En más de la mitad de los hogares españoles, son ellas las que llevan las cuentas. Según el último estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), solo en un 5 % de las familias son los hombres quienes se ocupan en exclusiva de gestionar los gastos y compras cotidianos. Lo mismo ocurre en otros países occidentales.
Aquí es donde Victoria Yasinetskaya, directora de ‘marketing’ de Strands, una firma del sector ‘fintech’, encuentra una contradicción: “Lo curioso es que en el sector financiero más del 80% de las decisiones las toman los hombres, tanto sobre cuestiones de liderazgo como de desarrollo de producto”, explica a HojaDeRouter.com.
Para Yasinetskaya, las empresas del ‘fintech’ ejemplifican el desequilibrio de género existente tanto en la cara económica como en la tecnológica de esta nueva área multidisplinar.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, que se celebra hoy, ocho de marzo, Yasinetskaya abordará esta cuestión en el encuentro Women Techmakers que está teniendo lugar en Barcelona. Nos ha adelantado las claves para comprender la situación, sus raíces y la posible evolución de un ecosistema con el que está muy familiarizada.
Una de ellas es la herencia cultural. “Los sectores tecnológico y financiero han estado dominados tradicionalmente por hombres”, afirma. El área ‘fintech’ es una de las más prometedoras de 2015 y 2016: mueve miles de millones de dólares entre ‘startups’ e inversores que se apuntan a la tendencia.
Un sector de moda
Bajo el término se engloban tanto las plataformas y aplicaciones que ofrecen servicios financieros similares a los bancos y, por tanto, compiten con ellos, como aquellas que aportan herramientas tecnológicas a las entidades tradicionales, como es el caso de Strands.
“Desarrollamos soluciones que los bancos pueden implementar dentro de su oferta de banca ‘online’”, indica Yasinetskaya. El escenario en su empresa refleja la desigualdad que todavía impera: “Somos 11 directivos y, entre ellos, yo son la única mujer”, confiesa.
La plataforma de ‘fintech’ Spotcamp ha ilustrado el panorama con datos: la presencia de las mujeres entre los altos ejecutivos del sector es aproximadamente del 9 %. Según las cifras del informe ‘The power women in fintech index: bringing the gap’ (una colaboración del Instituto de Finanzas Digitales y la consultora Carlisle & Gallagher), entre los CEO de las 50 empresas europeas con más inversión de este área hay una única mujer, y solo un 4,95 % de los puestos de mayor responsabilidad están ocupados por ellas.
Algunos de los miembros de Strands, incluida Yasinetskaya, ayudan con su conocimiento y experiencia a los emprendedores. Hacen de mentores en diferentes programas de apoyo a ‘startups’, como el Lean Startup Creation de la Universidad Politécnica de Cataluña, y allí los chicos también son mayoría.
En España, según el mapa del sector ‘fintech’ elaborado por Mooverang, un gestor de economía personal respaldado por la OCU, solo un 5 % de los fundadores o máximos responsables de las compañías son mujeres.
En el lado puramente tecnológico, las cifras no son mucho más halagüeñas: el 14,3 % de los equipos directivos de las 100 empresas tecnológicas más importantes a nivel global son mujeres. Y en el bando de las entidades financieras tradicionales, la presencia femenina en los comités ejecutivos de los diez mayores bancos de Europa es del 33 %.
Este predominio masculino actúa, según la experta, como una lente que muestra una imagen distorsionada. “La escasez de mujeres entre emprendedores y ejecutivos bancarios que intentan transformar cómo los consumidores gestionan su dinero obstaculiza que la industria conozca bien su mercado”, asegura. En otras palabras, las mentes masculinas diseñan los productos que luego usarán, sobre todo, las féminas.
Según su experiencia, lo que limita el avance en este sentido no es la demanda de puestos de trabajo, sino la oferta. “Cuando buscamos ingenieros informáticos, la mayoría de candidatos continúan siendo hombres, pese a ver cada vez a más mujeres formadas e interesadas en esta área”, indica.
Al ser un sector multidisciplinar, la formación con la que pueden acceder también es variad, “desde temas puramente tecnológicos a desarrollo de producto o diseño”. Yasinetskaya cree que, a medida que las mujeres estén más y más presentes en las empresas, la situación se normalizará y desparecerá también “la discriminación por sexo, sobre todo en puestos directivos”. Se refiere no solo al sector 'fintech', sino a nivel global. “Hoy en día, más que el género, se valoran las habilidades, el interés y la motivación de cada candidato”.
“Las mujeres están demostrando que muchas veces son incluso mejores en estas posiciones de liderazgo, por la manera que tenemos de gestionar los temas. Solucionamos bien los conflictos y no solo buscamos beneficios económicos”, prosigue.
Pero, ¿están ellos dispuestos a dejar paso al otro género? Yasinetskaya cree que todo es cuestión de experiencia. Una vez comprueban que una trabajadora da buenos resultados, dejan los posibles prejuicios a un lado. El machismo, cree, está disminuyendo. “Cuanta más experiencia, capacidad y confianza en sí mismas tengan las mujeres, más las verán los hombres como iguales”, asegura.
Diferencias territoriales y culturales
Yasinetskaya asegura que existen diferencias entre países. “En las regiones nórdicas europeas hay más mujeres ocupando puestos de dirección y también técnicos, en parte porque su tradición es distinta”, afirma. El análisis de ‘The power women in fintech index: bringing the gap’ revela que solo en Noruega el porcentaje de mujeres en los comités ejecutivos de los bancos supera el 30 %.
También en Estados Unidos, donde los emprendedores comenzaron a poner sus miras en el ‘fintech’ antes que a este lado del charco, el género femenino tiene un mayor protagonismo, aunque la diferencia no es precisamente abismal: un 27 % de las ingenieras son mujeres y únicamente hay dos CEO femeninas entre los grupos que dirigen sus 50 bancos más importantes.
Por otro lado, independientemente de la geografía, la legislación tiene un papel determinante. “Llega un momento en el que alcanzas el punto crítico de tu carrera. Tienes suficiente experiencia, estás capacitada para ascender, pero también quieres tener una familia”, explica Yasinetskaya.
Si las mujeres no encuentran facilidades que les permitan compaginar carrera e hijos, tendrán que elegir, y si optan por la maternidad, difícilmente cruzarán la barrera hacia los puestos más altos. Para conseguirlo, cuentan con el apoyo de asociaciones como ‘Women in Fintech’ y Tech&Ladies, que abogan por borrar de una vez las diferencias de género.
En palabras de Yasinetskaya, “para que el ‘fintech’ se convierta en un sector verdaderamente revolucionario y entienda bien las necesidades del consumidor final, mayoritariamente femenino, tiene que haber más mujeres que participen en el desarrollo de los productos y servicios”.
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