Reflexiones sobre emprendimiento. Una charla al mes con un emprendedor, profundizando en su historia desde el punto de vista más humano para entender su trayectoria profesional. Nexo es un proyecto audiovisual sin ánimo de lucro y de libre difusión.
Hugo Giralt: “Silicon Valley se parece a la Grecia clásica o el Renacimiento”
De padre catalán y madre vasca, pero criado en Madrid, Hugo Giralt confiesa que de pequeño fue un mal estudiante. Quizá nada hacía presagiar entonces que, con el paso del tiempo, se convertiría en un emprendedor de éxito, amante del aprendizaje y que ahora busca ayudar a las empresas desde su 'startup' Propelland, cuyo objetivo es diseñar objetos “significativos” y servicios para la gente. Suya es, por ejemplo, la botella oficial de Powerade del Mundial de Fútbol de Brasil.
Con estudios de empresariales, 'marketing' y filosofía, al partir durante un año a Estados Unidos para formarse, recién salido de la adolescencia, se dio cuenta de que se tenía que “responsabilizar de lo que quería hacer en la vida”. Así lo cuenta en la conversación que mantuvo con Carlos E. Gómez para Nexo.
Solo, en un nuevo país, pensó: “En los próximos diez o quince años en mi vida, ¿qué es realmente lo que quiero hacer?”. Por ello, se aplicó y se convirtió en un estudiante “empollón”, mejor de lo que había sido hasta entonces. En aquellos años descubrió también el potencial de la tecnología y supo que su carrera estaría vinculada a ella.
Pero todavía quedaba para fundar Propelland. Antes de eso, la trayectoria laboral de Giralt pasó por el 'marketing' de empresas como Coca Cola o Telefónica, donde formó parte del desarrollo de Keteké. Cuando iba a comenzar a trabajar para esta última, en Londres, ya advirtió que no estaría más de “tres, cuatro años”. El gusanillo de emprender estaba dentro.
Un día, decidió dejarlo todo para estudiar un máster de diseño en Pasadena (California), algo totalmente nuevo para él (“había que mandar un ‘portfolio’ con cuatro proyectos que yo me tuve que inventar desde cero”) y que exigía mucho tiempo (“una caña que no te puedes ni imaginar”). Sin embargo, era lo que le gustaba hacer y era capaz de pasarse hasta tres días sin dormir “pero con una sonrisa”.
Giralt se deshace en elogios a Silicon Valley durante toda la entrevista: “El nivel de energías, de querer aprender, es apasionante”. Él cree que “Silicon Valley se parece a la Grecia Clásica o a la Florencia del Renacimiento”. Eso sí, no descarta volver a España: “El poder regresar algún día y devolver lo que has estado aprendiendo de tantos es muy importante”.
Giralt, para quien emprender es “una cuestión de actitud”, cree que estamos entrando en un nuevo Renacimiento, con un nuevo hombre a lo Da Vinci caracterizado por tener dos “capas” en las que envolverse: la del diseño y la de la tecnología. Y da un consejo a todo aquel que quiera innovar y crecer profesionalmente: “En el mundo ahora mismo, cuantas más cosas sepas, mejor”, porque ya no está el trabajo para toda la vida en la misma empresa, porque nos vamos a mover continuamente. “Yo tengo unas ganas de hacer y aprender… Cada vez más”. Y quiere tranquilizar a las nuevas generaciones: “Decidas lo que decidas, no te equivocas”.
Del mismo modo, alaba viajar y vivir una temporada en el extranjero: “Yo creo que es muy bueno salir de España. Creo que tenemos una capacidad de hacer muchísimas cosas. Creo que salir nos permite abrir muchísimo las miras, coger un montón de ideas, aprender de gente de todas partes del mundo”.
“¡Acabo de empezar!”, responde Giralt cuando se le pregunta por su trayectoria laboral hasta la fecha. “Me meto en la cama y cada día pienso todo lo que se puede hacer y digo: ‘Puf, es que no he hecho nada’. Y cada día pienso que he hecho menos”. En realidad, parece que ha hecho muchas cosas.
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La imagen que aparece en este artículo fue tomada por Thomas Heinser
De padre catalán y madre vasca, pero criado en Madrid, Hugo Giralt confiesa que de pequeño fue un mal estudiante. Quizá nada hacía presagiar entonces que, con el paso del tiempo, se convertiría en un emprendedor de éxito, amante del aprendizaje y que ahora busca ayudar a las empresas desde su 'startup' Propelland, cuyo objetivo es diseñar objetos “significativos” y servicios para la gente. Suya es, por ejemplo, la botella oficial de Powerade del Mundial de Fútbol de Brasil.