Cuidado, Musk: este millonario va a por tu récord de la mayor batería del mundo

Mientras la mayor parte de los mortales maldecimos la escasa y menguante duración de la batería de nuestros móviles, hay quienes juegan en otra liga totalmente distinta. Y no es que haya usuarios que hayan encontrado la fórmula para alargar el combustible de su smartphone como si viviéramos en tiempos del eterno Nokia 3310: es que hay una verdadera competición para ver quién la tiene más grande.

Hasta ahora, y desde el pasado mes de noviembre, semejante honor lo ostenta uno de los hombres de moda. Elon Musk se comprometió vía Twitter, a modo de apuesta, a levantar la mayor batería de iones de litio del mundo en Australia en un plazo de cien días. Y lo consiguió, claro. Según el propio magnate, hasta entonces la batería de mayor capacidad del mundo proporcionaba 30 megavatios-hora (MWh), mientras que su exitoso proyecto alcanza los 129 MWh, suficientes para dar energía a 30.000 hogares.

Pero el récord alcanzado por el histriónico magnate sudafricano podría tener los días contados. El hombre que se atrevió a poner a prueba sus límites y vivir con un solo dólar al día puede haber encontrado la horma de su zapato: el multimillonario británico Sanjeev Gupta quiere batir las cifras de Musk y planea levantar una batería que alcance los 140 MWh.

Hay pocas dudas sobre si el movimiento de Gupta es o no un reto a duelo, pues la ubicación de su futura batería despeja cualquier incógnita: la instalación también será construida en Australia, a menos de 150 kilómetros del almacenamiento creado por Tesla. Según las autoridades de Australia Meridional, la región convertida en campo de batalla de esta singular guerra energética, la construcción del proyecto de Gupta comenzaría a finales de este año.

Escoger esta ubicación no solo responde al capricho de un exitoso empresario que quiere retar a uno de los hombres más famosos del mundo. El interés de Musk y Gupta por esta zona de Australia se debe a la crisis que provocó una tormenta en 2016, con un apagón que afectó a cerca de 2 millones de personas en Adelaida, la capital del estado.

Ahora el 50 % de la energía de Australia Meridional proceden de fuentes renovables como la eólica y la solar, y el desafío pasa por encontrar la forma de almacenarla para recurrir a ella en caso de apagón catastrófico. Ahí es donde entran en juego las instalaciones de Musk (llamadas Hornsdale Power Reserve y conectadas al parque eólico del mismo nombre) y Gupta, que obtendrá la energía de una nueva granja solar.

Gupta, un rival a la altura de Iron Man

A priori, la carrera de Gupta tiene poco que ver con la del magnate sudafricano. Lejos de ser un multimillonario del mundo de la tecnología vinculado a proyectos futuristas, Gupta parece centrar sus esfuerzos empresariales en sectores como el industrial o el siderúrgico a través de una empresa que él mismo fundó en 1992, Liberty House.

Sin embargo, hay más parecidos de los que puedan observarse a simple vista. Ambos nacieron en 1971 (tienen 46 años), y si Musk ha sido bautizado en multitud de ocasiones como el Iron Man de carne y hueso, los negocios de Gupta le han valido un sobrenombre similar: él es Man of Steel, apodo con el que la BBC ha llegado a titular un documental centrado en su vida y que estaría inspirado en la película del mismo título de DC Comics (El hombre de acero en las salas españolas) protagonizada por Superman.

Las similitudes entre los hombres que ahora parecen luchar por el cetro del almacenamiento energético no acaban ahí. Si Musk ha manifestado en varias ocasiones su escasa (o nula) querencia por los periodos vacacionales, Gupta solo habría disfrutado de dos descansos en su vida, siendo uno de ellos su propia luna de miel. Incluso sus orígenes coinciden en continentes alejados del americano: Musk tiene las nacionalidades estadounidense y canadiense pero nació en Sudáfrica, mientras que Gupta llegó al mundo en la India.

Incluso los inicios de sus proyectos laborales coincidieron en cierto sentido. Ambos fundaron sus primeras empresas a mediados de los 90, con poco más de 20 años. Y lo hicieron en el mismo marco, el universitario. Si Musk abandonó las clases en Stanford para fundar Zip2, su primera startup, Gupta fue expulsado del Trinity College cuando se descubrió que había fundado en la habitación de su residencia Liberty House (y ya facturaba cifras millonarias).

No obstante, Gupta y su familia (su padre ya poseía fábricas y se dedicaba al mundo de los repuestos para bicicletas) no parecen estar a la altura de las excentricidades de Musk. Al contrario que el sudafricano, mantienen un perfil público discreto y más bien bajo y, desde luego, no venden gorras ni lanzallamas para captar financiación.

Sin embargo, sus caminos han terminado cruzándose en ese laboratorio energético que es ahora el sur de Australia. Y podría ser solo el primero de muchos duelos: a comienzos de este año, Gupta también mostró interés en el sector de los vehículos eléctricos y, de hecho, adquirió una antigua planta de ensamblaje situada en la misma región australiana en la que ahora prepara su desembarco en el almacenamiento de energía. Además, el magnate tendría ya la vista puesta sobre Amtek, un fabricante indio de componentes para automóviles que está en bancarrota y que, según el propio Gupta, es “una oportunidad única en la vida”.

Así, un duelo al más puro estilo Steve Jobs contra Bill Gates podría estar en ciernes. Con la batería más grande del mundo como primer asalto y un par de superhéroes de carne y hueso como protagonistas, el mundo de la tecnología aguarda con expectación la más que probable batalla entre estos dos multimillonarios.

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Las imágenes de este artículo son propiedad de Hornsdale Power Reserve y Gupta Family Group Alliance.