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Aprende, España: mira lo que hace Brasil con la transparencia y el gobierno abierto

Una norma para obligarlos a todos. La Ley de Acceso a la Información de Brasil obliga a las administraciones a hacer públicos los datos que le pidan los ciudadanos. El país sudamericano se pone así a la vanguardia en transparencia gubernamental. Además, los gobiernos regionales y locales ponen a disposición de sus gentes numerosos datos para que sean ellos mismos quienes mejoren la administración de esas urbes.

Brasil es, junto con países como Noruega, Filipinas o Reino Unido, miembro del Open Government Partnership, una organización internacional que promueve la transparencia y la participación civil en los gobiernos. El propio Gobierno federal creó el programa ‘Brasil Transparente’ para ayudar a municipios y regiones en la implementación de la Ley de Acceso a la Información.

Un recorrido por la vasta geografía del país nos permite descubrir numerosos ejemplos de transparencia y de gobierno abierto. Destaca la aparente buena sintonía que tienen representantes públicos y activistas 'hackers' que, con sus ideas y aportaciones, mejoran la gestión del país. ¿Te apuntas a este particular viaje?

São Paulo: ¿Nos tomamos un café y discutimos estos datos?

El Café Hacker es una iniciativa del nuevo equipo que llegó al Ayuntamiento de São Paulo en 2013. Cada cierto tiempo, una secretaría (el equivalente a nuestras concejalías) organiza una sesión grupal en la que pone a disposición de 'hackers' y activistas datos que están bajo su custodia, para que sean los propios ciudadanos los que mejoren el acceso al que ellos mismos tienen derecho.

En la última reunión discutieron la visualización de datos ya conocidos sobre el Mundial de Fútbol, que se inaugurará en la ciudad el próximo mes de junio. “La metodología prevé que las peticiones presentadas en el encuentro (dudas, sugerencias de perfeccionamiento y peticiones de apertura de nuevos datos) sean sistematizadas, discutidas internamente y se ”devuelvan“ al público con los justificantes de lo que puede o no ser incorporado”, explica a HojaDeRouter.com Fernanda Campagnucci, quien tuvo la idea de poner en marcha estos encuentros en la ciudad más grande de América Latina.

Las charlas pueden ser de tres tipos: sobre las webs del Ayuntamiento, en funcionamiento o en desarrollo; sobre datos e informaciones públicas del municipio o sobre herramientas y experiencias. Los resultados ya son visibles, según nos cuenta uno de los responsables del Café Hacker, Fabiano Angélico: se ha ampliado la transparencia de la empresa gestora del sistema de autobuses local y se ha reformado el portal de la transparencia de la ciudad.

Brasilia: ‘hackeando’ junto a los parlamentarios

Nos vamos al Distrito Federal. El Congreso Nacional de Brasil es uno de los futuristas edificios que Oscar Niemeyer diseñó a finales de los años 50 para la nueva capital del país. En él se encuentran la Cámara de los Diputados y el Senado, donde los representantes federales discuten los proyectos legislativos. En ese mismo complejo, en una sala repleta de ordenadores, se sitúa el Laboratorio Hacker, un espacio destinado a crear aplicaciones que, de una forma más visual, pongan a disposición de los usuarios los datos de la Cámara.

El Laboratorio Hacker es una iniciativa personal que el presidente del Congreso, Henrique Eduardo Alves, impulsó tras la celebración de un maratón 'hacker' (una 'hackathon') en Brasilia el pasado año. La intención es, según nos cuenta su responsable, Cristiano Faria, crear “un espacio de colaboración para unir tres mundos: el parlamentario, el de la sociedad y el de la burocracia. Las personas entran, se desprenden de sus títulos y conversan.”

Faria nos enseña a través de Skype el Laboratorio Hacker, del que los usuarios deciden hasta los muebles. “Algunos están hablando hasta para construir las mesas, sillas... Me mandaron algunas cosas por Open Design”, dice. El también coordinador de e-Democracia, un portal donde el brasileño puede asistir a los debates parlamentarios, explica que los ciudadanos ahora demandan a los gobiernos “ceder el control un poco”: “las personas quieren sentirse parte del Estado, dialogar”.

Por ello, este laboratorio pionero se centrará en construir herramientas que sirvan para mejorar la transparencia legislativa (“el Parlamento es muy difícil de comprender”) y llevar diversos conocimientos de la cultura 'hacker' al ciudadano en general y sus representantes en particular. “Los parlamentarios no sabían que había todo un país discutiendo sobre política en las redes sociales”, dice Faria. Facebook fue, de hecho, uno de los catalizadores de la indignación social durante las protestas del pasado mes de junio en toda la nación.

Espacios donde dialogar con la ciudadanía: el ejemplo de Minas Gerais[/do]

Dejamos la capital y nos vamos al sureste. La región de Minas Gerais tiene más méritos que su excelente gastronomía o sus ciudades coloniales, algunas de ellas protegidas por la Unesco. El estado donde Ronaldo Nazario forjó su leyenda también destaca por buscar el diálogo entre los ciudadanos y sus gobernantes. Movimento Minas se presenta como un “laboratorio de interacción entre gobierno y sociedad”, según nos cuenta una de sus responsables, Raquel Camargo. Gracias a él, los ‘mineiros’, con nombre y firma, ya pudieron, por ejemplo, sugerir al gobernador ideas para mejorar las políticas culturales de la región.

De Minas Gerais también ha surgido una iniciativa que une la política con una de las pasiones brasileñas: el fútbol. Política Esporte Clube permite crear tu equipo de fútbol con los mejores diputados federales, sabiendo cuáles son los que más participan en los debates parlamentarios, los que asisten a las votaciones... Un 'Comunio' de la representación política.

Su creador, Mario Mol, que desarrolló en su tiempo libre una idea que ya ha ganado un premio del Gobierno brasileño, nos cuenta por teléfono que “haciéndolo como un juego, consigues atraer al público”. Un público, el brasileño, al que “le gustan mucho las redes sociales, conectarse”, señala Mol y confirma un reciente estudio que afirma que el brasileño con conexión a internet pasa más tiempo en la Red que frente al televisor.

Un país de iniciativas

Algunas de las principales ciudades de Brasil han celebrado jornadas en las que han cedido datos a los 'hackers' para que estos creen aplicaciones destinadas al ciudadano. Los resultados han sido de lo más variopinto: del banco abierto de datos del Ayuntamiento de Recife (noreste del país) salieron 'apps' para calcular el mejor trayecto hasta el ambulatorio o para comentar la red de escuelas públicas. Un poco más al oeste, en la amazónica ciudad de Belém, un Barco Hacker recorre los municipios del estado de Pará con la misión de encontrar formas de aprovechar mejor los datos abiertos.

En Río de Janeiro, el Palacio da Cidade, sede de la alcaldía, acogió unas jornadas de las que una aplicación para que los conductores encuentren espacios en los que aparcar salió vencedora. Mientras tanto, en el sur, en Porto Alegre, el HackDay sobre transporte público dio ideas acerca de cómo se podía reducir el precio de este servicio. No es lo único que ha aportado al Open Government la ciudad ‘gaúcha’, que tiene otro banco abierto de datos.

En las elecciones municipales de 2012, el portal Voto como Vamos, financiado a través de la plataforma de ‘crowdfunding’ brasileña Catarse, permitía que candidatos y votantes de Porto Alegre ‘se conocieran’, es decir, que los primeros publicaran sus programas y que los segundos aportaran sus propuestas. Por otra parte, el portal PortoAlegre.cc recopila las quejas o alabanzas sobre las iniciativas en materia de infraestructuras que se llevan a cabo en la ciudad.

Y la lista sigue y sigue... Por ejemplo, el gobierno de Ceará, una región del noreste de Brasil, ha puesto a disposición de todos sus ciudadanos una API repleta de datos para que ellos diseñen la 'app' que mejor permita su visualización.

Y en España, amigos, ¿cómo vamos? Busque, compare y si encuentra algo mejor…