El pasado 19 de agosto, el desarrollador 'indie' Jim Bonacci estrenaba la versión móvil de su juego Happy Wheels en la App Store. Su planteamiento es realmente sencillo: el jugador encarna a un hombre de negocios que debe superar todo tipo de obstáculos mortales a lomos de un Segway. Llegar a la meta de una sola pieza será una misión más que difícil.
El 21 del mismo mes, la 'app' se convertía en la más popular de la App Store en Estados Unidos, permaneciendo en la primera posición de todas las categorías hasta el 7 de septiembre. Algo similar ocurría en Reino Unido, Suiza, Suecia, Corea del Sur, Singapur, Rusia, Holanda, Japón, Italia, Alemania, Francia, China, Canadá, Australia y España. En nuestro país, ocupó el primer puesto de las categoría “racing”, “acción” y “juegos” durante más de diez días según las analíticas de App Annie.
¿Cómo es posible que un juego independiente, con tan poco argumento e impulsado por una sola persona (el citado Bonacci) triunfe de esta forma? Lo cierto es que nació en 2010, ha estado funcionando como minijuego 'online' gratuito desde entonces y cuenta con una gran comunidad de usuarios muy fieles y entusiastas.
“El juego se hizo popular en la App Store por la base de usuarios que tenia en la versión de navegador”, explica Jim Bonacci a HojaDeRouter.com. Sus seguidores de siempre fueron los primeros en descargárselo, “y eso hizo que aumentara el tráfico y que nuevos usuarios lo probaran por primera vez”.
La propuesta de Happy Wheels es tan absurda como adictiva, compleja y divertida. En su versión para web, el jugador no solo es un empresario que conduce un Segway; también puede ser un anciano indigente en silla de ruedas o un padre irresponsable con su hijo en bicicleta, una señora con un carro de compra motorizado, una pareja en moto o un hombre a lomos de una cortadora de césped.
Gracias a lo alocado y sangriento de su fórmula, se ha convertido en uno de los juegos preferidos de los 'youtubers'. Vegetta777 se ha atrevido con él y TheWillyrex ha jugado por lo menos en 200 ocasiones. Incluso El Rubius se ha dejado encandilar y ha propuesto “100 maneras de matar a Justin Bieber” inspirándose en Happy Wheels.
El propio Bonacci asegura que su intención nunca fue desarrollar un juego como este, pero un día creo una animación en la que un hombre en silla de ruedas caía por una colina y le pareció tan divertido que siguió apostando por un concepto peliagudo que se ha hecho más grande de lo que jamás se hubiera atrevido a imaginar. Ahora el juego es especialmente violento, sobre todo en su versión web.
La pantalla se llena de explosiones, disparos, trampas, caídas y todo tipo de objetos cortantes y punzantes que pueden dejar al personaje hecho pedazos. Sus extremidades y hasta su columna vertebral se parten, cuelgan de sus tendones mientras sigue desplazándose. El personaje, en ocasiones, no puede hacerse con el control del vehículo al haber perdido sus brazos.
Así es su sangrienta esencia, lo que genera emoción y hace que el usuario quiera repetir la partida una y otra vez hasta superarla. Según su creador, tomó la decisión de incluir sangre porque estaba cansado de que los juegos que existían hasta el momento no mostraran las consecuencias de la decisión de una persona.
Su popularidad ha ido creciendo poco a poco y ahora tiene millones de fans a los que no solo les gusta el juego, sino la posibilidad de hacer que siga evolucionando, puesto que cuenta con un editor de niveles para que cualquiera cree nuevos desafíos y los comparta con el resto. Hay quien lo define como un “juego infinito” pues, como explica el propio Bonacci, los usuarios han creado más de 30 millones de niveles y la cifra sigue en aumento.
Esos usuarios son “la única razón” del éxito y de que este minijuego se haya mantenido en lo más alto durante tanto tiempo sin grandes presupuestos ni campañas de publicidad. El propio Bonacci admite en su página web que el juego se basa principalmente en el contenido generado por los jugadores.
No obstante, la versión web es algo diferente de la pensada para iOS. Por el momento, Bonacci ha reducido drástricamente sus contenidos, de ahí que solo cuente con el personaje más fácil de utilizar y tenga 15 niveles. Quería estar seguro de que su juego sería aceptado en la App Store y no solo le preocupaba el tema de la excesiva violencia, sino que tampoco estaba seguro de si los niveles creados por los usuarios podrían violar las directrices de Apple en algún momento en caso de que se les “fuera de las manos”.
También quería analizar cómo era recibido por el público general y evitar impactos negativos desde el primer momento. Su propio público llevaba tiempo demandándole el salto al móvil, pero no todo el mundo conoce su trabajo y es posible que no todas las personas estén preparadas para enfrentarse a algo tan 'gore'.
A pesar de todo, ha pasado tiempo “muy preocupado” por si los usuarios de siempre se molestaban al no encontrar características importantes que sí contiene el juego original. Después, “fue impactante para mi ver tantas críticas positivas y mucho apoyo para las versiones futuras”, confiesa.
Ahora está trabajando para sacar cuanto antes la versión para dispositivos Android. Explica que se ha convertido en su más alta prioridad después de que la popularidad para móvil se haya hecho evidente y, sobre todo, porque parece que “la mayoría de los usuarios de 'Happy Wheels'” utilizan teléfonos con este sistema operativo.
Seguro que vuelve a alcanzar un éxito sin paliativos manteniendo una base de seguidores fieles que le acompañan desde hace más de cuatro años y quieren llevar en el bolsillo su (despiadado) juego favorito.
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