La serie futurista de los padres de 'El Ministerio del Tiempo' que no vio la luz
Aún hay quienes se asombran de que la televisión pública española haya apostado por una serie de ciencia ficción, mientras otros todavía no dan crédito porque, a pesar de su factura nacional, se trata de una serie de calidad. Sin embargo, el fenómeno de ‘El Ministerio del Tiempo’ podría haber llegado unos años antes de la mano de otra ficción de los mismos creadores, los hermanos Olivares.
“La ideamos a finales de 2008”, cuenta Javier Olivares a HojaDeRouter.com. Su nombre original era ‘La casa’, aunque luego evolucionaría para llamarse ‘La torre’. Esta serie concebida por Javier junto a su ya fallecido hermano Pablo Olivares era todo un reto televisivo: no solo tiraba de ciencia ficción, sino que mezclaba ese género fantasioso con la tecnología, algo nunca visto en la televisión española.
“A las 14:40 horas de un viernes de otoño, un edificio inteligente construido en un barrio de nuevo desarrollo de las afueras de la ciudad queda inexplicablemente aislado. El edificio es una torre de 12 plantas, y hasta la fecha los únicos edificios levantados en dicho barrio son esta torre y otra simétrica, aún inhabitada, a escasos metros”. Así se introduce ‘La torre’ en el dosier elaborado por los hermanos Olivares para Diagonal TV, la productora catalana responsable de series como ‘Isabel’, ‘Amar es para siempre’ o ‘Sin Identidad’.
Un ruido que los habitantes del rascacielos no saben si corresponde a una explosión o a un espectacular movimiento sísmico trae consigo el que podría ser el mayor riesgo de las casas inteligentes del futuro: se bloquean las puertas y las ventanas por culpa de los sistemas de seguridad y cualquier tipo de comunicación (desde la vieja radio hasta internet, pasando por la televisión o el teléfono) se ve impedida en el interior del edificio.
A partir de la crisis tecnológica de la futurista torre, se desarrollan situaciones en las que el agobio y la claustrofobia se vuelven protagonistas. Sucedería en capítulos de 70 minutos, en los que se habría desarrollado una serie al estilo de ‘Perdidos’, según el propio Javier, aunque con una diferencia sustancial: si la serie estadounidense tuvo en vilo a millones de espectadores durante 6 años, en el caso de ‘La Torre’ “más allá de 2 temporadas hubiera sido un error”, afirma Olivares.
¿Quién vive ahí?
El edificio inteligente no solo refleja lo que perfectamente podría ser la norma generalizada en la construcción de las futuras décadas, sino que además evidencia lo habitual tras la burbuja especulativa del ladrillo: de las más de cien viviendas de la torre, la mayoría permanecen desocupadas. El barrio no es tal ya que la crisis ha detenido cualquier proyecto de construcción alrededor del edificio. La parada de autobús más cercana está a más de diez minutos andando y no hay servicio alguno cerca.
Se trata, en definitiva, de la clásica zona de expansión urbanística salpicada de solares y edificios vacíos que, a día de hoy, sigue estando presente en un sinfín de ciudades de la geografía española. “Aquí también podíamos introducir un concepto político y social muy claro, además, propio de nuestra manera de ver la ficción”, resume Olivares.
Después de que se produzca el misterioso aislamiento al que la propia torre somete a sus habitantes, estos salen y se encuentran en el ‘hall’ del edificio. Lo que parece lógico para tratar de luchar en equipo contra lo que nadie comprende, termina complicando aún más las cosas: en el grupo hay un policía que ha llegado al rascacielos para dar caza a un pederasta que vive allí, un niño que desaparece, un comercial inmobiliario que trataba de quitarse uno de los apartamentos de encima y, en definitiva, una congregación de gente que no se conoce para nada. Para salpimentar la trama central de la serie, cada uno de ellos esconde sus secretos, que van siendo descubiertos al abrir una por una las puertas de todos los apartamentos.
Uno de esos habitantes es José Luis, el ingeniero domótico que diseñó las infraestructuras del edificio. A pesar de haber formado parte del equipo de desarrollo, él también descubre secretos que se le habían ocultado, como elementos que no aparecían en los planos u ordenadores que supuestamente centralizan la red tecnológica de la torre escondidos bajo la falsa apariencia de un apartamento más y que resultan ser falsos.
Cuando el edificio se estremece, la moderna tecnología provoca el verdadero caos: el sistema de seguridad ha dejado el edificio aislado. El sistema de iluminación cae. Los ventanales se cierran y son tapados por placas metálicas. En ese momento, todos esos sistemas de protección ante terremotos y control medioambiental, los cristales blindados, el aislamiento sonoro, el wifi instalado en todo el edificio y la posibilidad de aclarar y oscurecer las ventanas con un mando se convierten en la peor pesadilla de los habitantes del bloque inteligente.
Dos preguntas se mastican en el tenso y asfixiante ambiente creado por la serie: ¿cómo ha pasado esto y cómo salir? Sin conocer la respuesta a la primera incógnita será imposible resolver la segunda. Quizá la clave está en el exterior, o puede que en ese ‘videowall’ compuesto por 30 monitores en los que, antes de la hecatombe, se mostraban las imágenes de todo lo que sucedía en las zonas comunes del edificio.
Las posibilidades son varias: puede que la torre les tenga aislados como mecanismo de defensa ante un peligro del exterior o puede que alguien, desde fuera o desde dentro del propio edificio, haya manipulado la seguridad por algún motivo. En cualquier caso, nadie de dentro sabe qué demonios ha pasado ni si es mejor permanecer en el interior por si acaso no es seguro salir.
A día de hoy, esta serie creada por los hermanos Olivares y escrita por Pablo junto a los también guionistas David Plana y Pablo Tébar duerme en los cajones de Diagonal TV, que avaló su desarrollo junto a Antena 3. “Sencillamente, Antena 3 no quiso seguir adelante”, afirma Olivares explicando el motivo por el que la audiencia española no ha llegado a conocer nunca ‘La torre’. “Supongo que no sería de su gusto y creo que entre medias surgió el proyecto de 'El Barco', otro concepto de tipo fantástico. Y lo prefirieron”.
Por ahora, ‘La torre’ seguirá siendo un completo misterio que no tiene previsto ver la luz en la pequeña pantalla. No obstante, Olivares no descarta que algún día la productora quiera retomar la iniciativa. O que sea él a través de Cliffhanger, su propia productora, quien recupere ‘La torre’. “Todo se verá”, cuenta el guionista. “Nuestra productora tiene como uno de sus objetivos recuperar aquellos proyectos que no se hicieron en los que mi hermano era parte esencial en su creación. Es un homenaje que creo necesario”.
Por Pablo Olivares, por la ficción española y por los muchos fans que tienen estos creadores, puede que un día ‘La Torre’ salga del cajón y desvele todas sus incógnitas. Mientras, la audiencia puede prepararse para lo que está por venir: edificios inteligentes en la vida real que podrían dejarnos encerrados. ¿Por seguridad?
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