Un grupo de científicos ha encontrado una nueva y curiosa forma de transferir información a un teléfono: a través de mensajes magnéticos y utilizando para leerlos la brújula del móvil.
Mientras que un sistema de comunicación inalámbrica puede enviar datos hasta a 20 centímetros de distancia, los mensajes magnéticos se difunden solo a escasos centímetros. Esto podría servir, por ejemplo, para hacer los pagos con el móvil mucho más seguros, puesto que la información viaja cifrada, o para reemplazar a los poco exitosos códigos QR.
Según el investigador Kostakos Vassilis, uno de los creadores de Pulse (así han bautizado a este sistema), la mensajería electromagnética permite transferir datos a una distancia máxima de dos centímetros. Es, además, bastante lenta, así que nada de compartir archivos de gran tamaño - al menos de momento.
Pulse utiliza un electroimán para producir y manipular un campo electromagnético variable en el que se codifica la información, que después será leída por el magnetómetro de la brújula del móvil (midiendo las variaciones).
A través de este sistema, en el que los datos viajan totalmente cifrados, los investigadores de la Universidad de Oulu en Finlandia lograron enviar enlaces e incluso un archivo de música en formato MIDI, anticipando algunas de sus aplicaciones.
Sus creadores prometen anunciar nuevos usos de esta tecnología en una conferencia que tendrá lugar en septiembre.
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