Transhumanismo en política: ¿votarías por ser un cíborg que vive eternamente?

“En el futuro, la humanidad se verá profundamente afectada por la ciencia y la tecnología. Prevemos la posibilidad de ampliar el potencial humano acabando con el envejecimiento, con nuestras limitaciones cognitivas, con el sufrimiento involuntario y con nuestro confinamiento en el planeta Tierra”.

No se trata del comienzo de ningún libro de ciencia ficción, sino del primer punto de la Declaración Transhumanista, firmada en 1998 por una decena de científicos y filósofos como Nick Bostrom, director del Instituto para el Futuro de la Humanidad de Oxford, que considera necesario abrir el debate sobre los riesgos de una superinteligenciariesgos de una superinteligencia y cómo controlarlos.

Ahora, el filósofo, escritor y exreportero del National Geographic Zoltan Istvan quiere que el transhumanismo sea una preocupación de las instituciones y ha convertido esa declaración en un programa político bastante más original que el de las formaciones tradicionales, preocupadas solo por complacer a los limitados ciudadanos del presente. Por eso ha fundado el Partido Transhumanista de Estados Unidos y está organizando una campaña electoral para convertirse en el primer candidato presidencial transhumanista a la Casa Blanca en las elecciones de 2016.  

“Voy a convencerlos de que morir no es necesario. Podemos evitar la muerte y vivir vidas sanas y jóvenes indefinidamente. Cuando la gente sepa que puede vivir para siempre, lo aceptará con alegría”, asegura Istvan a HojaDeRouter.com. Según nos cuenta, en los últimos meses ha conseguido que se unan a su causa más de 25.000 simpatizantes, principalmente transhumanistas pero también ecologistas. 

Ni los demócratas ni los republicanos se han preocupado, a su juicio, por los grandes retos a los que se enfrentará el ser humano en los próximos años ni por el futuro que nos depararán los avances tecnológicos del presente. Si la inteligencia artificial no deja de avanzar (Stephen Hawking ha sido uno de los últimos en sumarse a la opinión de que las máquinas acabarán con la raza humana) y algunos ya disfrutan de piernas biónicas, implantes cocleares o de cómodos chips en sus manos para facilitar su vida diaria, es hora de que un político transhumanista llegue al poder para lograr que en 15 años seamos una especie 'transhumana'.

Istvan tiene claro cuáles serían sus primeras medidas si lograra ser elegido presidente: reducir drásticamente el presupuesto de defensa y dejar de dilapidar los fondos públicos en guerras extranjeras para invertir ese dinero en tecnología e investigación que prolonguen nuestra vida. “Gastamos billones en guerras en América. Es una locura. Deberíamos gastar ese dinero en la guerra contra el cáncer, la guerra contra la diabetes y la guerra contra el Alzheimer”, asegura este “transhumanista ateo”, como él mismo se define.  

LA ESTRATEGIA POLÍTICA PARA ALCANZAR LA VIDA ETERNA

Si los científicos ya han logrado revertir el envejecimiento de los ratones, puede que en pocos años comencemos a vivir más tiempo, así que los gobernantes han de dedicar más fondos a investigar para que este objetivo se logre lo antes posible. Este es una de los principales retos de Istvan, que cree que “todos habremos cambiado y viviremos 500 años o más” en cuestión de un cuarto de siglo.

Para esa fecha, no cree que vayan a existir los sexos ni las razas, así que las discriminaciones acabarán de un plumazo. Los úteros artificiales reemplazarán los partos naturales (“bárbaros y peligrosos médicamente”, según Istvan) y podremos cambiarnos de sexo o de color de piel cada semana gracias al desarrollo de la nanotecnología, para que no nos aburramos de nosotros mismos. Eso sí, la mejora humana será una opción, no una obligación por ley, por si alguien no quiere apuntarse a la fiesta de la modificación genética.

Ahora bien, si solo los países desarrollados poseen esta tecnología, ¿no aumentarán las diferencias entre los ricos que puedan permitirse vivir durante más tiempo y los pobres que no puedan disfrutar de las ventajas de ser cíborgs? El Partido Transhumanista aspira a diseñar una sociedad igualitaria. “Los ricos se permitirán la tecnología transhumanista primero, así que los países tendrán que asegurarse que los programas están en su lugar para que la tecnología esté al alcance de todas las personas, ricos y pobres”, defiende Istvan.  

TRANSHUMANISMO POR EL MUNDO

La selección genética de bebés, los corazones artificiales y los exoesqueletos son avances que afectan a todas las personas del planeta, por lo que Istvan también ha decidido fundar el Partido Transhumanista Global junto con Amon Twyman, líder del partido en Reino Unido, con la intención de establecer un conjunto de recomendaciones y prácticas para las organizaciones transhumanistas que se han sumado a su movimiento en 25 países de todo el mundo25 países de todo el mundo. Más de una decena han surgido en Europa, aunque muchos tienen su base en grupos previos. 

En España, los transhumanistas también tienen ganas de gobernar. En octubre de 2013 nacía Alianza Futurista, una organización “en pro de la abundancia material e inmaterial tecnológica, la longevidad radical y la ética más allá de la especie”. La formación figura en el registro de partidos políticos del Ministerio del Interior y ya se ha unido al Partido Transhumanista Global, aunque sus miembros todavía no han querido presentarla públicamente. Según han explicado a HojaDeRouter.com, están analizando en profundidad cuáles serán sus textos iniciales.  

Si la Declaración Transhumanista y la Declaración Tecnoprogresista te convencen y te declaras defensor de los animales, uno de los puntos principales de sus estatutos, ya puedes dar un 'Me gusta' en la página de Facebook de Alianza Futurista para sumarte a esta formación, que quiere utilizar las nueva tecnologías “para eliminar lo antes posible la causa de dos de cada tres muertes en el mundo (100.000 muertes al día): el envejecimiento”. ¿Servirá nuestro voto para que se investigue sobre cómo retrasar nuestro propio declive?

EL PRIMER CANDIDATO TRANSHUMANISTA EN REINO UNIDO

En Reino Unido el transhumanismo ya ha llegado a las urnas. En las pasadas elecciones generales, el psicólogo e investigador Alexander Karran, uno de los fundadores del Partido Transhumanista en ese país, se presentó como candidato independiente en el distrito electoral de Liverpool Walton, con un programa que mezclaba medidas locales (como convertir Liverpool en un centro del turismo) con una agenda puramente transhumanista.

Pese a sentirse nervioso porque la gente le viera como un “tipo raro”, según él mismo confiesa, decidió presentarse para convertirse en una figura pública, mostrar compromiso con el movimiento y, como parte de su estrategia política para los próximos 15 años, entender cómo funciona la burocracia electoral. La campaña de Zoltan Istvan en Estados Unidos y su decepción con la política actual de Reino Unido, que a su juicio no se ha interesado por los avances de la vida moderna, fueron sus impulsos definitivos para concurrir a la cita electoral.

Aunque Karran solo consiguió 56 votos (el 0,1% del distrito electoral), se toma los resultados con mucho optimismo: que medio centenar de personas que no le conocían se hayan leído su programa y hayan decidido apostar porque la “tecnología puede mejorarnos como seres humanos” y “puede y debería beneficiar a todos, no solo al poder”, ya es un progreso. “La clave estaba en realizar una campaña exitosa y conseguir algo de electorado, permitiendo los procedimientos necesarios para dar lugar a oportunidades políticas futuras”, explica Karran.

Este psicólogo se muestra algo menos optimista que Istvan respecto a los plazos para combatir la muerte y prefiere hablar de un “aumento de la esperanza de vida”: cree que aún falta una década para ver los primeros resultados y que aún tendremos que esperar para vivir miles de años. “Más sanos, con una esperanza de vida mayor, repercutirá en un menor gasto en los servicios de sanidad y por tanto menos impuestos y mejores servicios”, defiende.

Invertir en impresión 3D, prótesis, robótica, nanotecnología, ingeniería genética, biología sintética, 'neuromejora', inteligencia artificial y supercomputación, además de construir la infraestructura para alcanzar el ansiado futuro transhumanista, son algunas de las medidas que se deberían promover desde las instituciones para vivir más y encima ahorrarnos dinero en sanidad pública. 

CUANDO LOS ROBOTS TOMEN EL PODER

Alexander Karran cree que, en diez o quince años, el transhumanismo será un asunto que se aborde de forma global. Istvan, por su parte, defiende que en los próximos cuatro años algún partido Transhumanista habrá ganado las elecciones, en diez años entrarán en el Congreso y en quince un transhumanista asumirá la presidencia de algún país del mundo.  

El líder del Partido Transhumanista en Estados Unidos tiene un mensaje claro para aquellos a los que no les guste la idea de dejar de ser mortales: han de pensar que solo se trata de un punto de inflexión más en la evolución humana, similar al que protagonizaron nuestros antepasados los homínidos cuando comenzaron a utilizar las herramientas. “Un día, nuestra herramienta será la inteligencia artificial y la herramienta nos reemplazará. Por supuesto, nos convertiremos en parte de la herramienta. Nos convertiremos en parte de la tecnología y nos fundiremos con ella”, sentencia Istvan.

Si la inteligencia artificial es el futuro, este transhumanista lo tiene claro: “Deberíamos permitir que la inteligencia artificial gobierne si comprobamos que las máquinas son más capaces que los humanos. Creo que serán más capaces que los humanos, así que sí, deberíamos dejarlas que nos guiaran y enseñaran”. Aunque Istvan parece desear la llegada de las máquinas al poder, ¿no asusta pensar en un posible régimen encabezado por la tecnocracia robótica?  

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Las imágenes de este artículo son propiedad de Keoni Cabral, Zoltan Istvan y Alexander Karran