Karen Beard, Jenifer Daniels, Eric Bailey y Sharda Sekaran tienen dos cosas en común: no solo piensan que las tradicionales fotos de recurso solo reflejan falsos estereotipos, sino que se han puesto en marcha para que eso cambie. Ellos son los impulsores de proyectos que pretenden convertirse en una alternativa a las grandes agencias. Aunque son conscientes de que no es fácil competir con empresas tan relevantes, saben cómo ganarse a su público.
A Beard experiencia no le falta. Además de trabajar para el New York Times o Sony Music, ha dedicado los últimos 15 años de su carrera profesional a tomar fotografías para la propia Getty. Por eso, cansada de una industria “muy machista”, de que la mayor parte de las imágenes de archivo muestren a las mujeres como inferiores a los hombres y de ver y hacer “fotos horribles sobre ellas” durante toda su vida, ha buscado el cambio lanzando SheStock. Su proyecto es por y para mujeres: son las que fotografían y las protagonistas de los retratos, como la autora explica a HojaDeRouter.com.
Su propósito es conseguir que las niñas y adolescentes no crezcan rodeadas de contenido que las usa como objetos sexuales. En caso de que eso no pueda controlarse, al menos, espera que desarrollen habilidades para cuestionar lo que ven.
Ahora son las fotógrafas las que “deben recrear un diálogo visual dirigido a ellas mismas”. Por el momento, 130 se han unido a la iniciativa desde decenas de países diferentes y han puesto su objetivo sobre madres que educan a sus hijos, abuelas que cuidan a sus nietos, jóvenes que hacen ejercicio, que se enamoran, que trabajan en industrias o que lo hacen en el mundo de la investigación científica, de la ingeniería o las matemáticas.
Recrean “vidas reales de mujeres reales” y el entorno familiar y laboral de “muchachas poderosas y valientes” que protagonizan ya 7.000 piezas. Además, Beard controla que los encargados de hacer el trabajo no den nada por supuesto ni se fíen de lo que “otros dicen que debe ser”, sino que muestren lo que ven tal cual es.
Por eso les anima a fotografiar desde los escenarios que mejor conocen y pide a las modelos que reproduzcan sus quehaceres diarios y lo que más les apasiona hacer. Esa es la manera de lograr que la imagen “emocione” y conecte con el público. La honestidad también está de su lado y es lo que, según Beard, consigue que el producto llegue a todas partes.
Más allá de la perspectiva de género, otra mujer también quiere participar en el movimiento de cambio. Se trata de Jenifer Daniels, una afroamericana amante de la tecnología que se define como firme defensora de la “diversidad en la narrativa digital” y que, con ColorStock, quiere proporcionar imágenes “auténticas” de gente negra, asiática o latina. Se trata de un espejo donde estos ciudadanos puede mirarse sin complejos, sin sentir que forman parte de grupos poco privilegiados, como vienen siendo representados por norma general.
La intención es “que se les vea en el trabajo o diviertiéndose”, que se refleje su vida con todos los matices realistas posibles. Su catálogo cuenta ya con centenares de fotos de personas de color que tocan el piano, que se columpian en el parque, que pasean por la calle, que hacen ejercicio o que compran en el mercado. Nada que ver con los clásicos estereotipos relacionados con la inmigración ilegal, la pobreza o la delincuencia.
Lo que ocurre, explica, es que las imágenes habituales carecen de los elementos culturales necesarios para contar una historia auténtica. Por eso intentar encontrar fotos que hagan honor a la verdad se convierte en misión casi imposible y en parte de un “gran problema”.
El proceso de selección, tanto del fotógrafo como de su trabajo, es muy exhaustivo, puesto que la mayor parte de las veces la foto se hace por encargo y porque se necesita para un proyecto concreto. Por ese motivo, quienes se implican son artistas con experiencia que conocen bien el sector que deben representar.
Quien también tiene ese bagaje, aunque en el ámbito de las 'startups', es Eric Bailey, desarrollador, diseñador y uno de los fundadores de StartupStockPhotos, el proyecto de imágenes de recurso que surgió casi por casualidad y con el que ha puesto su granito de arena para acabar con el triste reflejo de grandes empresas que ya no representan a las nuevas y más pequeñas. Por ello ofrece fotografías más adaptadas a los tiempos y ligadas al nuevo ecosistema.
Explica que comenzó a tomar fotos él mismo, de manera regular y desde hace dos años, cuando asistía a foros y reuniones junto a otros jóvenes trabajadores del mundo tecnológico. Las tomaba por gusto, para utilizarlas cuando él mismo las necesitara, pero sin el propósito de crear una herramienta futura que hoy ha conseguido gran notoriedad. “Pensé que me serían útiles para mis proyectos”, afirma, y hoy las usan personas y empresas de todo el mundo.
Su idea es simple: se desplaza hasta espacios de 'coworking' y otros lugares de trabajo para capturar su día a día de manera que el resultado responda a las necesidades de blogueros y otros creativos. Dice que sus fotos son de calidad y diferentes a las que existían antes: son frescas y el claro reflejo de la vida diaria de emprendedores y de quienes están en los primeros compases de montar su empresa.
Sin embargo, reconoce que este es un proyecto paralelo que solo gestiona cuando tiene tiempo, después de su horario laboral. Eso hace que haya cosas que se le escapen como, por ejemplo, que la cuenta de StartupStockPhotos en Pixabay no esté gestionada por él mismo, a pesar de tener “cientos de miles de descargas”.
Un cambio para el mundo cannábico
Sharda Sekaran ha tenido una idea bastante peculiar: crear una sección de fotos de recurso relacionadas con el mundo de la marihuana y dentro de la web de la Drug Policy Alliance, una institución que defiende un cambio positivo en la política cannábica. Aunque ahora es su portavoz, anteriormente dirigió la organización y lleva años trabajando en un sector que ve cómo los usuarios aparecen estereotipados en los medios de comunicación aunque la legalización esté llegando progresivamente a muchos lugares.
Explica que, aunque ha habido un cambio en la conversación global, cuando se habla, por ejemplo, de ciencia o ética (relacionadas con la marihuana) siguen utilizándose imágenes de consumidores casi siempre jóvenes y en ambientes festivos. Más allá de esa concepción exagerada, debería tenerse en cuenta que el cannabis puede ser consumido por diversos sectores de edad y utilizado por diferentes motivos. Sin embargo, y aunque “hay una gran gama de usuarios, solo vemos una representación sesgada: la del 'fumado'”.
Lanzó el proyecto porque estaba convencida de que la estigmatización de estos usuarios no podía deberse únicamente al cuestionable trabajo de los medios de comunicación. Junto a su equipo pensó “que podría deberse, simplemente, a que es difícil conseguir otro tipo de fotos”, tal vez por que el consumo de este producto aún es ilegal en muchos lugares. Por eso ellos mismos se encargaron del proceso y buscaron como protagonistas a “personas normales” que bien podrían ser nuestros vecinos, trabajar en el banco de la esquina o en una escuela o incluso ser respetables hombres de negocios. La intención era difícil puesto que poca gente está dispuesta a ser fotografiada consumiendo públicamente.
Las fotos han sido tomadas en lugares reales y estratégicos de San Francisco, Colorado y Oregón, donde el cannabis ya es legal con diferentes restricciones. En el primer destino visitaron un dispensario de marihuana medicinal para hacer las primeras sesiones con auténticos pacientes; en los dos siguientes buscaron casas privadas de usuarios habituales.
Los protagonistas no eran simples modelos, sino consumidores tanto terapéuticos como recreativos, aunque también familiares y amigos dispuestos a aparecer en las imágenes. Esto, según Sekaran, puede animar a los medios de comunicación a utilizar las imágenes sin prejuicios. Algunos, como The Guardian o The Huffington Post, ya lo han hecho.
Una buena oportunidad
Los impulsores de estas iniciativas son conscientes de que aún no pueden competir con las grandes agencias, puesto que se necesita mucho tiempo para construir una gran biblioteca de imágenes. Además, aún les resulta difícil asegurar que el comprador vaya a encontrar exactamente lo que está buscando. “Estamos muy lejos de eso”, admite Beard, y sin embargo están dispuestos a conseguirlo.
Todos son conscientes de que tienen algo que las antiguas agencias nunca conseguirán: sus iniciativas son pequeñas y de nicho, lo que les permite estár conectados de forma casi íntima con los fotógrafos, con los modelos y con la comunidad de compradores y responder con rapidez a cualquier petición o necesidad. “Se trata, también, de crear imágenes que los compradores quieren antes de que sepan que las quieren, y pequeñas agencias como la nuestra pueden hacerlo bien”, asegura la impulsora de SheStock.
Lass fotos tienen mucho poder sobre la vida cotidiana de la gente. “Eso requiere que tanto los autores de las imágenes como sus compradores actúen de forma más responsable porque ayudan a crear y modificar las normas sociales”, dice Beard. Eso implica, a su juicio, que la producción no recaiga en un par de agencias, sino que “haya tantas voces como sea posible”. Precisamente el objetivo que les mueve cada día.
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Las imágenes que aparecen en este artículo son propiedad de Shestockimages.com, Getcolorstock.com, StartupStockPhotos y Drugpolicy.org