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De un búnker a una catedral: diez ‘data centers’ situados en lugares insólitos

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En un futuro, la información confidencial de nuestra empresa podría rodearse de agua, aunque estará a buen recaudo. Al menos eso es lo que pretende Microsoft, que como ha comenzado un proyecto de investigación para estudiar la eficiencia de los centros de datos submarinos, que podrían aprovecharse de la energía maremotriz para funcionar. Aunque te parezca increíble, el océano no es el lugar más sorprendente donde se ubican los centros de datos. Los hay aún más raros:

En una antigua capilla…

Torre Girona, un lugar que un día fue sagrado, alberga el superordenador más potente de España. Con su cerebro de casi 50.000 procesadores, el MareNostrum está instalado en la que un día fue capilla de una finca privada en la Barcelona decimonónica, reconvertida en el rectorado de la Universidad Politécnica de Cataluña.

Los dos ‘petabytes’ de su disco duro —más de 2.000 discos duros del ‘terabyte’ de tu portátil— y su sistema de almacenamiento de ficheros de 11 ‘petabytes’ están resguardados en el interior de esta bella construcción, en una especie de urna de cristal. En la actualidad, el Barcelona Supercomputing Center está investigando cómo conseguir una arquitectura de bajo consumo.

... o debajo de una catedral

La impresionante catedral ortodoxa Uspenski, asentada en Helsinki, esconde un secreto bajo sus cimientos, y no nos referimos a su cripta. La compañía TI Academica instaló en un refugio antiaéreo de la II Guerra Mundial, situado en las profundidades de este lugar de culto, un centro de datos. La infraestructura sorprende también por otro detalle curioso: el calor de los servidores se utiliza para caldear las casas próximas.

Un búnker nuclear

Bajo las Montañas Blancas de Estocolmo se escondía un búnker nuclear en la Guerra Fría construido para resistir incluso a una bomba de hidrógenobomba de hidrógeno. La empresa de telecomunicaciones sueca Bahnhof decidió reaprovechar este refugio y convertirlo en un centro de datos al más puro estilo James Bond, equipado incluso con una puerta de metal de casi medio metro de grosor. Hace unos años, salió a la luz que Wikileaks planeaba utilizar los servidores de esta construcción.

Un rascacielos de 160 metros

El centro de datos del imponente Integarte Manhattan, un edificio de 32 plantas, dispone de cinco torres de refrigeración situadas en su parte superior. De esta forma, proporcionan el acondicionamiento necesario para esta infraestructura neoyorquina, que cuenta con casi 300.000 metros cuadrados de espacio para servidores.

Protegiendo los secretos en medio del desierto

En el desierto de Utah se ubica uno de los centros de datos de los servicios de inteligencia estadounidenses, utilizado por organismos como la polémica Agencia Nacional de Seguridad.como la polémica Agencia Nacional de Seguridad Aunque hace unos años al gobernador se le escapó que esta instalación sería la primera del mundo en poder almacenar un ‘yottabyte’ (10 bytes) —actualmente se cree que habría que llenar los estados de Delaware y Rhode Island con un millón de centros de datos para conseguirlo—, su capacidad real no es pública por “motivos de seguridad nacional”, según la propia web de la NSA.

Una antiquísima cueva

La compañía Iron Mountain apostó hace más de un lustro por el almacenamiento subterráneo, ahorrando así en la refrigeración de los servidores. Uno de los lugares que eligió para tal propósito es una cueva de piedra caliza de 300 millones de años de antigüedad situada en una montaña al oeste del estado de Pensilvania. Los servidores están a 60 metros bajo tierra para garantizar la seguridad de esta guarida natural.

En el círculo polar ártico

Ubicar los centros de datos en las regiones con climas más fríos del planeta para eliminar unos cuantos ceros de la factura eléctrica está convirtiéndose en una de las estrategias favoritas de las grandes empresas, Facebook entre ellas. La compañía de Mark Zuckerberg instaló su primer centro de datos fuera de Estados Unidos en Luleå, un municipio sueco a tan solo 80 kilómetros al sur del círculo polar ártico. Aunque no sabemos si los trabajadores estarán contentos con la ubicación, lo cierto es que tiene muchas ventajas: se enfría por la simple congelación del aire exterior.

Un almacén de la OTAN

En Stavanger, una región costera de Noruega, la Alianza Atlántica creó un almacén de municiones de alta seguridad que la compañía Green Mountain reconvirtió en un centro de datos que, según la web de la compañía, preserva los secretos de instituciones financieras, compañías sanitarias, empresas TI e incluso gobiernos.

En casi cualquier lugar

La compañía alemana Cloud & Heat ha creado una suerte de cabinas — lo definen como “un centro de datos en una caja”— que permiten que el calor de los servidores caliente el agua o sirva de calefacción. De esta forma, pueden trasladarse a las viviendas o establecimientos que tengan un espacio libre. Todos salen ganando. Eso sí, por el momento solo se venden en el país germano.

Un fuerte marino convertido en micronación

Sealand es una micronación cuyo territorio es cuando menos extraño: uno de los fuertes Maunsell construidos por el Reino Unido durante la II Guerra Mundial. Cuando la Royal Navy se marchó en los 50, los ‘hippies’ la ocuparon y uno de ellos comenzó a emitir un programa de radio por su cuenta y riesgo. A principios del siglo XX, albergó incluso un centro de datos conocido como HavenCo, que aspiraba a ser una suerte de paraíso cibernéticocomo HavenCo que finalmente fue abandonado.

Hace unos años, The Pirate Bay comenzó una campaña para recaudar fondos y poder comprar una parte del territorio de Sealand para instalar sus servidores y huir así de las leyes de ‘copyright’.

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Las imágenes son propiedad de Barcelona Supercomputing Center (1 y 2), Wikimedia Commons (3 , 4 y 8), Iron Mountain (5), Green Mountain | Knut Bry (6), Cloud & Heat (7)

En un futuro, la información confidencial de nuestra empresa podría rodearse de agua, aunque estará a buen recaudo. Al menos eso es lo que pretende Microsoft, que como ha comenzado un proyecto de investigación para estudiar la eficiencia de los centros de datos submarinos, que podrían aprovecharse de la energía maremotriz para funcionar. Aunque te parezca increíble, el océano no es el lugar más sorprendente donde se ubican los centros de datos. Los hay aún más raros:

En una antigua capilla…