Este es un encuentro muy especial. Nos sumamos al International TableTop Day, que se celebra este 30 de abril en todo el mundo, organizando un festival en el que los juegos de mesa y lo digital se dan la mano. Si alguien piensa que tableros y peones no tienen nada que ver con ciberdelincuencia, videojuegos o innovación, se equivoca. Solo tiene que entrar a esta sala virtual y sentarse en alguna de las mesas llenas de fichas, cartas y algún que otro ‘smartphone’ o tableta.
Además, hemos traído invitados de excepción a la velada. Son gente que sabe mucho sobre juegos de mesa: están Simón Blasco, que junto a Montse Cerdá dirige y presenta el 'podcast' 'Ojo al dado'; Francisco 'Pak' Gallego, diseñador de juegos de mesa, dueño de la editorial GDM Games y miembro de la asociación de creadores españoles Ludo, y Jesús Torres, presidente de la asociación cultural Jugamos Todos, que cada año organiza en Córdoba un festival internacional de juegos de mesa. ¡Allá vamos!
Jugando a ser pirata informático
Nada más entrar en el recinto hay una mesa larga, que ocupa casi todo el ancho de la habitación. Sobre ella, un cartel que cuelga del techo nos avisa de que ahí se juega con la CIBERSEGURIDAD. ¿Un tema tan delicado da para la diversión? Por supuesto.
A nuestra izquierda, dos jugadores están echando una partida al Android: Netrunner de Richard Garfield (autor también de las famosas cartas Magic). Este juego de cartas tiene una versión básica y de vez en cuando se van publicando cartas nuevas. “Puedes jugar con el juego básico, pero si te enganchas puedes comprar más”, nos explica Blasco.
Pero, ¿en qué consiste Android: Netrunner? Simón nos lo explica: ambientado en un futuro distópico, el mundo está gobernado por megacorporaciones a las que unos 'hacktivistas' antisistema intentan hacer frente. Exclusivamente para dos jugadores, “uno toma el control de las megacorporaciones y el otro de los piratas, que en el juego se llaman 'runners'”. El objetivo es controlar esos datos que las megacorporaciones ocultan en sus sistemas informáticos. ¿Quién ganará la batalla final?
No tiene mala pinta, pero pronto vendrán tres amigos y a Android: Netrunner solo pueden jugar dos. ¿Habrá alguna alternativa para cuatro personas? El propio Simón nos habla de un juego en el que podrán participar hasta seis si hiciera falta. Para conocerlo nos tendremos que mudar al fondo de la mesa, donde más bulla se escucha. ¿Se lo estarán pasando bien?
Al acercarnos, vemos una especie de reloj de cartón al que se van sumando minutos de manera manual y un tablero formado por cartas. Buscamos la caja: se trata de Infiltration, de Donald X. Vaccarino.
En Infiltration, todos sois “piratas informáticos que deben entrar a una empresa para robar información antes de que les descubran las patrullas de seguridad”, explica Simón. Las cartas sobre la mesa son las diferentes salas de ese edificio. Hay que acceder a los servidores, hacerse con la información y salir. De la avaricia o cautela de los jugadores depende su éxito, ya que si el reloj llega a 99 minutos, los guardias de seguridad atrapan a los que han quedado dentro. Solo se salvarán aquellos que estén fuera y que más información hayan descargado, por lo que puede haber partidas en las que no gane nadie. El tiempo corre cuando se sacan tarjetas que informan, por ejemplo, de que un empleado de la empresa te ha visto o has de añadir más minutos.
No tiene mala pinta este, pero aquí hemos venido a probarlo todo. ¿Qué va a ser lo siguiente? Nos vamos a la siguiente mesa y descubrimos el Zaibatsu, de Froylan.
Se trata de un 'print & play', un juego que se cuelga en internet con licencia Creative Commons para que los usuarios se lo descarguen, lo impriman, lo recorten y se pongan manos a la obra. En este, de estética 'ciberpunk', los participantes asumen el rol de multicorporaciones que buscan dominar la Red global. Eso sí, en este caso no se llama internet, sino 'cybernet'. Gana el que más bloques de información controla. Menuda metáfora.
Pero ya está bien de robar datos o conquistar redes. Ahora queremos ser el bueno, a ser posible un informático más convencional. Para ello, Simón y Jesús nos recomiendan el siguiente juego: Alta Tensión: Director de fábrica, de Friedeman Friese. Te conviertes en el máximo responsable de una planta de energía que debe modernizarse tecnológicamente (con robots, ordenadores…) para destacar por encima de la competencia. Hazte con el mejor equipo y gana la partida. “Me encanta”, dice Simón. “Te mete en el rol de llevar la compañía eléctrica. Y la verdad es que da un poquito de pie a la interacción entre jugadores, a putearse un poquito”.
Hasta los niños pequeños, acompañados por sus padres, están familiarizándose con la tecnología en este peculiar evento. Nos acercamos a donde están y vemos que están jugando a Robot Turtles, de Dan Shapiro.
El creador buscaba un modo de pasar más tiempo con sus hijos gemelos. El objetivo era “enseñar las bases de la programación informática al público infantil”, explica Jesús. Éxito de financiación en Kickstarter, los pequeños jugadores mueven por el tablero su tortuga, según los movimientos que les indiquen las tarjetas que van destapando: izquierda, derecha, delante… O lo que es lo mismo, los movimientos que les indica el código. El objetivo es conseguir la gema de color idéntico al de la tortuga robot.
Los 8 bits llegan al cartón
En la siguiente mesa tienen puesto algo de música, un tema de 'nintendocore'. Otro cartel indica que allí hay VIDEOJUEGOS, pero no se ve ninguna máquina, ni siquiera tabletas o 'smartphones'. A ver qué están haciendo.
Efectivamente, son juegos de mesa. Y no tienen mala pinta, sobre todo si llevas disfrutando de los videojuegos desde los gloriosos años 80. Uno de ellos es The Battle at Kemble’s Cascade, de los hermanos suecos Anders y Olle Tyrland y todo un homenaje a las viejas recreativas y los ‘shoot’em up’. El tablero intenta imitar esas pantallas rotatorias haciendo alternar los cinco soportes de plástico con los que está formado. El objetivo, como en aquellas máquinas, es disparar a las naves que hay a tu alrededor. Esta creación también tiene un gran jefe final al que hay que derrotar tras superar todas las fases previas.
No es el único tablero que se acuerda de aquellos jefes finales de 8 bits. Pak nos presenta otro juego que también pinta muy bien: Monstruo final. “Es facilito de jugar. Se lo recomendaría sobre todo a gente que ha jugado a videojuegos”. De dos a cuatro jugadores, en Monstruo final eres uno de los jefes de aquellas míticas pantallas de cierre, que ha de construir mazmorras para que los héroes perezcan y hacerse con sus almas. Al conseguir diez (siempre y cuando los héroes no acaben antes contigo, claro), se gana el juego. Mientras preparas tus niveles mortíferos, maravíllate con las ilustraciones pixeladas de héroes y villanos. Tanto The Battle at Kemble’s Cascade como Monstruo final (Boss Monster en el original) no están disponibles en español, aunque la editorial Edge sacará pronto este segundo en nuestra lengua.
Por la tarde está programada la presentación de un nuevo juego, que ha sido financiado mediante una campaña de 'crowdfunding'. Ahora hay muchos que salen adelante de esta forma, y en este particular encuentro no podía faltar uno relacionado, en este caso, con los videojuegos. En una pequeña mesa hay una demostración de Pocket Invaders, diseñado por José D. Flores. Es un juego inspirado en el Space Invaders y que se hizo con más de 9400 euros (pedían solo 3000) en Verkami. Para dos jugadores, ambos tienen que pilotar unas naves en forma de cubos y llevarlas al planeta del contrincante, o bien destruir las naves del adversario. Hay que establecer una estrategia a la hora de distribuir los cubos sobre un tablero de cuadrícula, aunque todos los planes pueden echarse a perder cuando nuevos elementos entren de repente a la rejilla o esta se amplíe.
Fichas, tableros y 'smartphones'
Más al fondo, la cosa cambia. Allí ya no soportan lo analógico. Siguen disfrutando con los juegos de mesa, pero tiene sobre la ídem sus tabletas y 'smartphones'. ¿Qué se traen entre manos?
En una esquina están jugando a Alquimistas, de Matúš Kotry. Asumes el papel de un mago que debe preparar varias pócimas, con unos determinados ingredientes, y luego comprobar los resultados. Ahora bien, ¿cómo sabes qué pócimas has de hacer y si has tenido éxito en la mezcla? Pues gracias a una ‘app’ que deberás descargar en tu móvil: usa dos tarjetas de ingredientes, escanéalas con la cámara de tu dispositivo y espera a recibir el visto bueno. Fíjate en esta imagen: van a combinar escorpión y sapo. ¿Dará resultado?
“Puedes jugar sin la aplicación, pero es mucho más lioso”, advierte Simón, que está de nuevo a nuestro lado. El juego, de 2 a 4 jugadores, viene con numerosas fichas y tarjetas, e incluso con un bloc para anotar las combinaciones que te han de convertir en uno de los mejores alquimistas del universo. No solo tendrás que mezclar, sino también, si es necesario, transmutar ingredientes o beber tus propias pócimas para demostrar que dan buen resultado. “Es muy sencillo y muy divertido”, opina.
También está de nuevo con nosotros Jesús, observando cómo un grupo de jugadores cuchichean en torno a una tableta. En un lateral, un tablero en el que destacan unas tarjetas con el rostro de un alienígena. ¿De qué juego se trata?
Él mismo nos lo explica: XCOM: El juego de tablero, de Eric M. Lang. De 1 a 4 jugadores, “el enemigo extraterrestre quiere conquistar la Tierra”. Tu objetivo es destruir ovnis o investigar las tecnologías que están usando los extraterrestres para que la humanidad no termine arrasada. Una aplicación disponible para Android y iOS te irá avisando de los avances de los marcianos. ¡Buena suerte!
En el resto de la mesa también están usando sus dispositivos móviles. Sin embargo, no se ven tableros, peones o cartas. Están disfrutando de diversos juegos de mesa, sí, pero en forma de 'apps'pero en forma de 'apps'.
Juegos de los llamados 'eurogames', como Los colonos de Catán (Android y iOS), de Klaus Teuber, o el Carcassonne (Android y iOS), de Klaus-Jürgen Wrede, cuentan con una versión en ‘app’ para trasladar toda la emoción de las partidas entre amigos al mundo digital. Además, si los compadres no están cerca, se puede jugar contra la inteligencia artificial. Habrá quien prefiera las fichas de cartón de toda la vida. Para gustos los colores.
De hecho, hay juegos de mesa que comenzaron siendo una aplicación y más tarde pasaron al formato físico. A eso se dedican en la siguiente mesa. Allí nos volvemos a encontrar a Pak, que nos habla de uno que le gusta mucho: Dead Man’s Draw, de Allison Ditchfield. El juego poco tiene que ver con el mundo tecnológico: los jugadores roban cartas del mazo y las combinan para hacerse con el mayor botín posible. Como si fuera una especie de partida de siete y media, sacar una carta más puede ser un grave error. Dead Man’s Draw está aquí porque “el juego es más conocido en aplicación que en formato físico”: primero nació como 'app' y luego pasó al mundo del tablero. Es más, Pak nos dice que prefiere la versión digital, disponible para iOS. Ahora te toca a ti decidir.
Dead Man’s Draw no es el único que ha saltado de lo digital a lo analógico. De hecho, en un encuentro como este no podía faltar el Angry Birds. Pájaros y cerdos son ahora piezas de plástico de un juego en el que tendrás que construir tus propias edificaciones para luego destruirlas. Hay un problema: que las piezas terminen por el suelo y tengas que estar agachándote debajo de la mesa todo el tiempo para recogerlas.
Quien prefiera los juegos de mesa más clásicos también tiene su espacio en este particular encuentro. Hay que avanzar un poco más al fondo, aunque no era nuestra intención desterrarlos: son los de toda la vida pero adaptados de alguna manera a los nuevos tiempos. En esas mesas, varios jugadores están frente a tableros más reconocibles: el cuadrado del Monopoly, el redondo del Trivial… Pero parece que la temática cambia.
Son juegos de mesa de toda la vida pero con un componente tecnológico. Así, frente a nosotros hay ahora varios ‘gamers’ jugando a un Trivial con preguntas (en inglés) del 'World of Warcraft'. ¿Crees saberlo todo sobre sus personajes o tramas? Ahora puedes demostrarlo. También hay un Risk del 'Metal Gear Solid' en el que puedes contratar mercenarios para las unidades especiales que buscan conquistar el mundo.
Aunque si hay un juego de mesa que se lleva la palma en lo que a versiones 'geek' se refiere es sin duda el Monopoly, creado por Lizzie J. Maggie en 1903. Se calcula que hay unas cien, y entre ellas más de una y más de dos referidas al mundo digital. Así, en la edición Empire te puedes hacer con marcas como Yahoo, Xbox o Skype. En el de Nintendo puedes utilizar el champiñón de Super Mario o la espalda de Zelda como peones para recorrer el tablero y comprar los personajes de este universo.
Sean cuales sean tus preferencias, en tablero o en dispositivo móvil, si eres un fanático de la tecnología tendrás donde elegir. Además, según Pak, las empresas desarrolladoras de juegos 'online' buscan “ideas” en el mundo analógico. “Saben que funcionan y no quieren apostar en algo sin saber si va a funcionar”. Lo compara a cómo el cine encuentra inspiración en cómics o libros de éxito. Parece que lleva razón: Hasbro ya sacó versiones oficiales para Chromecast del Risk y el Monopoly. Que la diversión y la tecnología nunca falten.
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Las imágenes que aparecen en este reportaje son propiedad de Board Game Geek (1, 2, 3)