Cuando supimos que Facebook podría haber manipulado nuestras emociones mostrándonos más o menos noticias felices, se nos erizó el vello de la cabeza a los pies. ¿Tanto puede influir en nuestro estado de ánimo una red social?
La respuesta, como ya se demostró, es afirmativa (aunque solo parcialmente). Y no es solo eso: además, Facebook puede predecir tu comportamiento en base a tus acciones pasadas y utilizar las recomendaciones de tus amigos para hacer que pinches en un determinado enlace (patrocinado) o compres un producto concreto (muy pronto será un supermercado).
Investigadores de la universidad de Maryland han utilizado análisis de datos parecidos a los de Facebook con fines que, a priori, parecen más loables. En un estudio recientemente publicado por la revista Communications, afirman ser capaces de predecir quién tomará el relevo de un líder terrorista si fallece o es capturado.
Además, aseguran que sus técnicas son capaces de revelar el daño que haría a una organización perder a cada uno de sus líderes, permitiendo de este modo afinar los objetivos de la lucha contra el terrorismo.
Para llegar a esta conclusión, los ingenieros de Maryland han analizado pormenorizadamente los datos disponibles sobre cuatro grupos terroristas reales (Al Qaeda, Hamás, Hezbollah y Lashkar-e-Taiba), tratando de encontrar en cada caso los tres individuos más relevantes para el colectivo, aquellos con más posibilidades de relevar al actual líder y cuya captura supondría un duro golpe para la organización.
Y todo esto, ¿cómo lo saben? Como ya apuntábamos al comienzo, gracias a la teoría de redes, la misma que usa Facebook para estudiarnos a nosotros. Tradicionalmente consiste en identificar las estructuras jerárquicas del grupo, especialmente los nodos centrales - el líder y sus colaboradores más cercanos -, pero esto es muy complicado en colectivos de naturaleza tan cambiante como las comunidades sociales o las organizaciones terroristas.
Por su dinamismo, para encontrar los objetivos más apropiados hay que medir factores como su influencia, sus conexiones y su rango dentro de la organización. Bastante obvio, ¿verdad? Sí, pero es ahora cuando llegamos a lo verdaderamente interesante: los gobiernos tienden a sobrestimar la importancia de los líderes.
Cuando se trata de combatir el terrorismo, no se suele considerar la posibilidad de que el grupo salga beneficiado de la captura de un mandamás concreto. Si, por ejemplo, se trata de un líder incompetente, quitarlo de en medio puede resultar beneficioso para la organización y complicar la lucha contra el terrorismo. Por eso es tan importante conocer los perfiles de los que están a su alrededor y los que le siguen en la línea sucesoria.
Se trata de impedir que el remedio sea peor que la enfermedad, y eso solo puede hacerse si se predice de antemano quién será el relevo.
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Imágenes: slagheap