De Yaap a Bizum y Verse: el cuento de los pagos móviles aún busca su final feliz
Son simples gestos a través de una aplicación móvil: se selecciona una cantidad, se le asigna un destinatario (del que deberemos tener el número de teléfono u otro tipo de identificación) y el dinero se envía. En menos de un minuto habremos hecho una transferencia monetaria, algo para lo que hasta ahora teníamos (y tenemos y tendremos, porque no parece que vaya a terminar pronto) que ir al banco, hacer cola y firmar un papel (o, si lo hacemos a través de la web de la entidad bancaria, conocer la cuenta del destinatario y echar mano de claves, tarjetas de coordenadas y códigos recibidos por SMS para confirmar la operación).
Las aplicaciones de pagos móviles aportan comodidad, instantaneidad y universalidad. No suele haber comisiones. Mientras esperamos a que soluciones de gigantes como Samsung Pay, Apple Pay o Android Pay se popularicen para realizar transacciones en comercios, un puñado de 'apps' españolas intentan o han intentado abrirse paso en el negocio de mandar dinero de un dispositivo a otro.
Una de ellas ha fracasado; otras dos tratan de darse a conocer y hacerse un hueco, bien con el respaldo de las entidades bancarias, que no quieren quedarse atrás, o bien por libre, captando el interés de inversores extranjeros. Las que intentan salir adelante se parecen mucho a aquella que fracasó. Y todo ello, en un contexto en el que el ‘fintech’ (la tecnología financiera) cobra cada día más relevancia: según la 'app' de gestión de economía personal Mooverang, en 2015 se invirtieron 130 millones de euros en las 121 compañías del sector que ya existían, un 39 % más que en 2014. ¿Tendrá final feliz este cuento?
La pionera que se adelantó demasiado
Nuestra historia comienza con Yaap, la 'app' de pagos móviles que lanzaron en 2014 de forma conjunta CaixaBank, el Banco Santander y Telefónica. Su funcionamiento era simple: el usuario vinculaba a su cuenta una tarjeta de débito o crédito y, con el dinero que transfería desde esta, podía realizar pequeños pagos a los contactos de su agenda (siempre y cuando ellos también tuvieran cuenta en Yaap). Los destinatarios recibían la suma al instante.
Había otro objetivo: que los usuarios pudieran realizar sus pagos en pequeños comercios. Sin embargo, esta línea de negocio no llegó a prosperar. La otra tampoco caló hondo, así que Yaap se vio obligada a cerrar el pasado 2 de octubre, tras 27 millones de euros en inversión y 2.444 euros de ingresos en 2014.
Una de las personas vinculadas a este proyecto recuerda a HojaDeRouter.com los primeros meses de trabajo: “Muy ilusionante, el papel lo aguanta todo y el Power Point más. Al principio todo fue muy sencillo, porque se trataba de ir construyendo la tecnología que diera resultado a esto. Por otro lado se estuvo preparando desde el punto de vista comercial toda la captación de usuarios”.
En su opinión, Yaap fracasó porque “tres grandes no se van a poner de acuerdo en hacer nada, y sobre todo dos que son competidores a machete en la calle, para llevar a cabo ningún proyecto. Eres muy idealista, pero luego llegas sobre lo concreto y los intereses al final acaban estando encontrados, y luego uno tira de más de una cuerda y el otro de la otra… En definitiva, corporativamente es muy complicado que dos competidores de esa envergadura se entiendan. Al principio, sobre lo general, todo el mundo está de acuerdo, y cuando llega a lo particular empiezan las diferencias”.
Que las intenciones iniciales de la 'app' jamás llegarán a materializarse también pudo influir en su declive. “Nació el proyecto quizá un poco cojo, porque nació no solo para el P2P”, recuerda. “Quizá si hubiera ido eso de la mano de una transacción en comercios hubiera tenido más sentido, de modo que hubieras creado una aplicación que tuviera un doble uso: por un lado, pagar al comercio sustituyendo a la forma tradicional de pago; y por otro lado, que además pudieras, con esa misma aplicación, hacer pagos entre particulares. Eso sí que hubiera sido una propuesta robusta”, considera.
Sin embargo, la aplicación que vio la luz era un proyecto de mínimos. “Desde el principio limitaron el alcance del proyecto y creo que eso fue otro de los problemas”, insiste. “Es una pena, yo creo que fue ilusionante en un momento determinado, arrancó fuerte, con mucha ilusión”.
Bizum, la respuesta conjunta de los bancos
Al mismo tiempo que Yaap languidecía, 27 entidades bancarias, del BBVA o Bankia a varias cajas rurales, Evo Banco o la propia CaixaBank y el Santander, decidían que no podían quedarse atrás en el nuevo mundo de los pagos móviles, porque Google, Samsung y Apple no iban a detenerse. Bizum fue su apuesta un tanto “a la desesperada”, como señalaron en su día algunos medios.
La 'app' de Bizum, que se publicó el pasado mes de octubre, ofrece lo mismo que Yaap: pagos al instante y de cuenta a cuenta, con la esperanza de que próximamente se puedan realizar también en tiendas 'online'. A diferencia de lo que ocurría en Yaap, no hace falta registrarse para empezar a funcionar: se opera con la información de nuestra cuenta corriente y solo necesitaremos el número de teléfono del destinatario para mandar dinero.
“Es un pago inmediato a través del móvil y de cuenta a cuenta. Esa característica de inmediatez me parece muy importante”, destaca a HojaDeRouter.com Ángel Nigorra, consejero delegado de Bizum. También reseña la universalidad, con tan solo una cuenta corriente y un teléfono móvil, “sin necesidad de cambiar de banco”. Cada entidad decide si cobrar comisiones o no a sus clientes.
Aunque de momento son 27 las que forman parte de la sociedad, otras entidades financieras pueden adherirse. De hecho, se espera que pronto esté disponible en Deutsche Bank, Banca March, Open Bank (del banco Santander) y la Caja de Ingenieros. No está, por el momento, ING, que tiene su propio servicio, Twyp. Según sus propios datos, tras solo un mes de funcionamiento, la 'app' ya había movido 3,3 millones de eurosla 'app' ya había movido 3,3 millones de euros. A comienzos de enero contaban con 295.000 usuarios, que habían realizado 325.000 operaciones por 14,2 millones de euros.
Comparándola con la desaparecida Yaap, Nigorra cree que “la principal fortaleza de Bizum es ese carácter universal derivado de la participación de prácticamente todos los bancos españoles. Yo creo que esa característica de universalidad, de que pueda ser para todos, es fundamental para generar ese efecto red, ese efecto de que, con confianza, podamos mandar un 'bizum'”. Hay una inversión de 100 millones de euros detrás de ello.
A Nigorra no le asustan propuestas de la competencia como Apple Pay o Samsung Pay, porque Bizum se puede usar con “cualquier teléfono móvil sin estar ligado a una u otra marca o a una u otra tecnología”. El surgimiento de otras herramientas le parece, incluso, beneficioso: “Creo que el mercado de pagos es un mercado muy dinámico y muy competitivo, donde casi diariamente están apareciendo nuevas soluciones. Yo creo que quizás tenemos que valorarlo positivamente en el sentido de que damos más opciones para elegir a los usuarios”. En su opinión, el “principal rival” es el dinero en efectivo, que califica de “incómodo, ineficiente, menos transparente”.
Para el futuro se han trazado tres líneas de trabajo: ofrecer nuevos servicios en los pagos entre particulares, iniciar “a mitad de año” los pagos en comercios electrónicos y, por último, integrar Bizum en soluciones de terceros.
Verse, la veinteañera que montó una yincana con ‘influencers’
Los usuarios que no quieran o puedan vincularse a alguna de las entidades bancarias tienen su alternativa en Verse, la ‘app’ de unos veinteañeros de Barcelona que se ha convertido en una estrella mediática en los últimos meses.
Verse salió al mercado en febrero de 2016 “con la idea de hacer que los pagos sean fáciles, incluso divertidos”, explica a HojaDeRouter.com Álex Lopera, COO y cofundador de Verse junto a Dario Nieuwenhuis y Borja Rossell. “Nos sorprendíamos de cómo actualmente comunicarte con la gente es tan fácil”, pero hacer un pago aún sigue vinculado a “industrias que están quedándose obsoletas y sigue siendo complicado”.
Verse funciona como Yaap: se introduce una tarjeta de crédito, se busca el contacto al que se quiere enviar el dinero y se manda la cantidad deseada. O el procedimiento a la inversa: como también sucedía en la pionera, se puede reclamar dinero a otros. La principal diferencia entre esta aplicación y las demás es que funciona con tecnología 'blockchain'tecnología 'blockchain' (la base de Bitcoin), que ofrece una mayor protección de los datos y las transacciones mediante su sistema de bloques compartidos y cifrados.
Con sede en Barcelona (para darse a conocer llegaron a organizar una yincana con 'influencers' por la ciudad) y centrada ahora mismo en el mercado europeo (se encuentra disponible en más de 15 países de la UE), el equipo está formado por 17 personas, incluidos los tres socios fundadores. “Hay todo tipo de perfiles. Hay gente muy joven en la compañía y hay gente algo más 'senior', pero somos una empresa muy joven y se ha creado un ambiente genial”, afirma Lopera.
En total, la compañía ha conseguido reunir 10,1 millones de dólares (9,33 millones de euros) en dos rondas de financiación. Han apostado por Verse firmas de capital riesgo como Spark Capital, que ya invirtió en el pasado en compañías como Tumblr, pero también inversores particulares como Bernardo Hernández, exdirectivo de Google y detrás de éxitos como Idealista o Tuenti, o José María Fuster, expresidente de OpenBank.
Lopera asegura que no habrá publicidad en Verse, que además no cobra comisión alguna por las transacciones (salvo en las operaciones que implican un cambio de divisa). La rentabilidad tendrán que encontrarla en otra parte. “De todas formas, ahora la compañía no está centrada en monetizar sino en crecer”, matiza su cofundador. Se preocuparán por los ingresos cuando Verse se haya convertido en una herramienta para todo tipo de pagos: “En los próximos meses habrá nuevas funcionalidades. Una de ellas es la de poder pagar en comercios 'online'”.
El futuro: 'startups' contra gigantes
Si la pionera española tuvo que cerrar, ¿qué puede hacer que alguna de las otras tenga su final feliz? La fuente de Yaap recuerda que este tipo de aplicaciones“o cuentan con un volumen brutal o no funcionan”. Es prácticamente blanco o negro: “O lo tiene todo mi entorno o yo no lo voy a hacer”. De hecho, aun siendo cliente de uno de los bancos que están detrás de Bizum, afirma que no usa la ‘app’.
Además, cita los problemas “de seguridad, de incertidumbre, de miedos” que pueda tener la gente sobre los datos que usan y almacenan esas herramientas. “Para Yaap fue también un problema importante”. Aunque ha pasado un tiempo desde el cierre, todavía no sabe si en España estamos “preparados para confiar” en la tecnología de los pagos móviles: “Creo que somos bastante desconfiados, y no te cuento nada con el dinero”.
François Derbaix, cofundador de Toprural y Rentalia y ahora inversor en varias empresas de 'fintech', cree que “es difícil montar una solución de pago móvil líder a nivel local desde España”. Por eso no apuesta por las contendientes nacionales. “Yo creo que la solución vendrá de fuera”.
Sobre el cierre de Yaap, recuerda que cuando vio el anuncio de que dos grandes bancos iban a operar juntos y con Telefónica, pensó: “De ahí no puede salir una 'startup' que funcione”. Admite que “es una opinión muy personal”, pero le parece que “una asociación entre tres dinosaurios nace muerta: es demasiado difícil ponerles de acuerdo, tener la agilidad que necesita una 'startup' desde empresas tan grandes. Creo que no tenía mucha posibilidad de éxito”.
Para él, Bizum es “una iniciativa quizá más complicada, porque pone en común a mucha más gente todavía. Son muchos más bancos”. Aunque no conoce el caso en profundidad, considera “que una iniciativa conjunta de bancos para competir con empresas que son mucho más ágiles va a ser difícil”, y recuerda que “van a competir contra otras empresas internacionales que van a ofrecer probablemente una tecnología mejor”.
“Yo creo que hay mucho por hacer”, dice Lopera desde Verse. “Es una industria con un potencial muy grande. Es una industria complicada, porque está altamente regulada”. Esta misma semana, la Asociación Española de Fintech, con más de 80 asociados, ha pedido un marco regulatorio específico para estas empresas dentro del sector de las finanzas, con medidas para fomentar la innovación o legislar el 'blockchain' para operar en los mercados.
Lopera ve dos jugadores en esta gran partida: los productos lanzados por bancos y los productos sin respaldo financiero detrás, “que se centran en la experiencia final de su usuario. Creo que son estos los que acabarán ganando, básicamente porque son empresas construidas para y por el usuario en sí, y eso hace que el producto que salga de ahí sea infinitamente mejor y al final más utilizado por el cliente”.
“Yo creo que el público cada vez es más receptivo y cada vez tiende a pagar más con el móvil”, opina. “Que para enviar un dinero no tenga que recurrir a la mítica tarjeta de coordenadas o entrar 'online' y estar diez minutos para hacer una transferencia, [meter] el número de IBAN, el destinatario…” Derbaix, por su parte, desea que cualquier 'startup' española “tenga muchísimo éxito en este sector. De los bancos veo más complicado que salga algo bueno para el usuario, pero veremos”. Efectivamente, está por ver si esta historia que empezó con el fiasco de Yapp llega a tener final feliz para alguno de los protagonistas españoles.
------------------
Las imágenes que aparecen en este reportaje son propiedad de Bizum