, tanto que no tienen ni mesas ni sillas. Los clientes que quieren tomar allí los churros tienen que hacerlo de pie en la barra. Aunque no cuentan con las comodidades de otros establecimientos, siempre están llenos. Son todo un referente en Tetuán. Se definen como una churrería que sirve desayunos castizos, potentes para afrontar las mañanas más frías. Su carta es corta y precisa: churros, porras y buñuelos. Para acompañar, un chocolate caliente bien espeso. Este listado va de churros, pero si vas a La Andaluza tienes que probar sus buñuelos, es tal su éxito que algunos se autodenominan “buñueloadictos confesos”. 

Con forma de corazón y sin gluten: Chocolatería 1902

Cien años dan para mucho. Mucha gente se pregunta cuál es el secreto de la chocolatería 1902 para llevar más de un siglo haciendo churros en Madrid y seguir teniendo el mismo éxito que en sus inicios. La respuesta es sencilla: ponen el corazón en todo lo que hacen. Además, literalmente. Sus churros son conocidos por muchas cosas, aunque la más reseñable es su forma de corazón, una pequeña modificación de los lazos tradicionales que atrae todas las miradas.

Por el local han pasado cinco generaciones y siguen manteniendo su esencia. Churros crujientes que cuentan con una versión cubierta de chocolate para los más golosos. Respetan la tradición, pero también han sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Es de las pocas churrerías de Madrid que cuenta con la versión de este dulce sin gluten. Además, también tienen opciones veganas, sin lactosa y sin azúcar. Para acompañarlos, cualquiera de sus chocolates es buena opción, son de elaboración propia y puedes combinarlos como quieras.

  • Dónde: Calle de San Martín, 2 (Metro Ópera L2, L5 y Ramal Ópera-Príncipe Pío)
  • Más información y carta de la churrería

Guapa, lista y neocastiza: Schotis

Los tiempos cambian y hasta las recetas más tradicionales como los churros se reinventan. En Chamberí, distrito castizo donde los haya, hay una churrería que ha modificado este dulce con una colorida propuesta. En Schotis se definen como neocastizos, un concepto que mezcla lo mejor de lo tradicional y lo moderno. Su producto estrella son los churros, que pueden tomarse en tamaño normal o en una versión más pequeña, llamada “pichis”, para así probar más sabores. En este establecimiento es posible comer churros de color azul y rosa o mojarlos en helado, sirope y dulce de leche. Schotis es la opción perfecta para los amantes de los churros que desean probar algo nuevo.

La de barrio: Churrería Siglo XIX

A primera hora de la mañana, el aceite de la Siglo XIX empieza a calentarse y los churros de masa fresca comienzan a freírse en las enormes ollas chispeantes. El resultado de la elaboración diaria es un producto crujiente por fuera y blando por dentro, que ha convertido a esta churrería en la mejor de Vallecas. Conseguir que los churros no queden aceitosos es una habilidad que muy pocos tienen, pero en la Siglo XIX lo han conseguido. Ellos apuntan alto y aseguran que sus churros y porras son “los mejores de Madrid”.

Llevan más de 40 años sirviendo desayunos a vecinos del barrio, desde los trabajadores que van a primera hora de la mañana hasta los niños que pasan por la churrería antes de ir al colegio. El local cuenta con dos plantas y las mesas suficientes para quedar cualquier domingo a desayunar sus churros con chocolate. Después del éxito obtenido durante tanto años en Vallecas, ahora también endulzan las mañanas de los vecinos de San Sebastián de los Reyes (Calle San Onofre, 25).

  • Dónde: Avenida de la Albufera, 270 (Metro Miguel Hernández, L1)
  • Más información y carta de la churrería

Para los domingos en El Rastro: Churrería Santa Ana

Una cocina y un mostrador, la churrería Santa Ana no ha necesitado más para convertirse en una leyenda del barrio de La Latina. El local es muy pequeño, tanto, que si hay más de tres personas esperando, alguna tiene que quedarse fuera haciendo cola. Desde 1895, sus churros se han convertido en el desayuno de muchos vecinos del barrio antes de ir al mercadillo de los domingos en Madrid por excelencia, El Rastro. Solo sirven para llevar y su carta únicamente incluye churros, porras, chocolate y café. No necesitan más. El producto que ofrecen es tan bueno que les ha bastado durante casi 130 años para generar colas inmensas. Solo abre hasta las 11.30 horas, pero madrugar para desayunar sus churros merece la pena.

  • Dónde: Calle de Santa Ana, 7 (Metro La Latina, L5)

La más antigua de la capital: Madrid 1883

En pleno barrio de Malasaña se encuentra la churrería más antigua de Madrid, o al menos así se hacen llamar. Fundada en 1883, ha pasado por las manos de varias familias, pero nunca ha cambiado su esencia. En la actualidad, Madrid 1883 es un local que combina lo tradicional, lo industrial y lo moderno, donde se pueden degustar masas fritas con la receta original acompañadas de un café o un chocolate caliente. Un espacio renovado y acogedor que permite ver a través de una cristalera la elaboración del producto en la cocina.

Se definen como “un lugar para que mayores, niños, hipsters y millennials vayan a mojar el churro”. Por sus cuatro paredes han pasado años de historia y eso ha traído consecuencias. Aunque mantienen la receta de siempre, han añadido a su carta otras opciones como tortitas o churros de colores. Para acompañar cualquier elaboración de su carta, su chocolate es la mejor opción: más bien dulce, sin pasarse de espeso y con la textura perfecta para degustar mojando sus frituras.

  • Dónde: Calle Espíritu Santo, 8 (Metro Tribunal L1 y L10) y Paseo de las Delicias, 44 (Metro Delicias, L3)
  • Más información y carta de la churrería

De colores, con helado y en cucuruchos: Churrocks

Hace pocas semanas, un nuevo negocio abrió sus puertas en Chueca. Recién llegados de Valencia, su ciudad de origen, han revolucionado el barrio madrileño con sus churros. La propuesta de Churrocks es un tanto diferente, la versión más moderna posible de los churros. Al igual que Schotis juega con los colores, los tamaños y las formas, aunque su forma de servirlos es totalmente rompedora. 

Su carta es tan amplia que ofrece todo tipo de dulces elaborados con esta masa frita. Entre sus especialidades se encuentran las bandejas de diez churros con salsas, que van desde el típico chocolate con leche hasta pistacho o kinder bueno. También cuentan con una amplia variedad de porras envueltas en filipinos, oreo o frutos secos. Y por supuesto, su versión más original: churros en cucurucho. Sustituyen el típico cono de papel en el que se envuelven en las churrerías tradicionales y lo cambian por un cucurucho comestible como si de un helado se tratase. No hay límites para la imaginación.

  • Dónde: Calle de Gravina, 3 (Metro Chueca, L5)