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Biodiversidad marina: desafíos y soluciones

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El Mar Balear, reconocido por su riqueza en biodiversidad y hábitats únicos, enfrenta un momento crítico, una encrucijada entre frenar su deterioro y comenzar su regeneración, o seguir dando pasos en la dirección contraria. Las Jornadas de Biodiversidad Marina celebradas recientemente han puesto de manifiesto la necesidad de una acción coordinada y decidida para proteger estos ecosistemas vitales en el mar Balear. Muchas de las propuestas que se lanzaron en dichas jornadas son ambiciosas y, por ello, su éxito dependerá de contar con estrategias claras, recursos suficientes y la colaboración de todos los actores implicados.

Bahías someras: un reto urgente y estratégico

Las bahías someras, bahías de aguas poco profundas albergan una gran riqueza de flora y fauna, representan áreas clave por su valor ecológico y su fragilidad frente a las actividades humanas. Si uno lo piensa detenidamente, se dará cuenta de que es en ellas donde se reúnen la mayoría de las presiones humanas, ya que los seres humanos tendemos a concentrarnos en sus orillas. Debido a ello, muchas sufren un proceso importante de deterioro. Según varias de las personas que participaron en las Jornadas de Biodiversidad, se han identificado hasta 50 posibles zonas de interés para su recuperación. Sin embargo, siete de ellas carecen de cualquier tipo de protección, lo cual dificulta que una recuperación pueda mantenerse en el tiempo.

También nos falta información. Es necesario completar el listado de bahías, evaluar su estado actual y priorizarlas según criterios como su singularidad, datos históricos disponibles o la implicación de las comunidades locales. Además, resulta crucial elaborar mapas de presiones y bioindicadores específicos para monitorizar la calidad del agua y el estado de conservación de estos hábitats.

Por último, no podemos olvidar que es imprescindible proteger la vegetación marina, como la Posidonia oceanica. Esto exige indicadores específicos y acciones para mitigar amenazas que se dan en estas zonas como el exceso de nitratos, nitritos o turbidez en el agua. Solo una planificación coordinada, que minimice las presiones y proteja estas áreas, permitirá revertir el deterioro a medio y largo plazo.

Tiburones y rayas: la mala prensa de los grandes olvidados

Los tiburones y las rayas, fundamentales para el equilibrio de los ecosistemas marinos, son especies cuya conservación tradicionalmente ha recibido escasa atención y, como hemos comentado en otras ocasiones, gozan de una mala reputación tremendamente injusta. Para garantizar su conservación en el mar Balear, es imprescindible consolidar y estandarizar la información existente sobre sus poblaciones mediante bases de datos integradas y el uso de tecnologías avanzadas, como cámaras submarinas, inteligencia artificial, etc.

Además, son necesarios planes de conservación de estas especies. Dichos planes, en ocasiones, deberían incluir la reintroducción y la cría en cautividad de especies en riesgo crítico. No obstante, no podemos olvidar que esto siempre debe ir acompañado de medidas que reduzcan las presiones pesqueras y otras amenazas. Para ello, crear más y mejores espacios marinos protegidos en zonas relevantes para estos organismos sería una medida eficaz.

Por último, cabe destacar que la conservación de estos organismos es cosa de todos. Así, la colaboración con el sector pesquero es esencial para garantizar la viabilidad de estas acciones, priorizando soluciones que sean realistas y asumibles. En esta línea, la futura Estrategia Balear de Conservación de Tiburones y Rayas puede ser un buen punto de partida para poner en marcha todas estas acciones de manera coordinada.

Corales, gorgonias y otros invertebrados: una mejor información para conservar

La protección y restauración de ecosistemas formados por corales, gorgonias y otros invertebrados esenciales es otro de los grandes desafíos del mar Balear. Su relevancia va desde su papel como formadores de ecosistemas hasta actuar como “guardería” para numerosas especies, muchas de ellas de interés pesquero. Las técnicas de restauración activa, como la implantación de proyectos específicos en zonas clave, pueden ser efectivas. Aun así, las limitaciones tecnológicas y económicas actuales hacen que no podamos olvidar que la restauración pasiva suele ser una medida mucho más efectiva. La protección estricta de las aguas actúa en una escala espacial mucho mayor y, a la vez, elimina la mayoría de las presiones humanas.

Para que la conservación de estos organismos tenga éxito necesitamos de información. En las Jornadas se puso de manifiesto que es necesaria una cartografía detallada de hábitats, así como el seguimiento de las comunidades clave, incluyendo organismos como esponjas, equinodermos y formadores de hábitat. En esta línea, no puede olvidarse el apoyo que pueden dar las herramientas de ciencia ciudadana a la hora de recolectar datos, pero no solo para aportar información, sino también para implicar a la sociedad en la conservación marina. Sin embargo, es necesario garantizar una estructura respaldada por recursos públicos que complemente estas iniciativas y asegure su sostenibilidad.

Un futuro lleno de oportunidades para la vida marina balear

Las propuestas derivadas de estas jornadas plantean actuaciones que pueden aglutinarse en una hoja de ruta prometedora, la cual combina acciones inmediatas con metas a largo plazo (algo imprescindible para evitar caer en el nocivo cortoplacismo). A corto plazo, es imprescindible recopilar datos actualizados, establecer sistemas de monitoreo y promover campañas de sensibilización dirigidas tanto al público general como a sectores específicos, como la pesca o el turismo. Esto sentaría las bases para que se lleven a cabo proyectos de restauración activa –y pasiva- y la implementación de una red integrada de protección marina en los próximos años en el mar Balear. Sin embargo, como no podía ser de otra manera, estas iniciativas requieren una inversión económica significativa y un compromiso político firme.

El mar Balear tiene el potencial de convertirse en un referente en conservación marina para toda la región mediterránea. Pero este objetivo solo será posible si se prioriza la conservación como una política estructural, con medidas claras, financiación adecuada y la implicación activa de toda la sociedad. No podemos perder esta oportunidad única para proteger nuestro patrimonio natural, garantizar su regeneración y preservar su vida para las generaciones futuras.

El Mar Balear, reconocido por su riqueza en biodiversidad y hábitats únicos, enfrenta un momento crítico, una encrucijada entre frenar su deterioro y comenzar su regeneración, o seguir dando pasos en la dirección contraria. Las Jornadas de Biodiversidad Marina celebradas recientemente han puesto de manifiesto la necesidad de una acción coordinada y decidida para proteger estos ecosistemas vitales en el mar Balear. Muchas de las propuestas que se lanzaron en dichas jornadas son ambiciosas y, por ello, su éxito dependerá de contar con estrategias claras, recursos suficientes y la colaboración de todos los actores implicados.

Bahías someras: un reto urgente y estratégico