'Hackear' el cáncer: virus que se imprimen en 3D para atacar los tumores

Andrew Hessel es un biólogo celular y científico genético que lleva más de 30 años investigando cómo combatir el cáncer, una enfermedad que afecta cada día a un mayor número de personas y que, hasta el momento, intenta combatirse especialmente a través de duras quimioterapias. Hessel, que trabaja en el laboratorio de biología digital de Autodesk, considera que la investigación es lenta y cara, así que “ha llegado la hora de dar un nuevo enfoque al tratamiento del cáncer. Hay que ‘hackear’ el sistema actual y crear uno mejor”, explica a HojaDeRouter.com.

Para llevar a cabo esa tarea, afirma, hay que tener en cuenta varias cosas: que el cáncer es una enfermedad provocada por las células del propio cuerpo, que no hay dos cánceres iguales aunque se desarrollen en el mismo sitio, que la destrucción selectiva de las células cancerosas es la clave para lograr un tratamiento eficaz, que es necesario un sistema de desarrollo de fármacos que se reproduzcan rápidamente y a bajo coste, y que, por todo ello, hay que confiar en la ingeniería genética.

Hessel recuerda que tratamientos como la quimioterapia son tóxicos para el cuerpo humano, y afirma que la verdadera lucha contra el cáncer pasa por investigar métodos personalizados y selectivos, que vayan directamente al foco del tumor y no afecten a las células sanas del paciente. Investigar la impresión de virus en 3D para destruir células cancerígenas una a una.

En la actualidad, al igual que algunos medicamentos se pueden diseñar genéticamente utilizando herramientas informáticas, hay virus cuya información genética puede grabarse dentro de una célula utilizando una impresora de ADN. Como las células duplican su ADN cada vez que fabrican una proteína o una enzima, el material genético del virus que se ha introducido (y que tiene un componente biológico capaz de acabar con la célula cancerígena) también se reproduce, y va luchando contra el tumor.

Explica Hessel que algunos virus son oncológicos (matan células) de forma natural, pero otros tienen que fabricarse gracias a 'software' específicos – como el proyecto Cyborg que desarrollan los ingenieros de Autodesk – y a los propios sintetizadores de ADN. Son virus, opina, que contribuyen a manejar el cáncer de la misma forma que un antibiótico ataca una infección bacteriana.

“Si podemos imprimir a medida un componente complejo para insertarlo en una nave espacial, ¿por qué no vamos a poder crear una medicina a medida para un paciente con cáncer?”, se pregunta el 'biohacker'. Propone dejar de lado ideas anticuadas que llevan décadas investigándose, que se dejan por el camino miles de euros pero no salvan vidas. Con la impresión en 3D de virus que ataquen a las células tumorales se pueden conseguir medicamentos “seguros” y a un precio que todo el mundo pueda permitirse.

¿Funcionará de verdad?

Las prácticas que intentan acabar con el cáncer de forma localizada se han probado ya en algunos países – especialmente para el cáncer de mama y de hígado – con “resultados milagrosos”, explica el científico. Sin embargo, técnicas como la impresión de virus en 3D para atacar células cancerígenas aún no han sido probadas ni en animales ni en seres humanos. A pesar de ello, Hessel es optimista y cree que su novedoso planteamiento se generalizará “no sólo para el cáncer sino para cualquier tipo de infección”.

Cuando la investigación esté completamente finalizada, el siguiente paso será iniciar el estudio con pacientes de cáncer. Se les someterá a una biopsia para perfilar el tipo de cáncer que padecen, que será completamente analizado y estudiado (en qué zona se encuentra, cómo se desarrolla y expande, etc). Esos datos serán utilizados para diseñar y fabricar uno o varios virus sintéticos, que se pondrán a prueba en el laboratorio sobre las células obtenidas durante la biopsia para confirmar que ese virus puede atacar a las células tumorales de forma selectiva.

Después, la persona será sometida a un tratamiento utilizando ese virus específico, que se repetirá tantas veces como sea necesario para controlar y eliminar el cáncer.

Según Hessel, los efectos secundarios serán mínimos, aunque los resultados variarán según la persona, el tratamiento y la zona y se especificarán con el tiempo. Lo que tiene claro es que solo será tóxico para las células cancerosas, y nunca afectará a las sanas.

No sabe cuál podría ser su coste, y aunque está concebido para ser mucho más barato que los métodos actuales, reconoce que las primeras pruebas serán caras porque las herramientas y procesos del 'software' tendrán que ser construidos y reconstruidos hasta conseguir “la máxima eficacia y seguridad”.

La fabricación del primer virus diseñado por Autodesk (PhiX174) ha costado menos de 800 euros, y “con los nuevos avances en síntesis de ADN creo que el coste de fabricar estos medicamentos será muy bajo. Después de todo, ¿cuánto cuesta coger un resfriado y curarse?”.

¿Qué opina la comunidad científica?

Todas las investigaciones novedosas son bienvenidas, sobre todo las que intentan poner fin a una enfermedad como el cáncer, asegura Fernando Corrales, catedrático de bioquímica de la Universidad de Navarra. No obstante, comenta que la investigación del biólogo estadounidense tampoco se aleja demasiado de otras que se están llevando a cabo actualmente y que centran su atención en el foco tumoral para tratarlo de forma específica.

Javier de las Rivas, investigador científico del CSIC, está de acuerdo con este planteamiento, aunque admite que este tipo de tratamientos no son muy habituales y que aún no se ha visto ninguno que imprima virus en 3D.

Hay que tomar con actitud positiva estas nuevas iniciativas, pero también con precaución”, advierte Corrales, porque son incipientes e inconclusas.

Sea como sea, Hessel está totalmente convencido de que su investigación será fundamental en un futuro muy cercano para la lucha contra el cáncer. Afirma que en realidad es una enfermedad fácil de tratar si se cambia el modelo de negocio que hay detrás de la medicación de los pacientes. ¿Será capaz este científico de 'hackear' el cáncer?

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Las imágenes de este artículo son propiedad de Andrew Hessel