Suelta esa escoba: un juego feminista para rebelarse contra el patriarcado

Comienza el día dos de tu vida en blanco y negro. Los niños están a punto de levantarse, así que tienes que hacer el desayuno, o al menos eso dice el mensaje que aparece en tu cocina. La casa está hecha un desastre, así que no es la única tarea pendiente. Fregar, vestir a los niños, ordenar, lavar la ropa, preparar la comida… Son solo algunas de la las obligaciones que tendrás que cumplir según esas pautas.

Si lo haces, la siguiente jornada será igual. Pero no es tu única opción. Puedes coger los huevos que estás friendo y tirarlos contra la pared. O agarrar la puerta y marcharte. O escapar de la rutina agarrando una botella de vodka y haciendo que recorra tu ficticio gaznate.

El videojuego VONA tiene una protagonista poco frecuente: un ama de casa que puede seguir esa estricta rutina escrita en un papel o saltársela para descubrir un resultado que le sorprenderá. “Ya no eres Lara Croft con dos armas atravesando la jungla; eres tú, anónima en tu casa, decidiendo entre dedicar la tarde a planchar y poner lavadoras o sentarte a leer”, explica la artista María 'Pimienta' Sánchez a HojaDeRouter.com.

Esta doctora en Bellas Artes es una de las promotoras de este videojuego, cuyo nombre significa ‘Ella’ en ucraniano y que verá la luz en septiembre. El proyecto, promovido por el estudio Gammera Nest Gammera Nesty desarrollado de forma colaborativa, ha nacido para apoyar al Museo de Género de Ucrania que ella lleva tiempo defendiendo, aunque el objetivo final sea mayor.

“Vamos a empoderar a la mujer, vamos a empoderarla con un videojuego porque a día de hoy faltan representaciones o faltan ejemplos”, destaca Sánchez. “Hay muchas mujeres anónimas que en su casa luchan día a día… O, planteándolo de otra manera, ¿qué mujer no es una heroína a día de hoy por resistir en la sociedad, sacar adelante una familia, desarrollar cualquier tipo de trabajo?”

Un ‘escape room’ para que huir sea una opción

“Empezamos un proyecto en plan colaborativo, con participantes en Ucrania y en Madrid”, explica Daniel Sánchez, director de proyectos de Gammera Nest, un pequeño estudio especializado en la creación de videojuegos para museos (ha desarrollado Nubla para el Thyssen-Bornemisza). “No sabíamos lo que íbamos a hacer [...] pero todo partió de que una chica del taller ucraniano mandó su día a día y dijo ‘mi vida es así, esto es lo que hago todos los días’”.

La vida como ama de casa de esa joven se convirtió así en el ‘leitmotiv’ del videojuego, concebido a caballo entre el Centro de Cultura de Género de Járkov (la segunda ciudad más grande de Ucrania) y los participantes en los talleres madrileños. Entre todos, fueron perfilando las acciones y la mecánica de VONA.

Inspirándose en los videojuegos de Rusty Lake, en los que hay que resolver una serie de acertijos para escapar, Gammera Nest ha desarrollado un ‘escape room’ en el que debemos resolver un puzle para descubrir el museo aunque al principio no sepamos cuál es. “Intenta crear un espacio para pensar en el tema de la igualdad y la identidad de género”, explicaba durante la presentación del proyecto Ana Gómez, coordinadora y documentalista en Gammera Nest. “El videojuego [...] puede contar historias y tiene una capacidad para emocionar muy interesante”, añadía Clara Harguindey, responsable de comunicación y diseño del estudio.

En un primer momento, el jugador que interpreta a esa ama de casa entregada a su hogar se siente tentado a seguir las reglas. “El primer día lo van a hacer clavado y no creo que nadie se intente rebelar”, augura Daniel Sánchez. Sin embargo, poco a poco, irá encontrando pistas que le invitarán a realizar alguna acción subversiva.

“Hay que ir avanzando mediante pantallas e ir tomando decisiones basadas o no en las normas del heteropatriarcado, así que digamos que hay herramientas de empoderamiento disponibles para desarrollar el proceso de una forma u otra”, nos cuenta por su parte la artista María Sánchez.

Por el camino, el jugador descubrirá diferentes guiños a obras de arte feministas e incluso Virginia Woolf hará su aparición. De hecho, el impacto de los huevos contra la pared acaba provocando que se llene de pechos, una curiosa reacción inspirada en la instalación feminista de los años 70 'Woman House'.

El videojuego que descubre un museo

Sentarse a desplegar su creatividad ante una máquina de escribir, en lugar de resignarse a completar repetitivas tareas domésticas, es una de las acciones que el jugador puede escoger en VONA. El Museo de Género de Járkov también alberga una antigua máquina para imprimir caracteres del alfabeto ucraniano que perteneció a una mujer.

Vestidos tradicionales, una máquina de coser, fotografías, libros y carteles forman parte de las más de 4.000 piezas de este pequeño centro situado en una antigua vivienda vivienda soviética, según describe María Sánchez. Ella lo conoció de la mano de su directora, Tatiana Isaeva, cuando realizaba allí un programa de voluntariado europeo. Fue en 2014, poco tiempo después de las protestas multitudinarias en la plaza del Maidán en Kiev, para pedir la dimisión del presidente Viktor Yanukovich.

María vivió en Ucrania el estallido del conflicto entre ucranianos y prorrusos en el este del país —que aún hoy sigue abierto—, cuando le encomendaron la triste tarea de empaquetar los objetos de ese pequeño museo. Para impedir el cierre de esta institución, pagó ella misma el alquiler de ese pequeño espacio durante un mes. Desde entonces, ha encontrado el apoyo económico de patrocinadores de todo el mundo para mantener abierto el “único museo de género de un país exsoviético” a través de su campaña #SaveGenderMuseum.

Su iniciativa llamó la atención de Ana Gómez, que, como María Sánchez, trabajaba con su equipo de Gammera Nest en Factoría Cultural, un vivero de industrias creativas situado en Madrid. Así que propuso a María hacer un videojuego para abrir el museo virtualmente y reflejar la situación de la mujer en un país que ocupa la posición 69º del Índice de Brecha Global de Género del Foro Económico MundialForo Económico Mundial, un ránking en el que España ocupa el 29º.

El Museo de Género de Járkov, obviamente, ocupa un relevante lugar en el proyecto. Mientras realiza las acciones subversivas, el jugador encuentra una serie de objetos de la exposición que le permitirán descubrirla de forma virtual. Sin embargo, a juicio la promotora de #SaveGenderMuseum, el videojuego “ni es ucraniano ni es español: narra la vida de cualquier mujer que puede quedar representada”.

Por eso estará disponible en inglés, español y ucraniano y podrá disfrutarse a través de la web o del ‘smartphone’ a partir de septiembre, después de que los ‘beta testers’ lo descarguen —la primera versión estará disponible a mediados de este mes— y valoren la experiencia.

Sus creadores pretenden que sea accesible para que personas de cualquier sexo y edad no solo conozcan un pequeño museo de Ucrania, sino que se sumerjan en esa vida en blanco y negro llena de alternativas. “Es el coger y decir 'vamos a hacer cosas que no nos impongan, que las decidamos nosotras, que decidamos si querernos irnos de la habitación'”, resume María Sánchez.

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Las imágenes son propiedad de María Sánchez y Gammera Nest.