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Del plástico al zafiro del Apple Watch: pasado, presente y futuro de las pantallas

Cuando nos encaprichamos de un móvil y aceptamos gastar una gran suma de dinero en él, resulta de lo más lógico procurar que el terminal no acabe en el suelo. Duele demasiado ver la pantalla rota del 'smartphone' a las dos semanas de haberlo comprado, y para los 'fanboys', duele mucho más si se trata de un iPhone.

Y no es raro. Todos nos hemos topado alguna vez con la pantalla de un iPhone rasgada, lo que ha llevado a la compañía de la manzana mordida a intentar fabricar, en cada nueva edición, terminales con una más resistente. No sabemos cómo se portará la nueva Retina HD, protegida por un cristal ionizado, pero Apple pretende vencer una vez más los temores de los usuarios y también ha recurrido al esperado cristal de zafiro para proteger su reloj.

Hubo un tiempo, sin embargo, en el que los usuarios no necesitaban preocuparse por las pantallas de sus terminales. Cualquier móvil anterior a la era táctil resistía la más peligrosa de las caídas. ¿Por qué? Echemos un vistazo al pasado, el presente y el futuro de las pantallas.

a. PT (Antes de la pantalla táctil)

El nacimiento de la pantalla táctil marcó un antes y un después en la historia de los terminales. La característica que diferenciaba al iPhone del resto de móviles se convirtió, en poco tiempo, en el modelo de pantalla a seguir. Unas pantallas fabricadas con el material que ya empleaban los móviles de los años noventa, las pantallas de cristal líquido o LCD.

Según José Manuel Sánchez Pena, profesor de ingeniería electrónica de la Universidad Carlos III de Madrid, este tipo de pantallas ya se utilizaban desde hacía varias décadas para fabricar electrodomésticos, automóviles o en la aviación. Los avances en su fabricación permitieron abaratar los costes e iniciar el camino de la pantalla táctil.

“Las pantallas de cristal líquido tienen una estructura tipo sándwich, donde el cristal está confinado entre sustratos de vidrio que incorporan, a su vez, electrodos transparentes en sus caras internas. El vidrio se rompe fácilmente, ya que no soporta las caídas y los golpes”, explica Sánchez Pena.

El segundo avance en el terreno de las pantallas táctiles llegó con el tipo de LCD utilizado, el de las llamadas pantallas capacitivas. Éstas aprovechan la capacidad que tiene el ser humano de conducir electricidad para que cambie la corriente eléctrica de la pantalla cada vez que la toca con el dedo.

Las capacitivas rivalizaban con las resistivas, aquellas que no necesitaban la presión de nuestro dedo para interactuar con el teléfono. Las pantallas resistivas estaban formadas por varias capas que entraban en contacto cuando se presionaba sobre la pantalla y creaban, así, una corriente eléctrica. “Aparte de que su precio suele ser inferior a las de tipo capacitivo, suelen ser más robustas, ya que presentan una mejor resistencia a elementos externos tales como el polvo, las gotas de agua, la grasa, etc.”

Sin embargo, la facilidad y sutileza con la que obedece el móvil cada vez que tocamos una pantalla capacitiva atrajeron a los fabricantes de móviles. Los mismos fabricantes que más adelante abandonarían el LCD, y darían lugar a un nuevo despliegue de tecnología táctil.

d. PT (Después de la pantalla táctil)

Hace un par de años, compañías como Samsung, Apple o Nokia buscaban colocar en sus dispositivos pantallas brillantes y que consumieran menos batería que las LCD capacitivas. El iPhone 4 llegó al mercado con la pantalla de retina, una LCD de alta resolución. Lo que atrajo a la compañía de la manzana mordida fue el hecho de que ningún ojo humano podía distinguir los píxeles en la pantalla y lograba, así, que ésta fuera más brillante y fina -y que le ha hecho repetir en los nuevos iPhone 6-.

Samsung, por su parte, se dejó seducir por los encantos de las pantallas OLED. En sus terminales, el gigante coreano utilizaba una versión de las mismas, AMOLED, que consume menos batería y permite utilizar el teléfono sin preocuparse demasiado por la oscuridad de la pantalla. Y de acuerdo con Sánchez Pena, este tipo de pantallas “que pueden fabricarse sobre sustratos flexibles, soportan bastante bien las caídas sin que se produzcan roturas”.

Con la línea de los Samsung Galaxy S, la multinacional equipó sus teléfonos con una versión mejorada de su tecnología OLED, la Super AMOLED, que sirvió para coronar a sus dispositivos como los terminales más finos del mercado.

El OLED a Samsung le resultó un buen negocio, ya que las pantallas de sus terminales sobrevivían a las caídas. La retina de Apple, en cambio, era más frágil, así que se unió a la revolución que trajo Gorilla Glass, “una lámina protectora que se adhiere a la pantalla, reforzando ésta frente a caídas y golpes sin merma del brillo”, explica Sánchez Pena.

De acuerdo con David Velasquez, director de marketing y operaciones comerciales de Corning, la compañía estadounidense que la desarrolla, la cobertura de Gorilla Glass ofrece como ventajas una mayor resistencia a los golpes, su transparencia y la posibilidad de colocarse en móviles de cualquier forma y tamaño.

Cristal de zafiro, ¿el futuro?

Presente en dos millones de pantallas, el Gorilla Glass se había convertido en la opción perfecta para Apple y la línea del iPhone 5. Sin embargo, en esta ocasión la compañía ha apostado por recubrir su pantalla Retina con un cristal ionizado. El rumoreado zafiro al final no se ha dejado ver en ningún de los dos modelos de iPhone 6 y ha quedado reservado para el Apple Watch, la nueva niña mimada de Tim Cook.

El cristal de zafiro -o zafiro sintético- suele ser más duro que el cristal normal y sólo el diamante y el propio zafiro pueden conseguir rayarlo. Un material que, en principio, no supondría ningún problema para la pantalla del Apple Watch.

“El cristal de zafiro se ha convertido en una opción para muchas compañías, ya que es bastante efectivo en el tema de los rasguños”, confiesa Velasquez. “Pero todo lo que los consumidores quieren de una pantalla es que se salve su dispositivo cuando se caiga y que sea transparente, y cuando reúnes esos factores en un sólo material, nosotros, de lejos, ofrecemos lo mejor”.

De acuerdo con José Manuel Sánchez Pena, el futuro de las pantallas no estriba, precisamente, en el cristal de zafiro. “La próxima revolución en las pantallas móviles es la de darles efecto curvado para minimizar las reflexiones solares y poder verlas mejor en ambientes muy luminosos”, así como las pantallas flexibles OLED que pueden ser enrolladas fácilmente. Algo que parece haber estado de acuerdo Tim Cook y compañía.

Revolución o no, la pantalla Retina ha sustituido al cristal de zafiro, presente en el 'smartwatch' de Apple. Habrá que esperar a ver si consigue también conquistar a los 'fanboys', temerosos de las consecuencias de que su iPhone caiga al suelo.

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Las imágenes de este reportaje son propiedad, por orden de aparición, de Daniel Oines, Tim Patterson, Quinn Donbrowski, Intel Free Press y Apple