“Ganar, y ganar, y ganar”. En el camino del éxito y del beneficio, esta filosofía no la sigue únicamente Luis Aragonés. Las grandes firmas tecnológicas han dirigido sus esfuerzos y presupuestos a encabezar la lista de las compañías que más invierten en materia de I+D. Y es que, para ‘ganar, y ganar, y ganar’ dinero, la innovación juega un papel fundamental.
Según el informe de gastos en I+D de la Unión Europea, el sector tecnológico invierte un 16,4% de los beneficios que obtiene en innovación y desarrollo. Un dato que lo hace posicionarse como el segundo mercado que más dinero destina a esta partida. Y no es de extrañar. Sólo hay que observar lo poco que tardan en aparecer los nuevos cacharritos de una marca en los estantes de las grandes superficies.
¿Y quién está detrás de la mayor parte de la inversión en I+D de este sector? No es difícil de adivinar. Un gigante, por supuesto. De acuerdo con el informe de la Unión Europea, Samsung se alza como la segunda compañía que más dinero destina al área de innovación y desarrollo. Únicamente le supera Volkswagen, otra multinacional que no pertenece a este mundillo (aunque hace sus pinitos, como todas en la industria del automóvil).
El número 1 en I+D
Samsung es la reina en esto de la innovación. Con 50.000 trabajadores, distribuidos en 42 países, todos ellos investigadores e ingenieros, la empresa centra su I+D en tres pilares. Por un lado encontramos el Instituto Avanzado de Tecnología Samsung (SAIT en inglés), núcleo de la innovación de la compañía y encargado de desarrollar, por ejemplo, un transistor de grafeno –material clave del futuro tecnológico.
En segundo lugar, Samsung cuenta con varios centros de investigación distribuidos a lo largo del globo: Corea, Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, Israel, India, Japón y China. Y, por último, el gigante coreano dispone de varios equipos de desarrollo de producto y convenios con numerosas universidades.
Con todo ello, Samsung destina, como mínimo, un 9% de sus ganancias a investigación y desarrollo. ¿Sólo? Depende de los ojos con los que se mire. Los principales competidores del gigante coreano se hallan varias posiciones más atrás en el ranking del informe de la Unión Europea. A Microsoft lo encontramos en un tercer puesto y a la todopoderosa Google aún más lejos: en el decimotercer lugar.
¿Qué pasa con la manzana?
Pero lo que más llama la atención es la posición que ocupa Apple en el ranking europeo. Siendo la quinta por la cola, la compañía de la manzana mordida destinó el pasado año 3.250 millones de euros a innovación y desarrollo. ¿Poco? ¿Mucho? ¿Suficiente? Veamos.
La situación por la que atraviesa la empresa comandada por Tim Cook es por todos conocida. En octubre de 2013, Apple registró la primera caída en sus beneficios anuales tras once años de beneficios ininterrumpidos y la gama Galaxy de Samsung viene superando en ventas al prestigioso iPhone.
Aún así, los defensores de la manzana mordida afirman que, a pesar de la escasa inversión en I+D que realiza la firma, Apple sigue siendo una empresa innovadora. “Gastar más dinero en I+D no significa innovación. Como evidencia, tenemos el hecho de que Apple ha ideado las innovaciones más populares, gastando menos dinero en I+D que otras compañías como Samsung o Microsoft”, señala un usuario en el foro Macrumors.
Menos puede ser más
¿Tienen razón los fanboys? “Se considera que una empresa es innovadora si genera innovaciones de producto o de proceso”, nos cuenta Neus Palomeras, profesora de la Universidad Carlos III de Madrid. “Pero, claro, no es sólo cuestión de número de innovaciones (…) Podríamos considerar a una empresa más innovadora si genera sólo una innovación que realmente cambia la vida a la gente”.
“En el mercado tecnológico hay un factor técnico y otro más importante que es la moda o la aceptación que tenga el producto en el mercado”, explica a HojaDeRouter.com Ernesto Hontoria, autor de la página El Analista Financiero. “Puedes tener un producto técnicamente superior al de la competencia, que no se ve por cuestión de gustos, percepciones o mercadeo”. Y pone como ejemplo a Windows, “[que] sin ser el mejor sistema operativo de su época, terminó siendo el líder del mercado”.
De acuerdo con Palomeras, para medir la innovación se utiliza la inversión en I+D porque entre ambos conceptos se da una correlación positiva. Pero no siempre más gasto significa más productos innovadores que salen al mercado. “Una de las razones es que una empresa no sea productiva en este gasto”, nos explica. Algo que, al parecer, no sucede con Apple. “Ha tenido tradicionalmente una productividad muy alta de su I+D, es decir, con ‘poco’ dinero ha sido capaz de generar muchas innovaciones”. Innovaciones que, indudablemente, han tenido muy buena acogida por parte del público.
Una opinión parecida tiene Hontoria. “Apple está disfrutando ahora de una posición de liderazgo que, como su competencia – Samsung - está demostrando, es muy difícil de mantener”, nos explica. “Si los individuos que hoy dirigen la empresa resultan menos perspicaces que el fundador, requerirán mucha inversión en I+D para mantenerse a flote; pero si tienen la puntería de Jobs, con menor inversión mantendrán el liderazgo”.
Se invierta más o se invierta menos, lo cierto es que innovar es la clave para mantener la hegemonía en el sector tecnológico. Se trata de un mercado sumamente competitivo, en el que sólo gana el que sea capaz de ofrecer el mejor producto y venderlo de la forma adecuada. Ya sabemos lo que gastan las grandes compañías. Ahora la pregunta es: ¿quién traerá consigo la próxima revolución?