Los cables, esos pequeños trozos de goma y metal que tanto odiamos pero sin los cuales no podríamos vivir. Cuando se representa el mundo de la tecnología de manera futurista en una película o un libro, hay algo que casi siempre se repite: no hay cables por ningún sitio. Así que si aceptamos que el futuro de la electrónica es inalámbrico, el futuro de los auriculares ya ha llegado y se llama Split.
Los auriculares o los cascos que usamos a diario siempre tienen el inconveniente del cable. Se enreda, nos molesta al girar la cabeza, se nos queda muy corto o muy largo... Existen algunos inalámbricos, pero son más bien aparatosos y generalmente están destinados al uso como manos libres, no como herramienta para escuchar música tranquilamente. Sin emargo, reducir el cable a algo suficientemente pequeño no parecía una tarea sencilla... hasta hoy.
¿Cómo funciona?
Split consta de dos auriculares, tan pequeños que se pueden colocar cómodamente en el oído, pero lo suficientemente grandes para que resulte cómodo manejarlos. Cada una de las dos piezas tiene su propia batería y se sincroniza inalámbricamente con su gemela. De esta manera, aunque en la práctica sean dos elementos independientes, funcionan al unísono para ofrecer un sonido de calidad. No funciona con Bluetooth, con lo que, según sus creadores, emite hasta 1000 veces menos radiación que un dispositivo conectado mediante ese sistema.
El problema es que algo tan pequeño requiere repensar la forma en que controlamos la reproducción del sonido. Los dos auriculares permiten cambiar de pista o incluso el nivel de volumen, pero ninguno de los dos tiene botón alguno, así que... ¿Cómo lo logran? Gracias a unos pequeños acelerómetros y sensores que detectan el movimiento de nuestra mandíbula, de manera que al realizar el movimiento de 'morder' cambiaremos de pista y al hacer dos movimientos consecutivos cambiaremos el volumen. Parece que no podrás mascar chicle mientras escuchas música a través de Split.
Además, para que siempre estén juntitos y no los perdamos, los auriculares disponen de unos imanes que los mantendrán unidos dentro de nuestro bolsillo, sin enredos ni gaitas: solo los cascos y la música.
¿Por qué es buena idea?
Es cierto que el hecho de que un dispositivo lleve cable no es un inconveniente para muchos. Lo inalámbrico también tiene sus desventajas, como por ejemplo el necesitar una fuente de energía que no esté conectada directamente a la corriente. Pero también es cierto que muchas personas realizan actividades en las cuales un cable resulta un verdadero problema. Hacer deporte o llevar a cabo movimientos con los brazos puede hacer que escuchar música 'cableada' resulte muy molesto. No hay duda de que mucha gente encontrará la utilidad a este sistema, aunque la cifra que sus creadores pretenden recaudar en Kickstarter es bastante elevada y parece que les costará alcanzarla.