Tras dos años de luchas intestinas a cuenta del futuro de la moneda virtual por excelencia, una parte de la comunidad de Bitcoin ha decidido separarse del grueso y crear su propia moneda en paralelo. Aunque más que una moneda aparte es su versión de cómo debería ser la original: algo así como la visión de un grupo de puristas que se consideran los auténticos herederos de la anónima comunidad de personas que desarrolló Bitcoin tras el seudónimo Satoshi Nakamoto.
La nueva versión, Bitcoin Cash, es totalmente incompatible con la original. Va en paralelo, pero parte del mismo punto. Los antecedentes de las dos ramas de la criptomoneda son los mismos. En 2008 Bitcoin se creó de forma colectiva y se dejó a los vaivenes del mercado hasta que el pasado 1 de agosto las desavenencias internas hicieron que sus caminos se dividieran.
Ante este panorama, el mercado se ha quedado expectante. Por lo pronto, el usuario que tenía 1 bitcóin el día antes de la escisión tiene ahora 2 bitcóins, uno en cada divisa. ¿Y ambos son igual de valiosos? De momento no.
Aunque en solo 24 horas Bitcoin Cash lograba situarse como la tercera criptomoneda más valiosa (solo por detrás de su gemela y de Ethereum) y en su momento de mayor auge llegaba a cambiarse por más de 755 dólares (unos 635 euros), lo cierto es que desde entonces ha perdido mucho fuelle y ha caído hasta la cuarta posición. Se cambia a 286 dólares (unos 240 euros) en el momento de escribir estas líneas, mientras el tradicional Bitcoin lo hace a más de 2.850 dólares (casi 2.400 euros). La diferencia es notable, pero habrá que ver qué pasa en las próximas semanas y meses.
La mayor parte de la comunidad Bitcoin comenzó tomando partido por la tradicional. Sin embargo, hoy mismo se ha sabido que Coinbase, uno de los mayores monederos de la divisa, incluirá Bitcoin Cash a partir de 2018. En un primer momento, tanto ellos como Bitpay, otra de las grandes plataformas de pago, rechazaron operar con la nueva moneda. Han sido las protestas y el éxodo de múltiples usuarios, especialmente en Coinbase, lo que ha hecho que se replanteen la decisión. Y no serán los últimos.
¿De dónde sale Bitcoin Cash?
El conflicto en el seno de la comunidad de la divisa virtual viene de lejos. En sus comienzos, la red tradicional de Bitcoin fijó un límite en su capacidad. Cada uno de los bloques de ‘blockchain’ (la cadena de bloques, como se denomina el virtual libro de cuentas donde quedan registradas las transacciones), contaba con un espacio de 1 'megabyte' (MB), lo que no permite procesar más de siete transacciones por segundo.
Ante el aumento de usuarios de la divisa, esta restricción comenzó a ralentizar significativamente el funcionamiento. Por ello se propusieron una serie de mejoras (conocidas en inglés como BIP, por las siglas de Bitcoin Improvement Proposal) que buscaban corregir esa lentitud y agilizar las transacciones.
La mayor parte del debate gira desde entonces en torno a los problemas de escalabilidad de la divisa. Para los partidarios de los bloques más pequeños, ampliar el almacenamiento y el ancho de banda implica demasiados costes, lo que podría provocar que el control quedara en pocas manos y la criptomoneda fuera mucho más vulnerable a la injerencia y la regulación gubernamental. Exactamente lo que se pretendía evitar desde los comienzos de Bitcoin.
Por su parte, los que prefieren los bloques grandes no ven problema de coste alguno en incrementar el almacenamiento, ya que su principal objetivo es conseguir que se produzcan muchas más de siete transacciones por segundo, permitiendo que el mercado se agilice y se expanda el uso de la criptomoneda.
En ese contexto, hace unas semanas arrancaron las pruebas con SegWit2x, la tecnología que tras varios debates internos se escogió para llevar los bloques a un límite de aproximadamente 2 MB. Sin embargo, hubo quien no aceptó los cambios al querer que el espacio de almacenamiento fuera mucho mayor.
Finalmente, estos partidarios de los bloques grandes han decidido tomar su propio camino y crear Bitcoin Cash, con 8 MB de límite. Pero la suya no ha sido una escisión al uso, sino que han decidido clonar el código de la versión original y comenzar a discurrir en paralelo, desde un mismo punto. Se trata de no perjudicar a los propietarios de bitcoines, que en lugar de perder sus saldos, como hubiera sucedido en caso de ruptura, los han visto duplicados.
Esta bifurcación permite a los creadores de Bitcoin Cash presentarse como los auténticos guardianes de la esencia de Bitcoin. Lejos de ser una alternativa a la tradicional, esta nueva versión se considera la base para la siguiente etapa de crecimiento de la criptomoneda.
Los retos de Bitcoin Cash
Aunque todavía es difícil determinar qué ocurrirá en un mercado tan cambiante, lo cierto es que la nueva moneda tiene varias cuestiones con las que lidiar. Por un lado, el gran miedo: que sean pocos los mineros que apuesten por Bitcoin Cash.
Por falta de ordenadores que se encarguen de esa imprescindible labor, a cambio de la cual reciben una recompensa en forma de monedas de nuevo cuño, se podría no alcanzar el principal objetivo con el que ha nacido Bitcoin Cash: aligerar las transacciones. Esto haría que quienes se acerquen por primera vez a la nueva divisa se lleven una mala impresión y contribuyan a crear un clima de opinión desfavorable.
Otro de sus grandes desafíos es contar con el apoyo de empresas involucradas en el negocio, algo que quizá no sea tan difícil. Si la versión tradicional no encuentra una manera de solucionar sus problemas de crecimiento, los pesos pesados podrían respaldar la alternativa. Tiene muchas papeletas: cuenta con el aval de un mismo origen y se evidencia un esfuerzo por solucionar los problemas de cara a los usuarios.
Mientras tanto, Ethereum acecha. Segunda y en constante alza, esta criptodivisa acecha a sus competidoras y podría arrebatar el trono a Bitcoin en cualquier momento. El día en que eso suceda tiene hasta nombre: 'The Flippening'. Si se producirá o no, o si será Bitcoin Cash la que rebase a ambas, es literalmente la pregunta del millón. No hay inversor que no se muera por saber la respuesta.
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