Un buen día, te decides a hacer una limpieza (física) de tu CPU. Abres tu ordenador y ahí están, las tripas de la tecnología se muestran ante tus ojos. Cables, circuitos, alguna pelusa al más puro estilo Enjuto Mojamuto, y un color predominante: el verde.
Placa base, tarjeta gráfica, tarjeta de sonido... Es bastante probable que muchos de los componentes de tu ordenador destaquen por su característico color verde. Para encontrar el motivo, hay que remontarse a los orígenes de la fabricación de este tipo de circuitos, aunque este no es el típico ejemplo de 'si algo funciona, no lo cambies'. Se trata más bien de una tradición. Y es que, entre tantos adelantos, el mundo de la informática también tiene sus costumbres.
Pero antes de conocer la historia que hay detrás de todo esto, hay que explicar que un circuito impreso se monta sobre una base de resina fabricada a partir de fibras de vidrio cuyo color poco tiene que ver con el verde que todos hemos visto alguna vez. Los materiales con los que se suelen producir esas bases, en su estado original, son de un poco atractivo color marrón amarillento que aún puede verse en los circuitos de algunos aparatos.
Obviamente, el cambio de color no se debe a una cuestión estética, sino que está relacionado con el proceso de fabricación de estos circuitos, presentes en ordenadores, radios, módems y cualquier otro tipo de aparato electrónico.
Los circuitos impresos permiten conectar componentes electrónicos dispuestos sobre esa base de fibra de vidrio. La conexión se realiza gracias a caminos 'dibujados' sobre una placa, generalmente de cobre. Este sistema fue patentado en 1925 por Charles Ducas, aunque no se extendería su uso hasta después de la Segunda Guerra Mundial.
Para su fabricación, en la década de los 50, se comenzó a usar lo que se conoce como máscara de soldadura, una capa de lacado cuyo objetivo es evitar la corrosión de las zonas de cobre y, además, para evitar que sobre ellas se aplique la soldadura que sí resulta necesaria en otras partes del circuito.
Esta máscara de soldadura se puede encontrar en varios colores, pero tradicionalmente ha sido verde. El color responde a una necesidad que existía cuando estos circuitos eran solo de dos caras (en la actualidad cuentan con más capas en su interior) y se revisaban visualmente: el verde es el color que mejor permite ver las conexiones de cobre y el resto de componentes electrónicos del circuito.
Colores y arte
A pesar de que la tradición ha llegado hasta los dispositivos de nuestros días, existen circuitos impresos con máscaras de soldadura de otros colores, como rojo, azul, negro o incluso blanco. Cuando los procesos de fabricación de los circuitos impresos dejaron de ser manuales, el color de la placa pasó a un segundo plano y las empresas comenzaron a usar diferentes tonalidades, a las que, en la actualidad, se les atribuyen distintos significados.
Por ejemplo, en Apple utilizan distintos colores para señalar en qué fase se encuentran sus proyectosdistintos colores para señalar en qué fase se encuentran sus proyectos: las placas de color rojo son los prototipos, las de color azul se encuentran en fase de preproducción y, por último, el verde o el negro son los tonos utilizados para los componentes producidos en masa y destinados a su comercialización.
De esta forma, al no ser un estándar de los que establece el Institute for Printed Circuits (IPC), el hecho de que se mantenga el color verde en las tripas de la mayoría de nuestros aparatos es básicamente una tradición.
El uso de otros tintes, como ya hemos visto anteriormente, es no obstante algo relativamente habitual y que puede dar lugar a verdaderas obras de arte. Experimentando con mezclas de colores o por medio de la serigrafía, las placas de los circuitos impresos pueden convertirse en mucho más que un componente de nuestros ordenadores: