El alcalde de Palma, José Hila, ha rechazado este lunes anular “indiscriminadamente” multas en la ciudad debido a las irregularidades detectadas por parte de la empresa postal.
Preguntado por el hallazgo de cientos de cartas y notificaciones abandonadas en torrentes y descampados de la ciudad, Hila ha aclarado que por el momento no les consta que entre los recibos tirados haya multas del Ayuntamiento.
No obstante, ha recordado la situación que se produjo en 2021, que desembocó en la detención de cuatro repartidores de notificaciones por falsificar firmas de los multados como si se hubieran entregado. Esto generó importantes recargos para los interesados, al dejar pasar los plazos para pagar.
El alcalde ha recalcado que aquella investigación se inició a raíz de una denuncia del Ayuntamiento, argumentando que es el “perjudicado” por la mala praxis de la empresa, y que tras detectar las irregularidades se decidió cambiar el sistema de notificaciones. Según Hila, a partir de ese cambio ya no se ha tenido constancia de más incidencias.
En este sentido, el alcalde ha apuntado que se ha “estudiado caso por caso” para comprobar el procedimiento de notificación “y si se ha visto que no era el adecuado se ha eliminado el recargo y vuelto al periodo voluntario”. Por ello, ha insistido en que si algún ciudadano piensa que ha sido perjudicado se ponga en contacto con el Ayuntamiento, asegurando que ante la duda se actuará “siempre a favor del ciudadano, porque esto no se tendría que haber producido”.
Sin embargo, en estas circunstancias, el alcalde ha rechazado rotundamente una anulación “indiscriminada” de multas, “porque algunas están bien notificadas”. “Dudo mucho que encontremos funcionarios que quieran anular multas bien notificadas”, ha argumentado Hila, en relación a la petición del PP para que el Ayuntamiento invalide las multas.
A esto ha añadido que “desde la oposición uno puede pedir lo que quiera, no necesita informes técnico-jurídicos, pero desde el gobierno es otra situación”.
Según ha publicado el diario 'Última Hora', millares de recibos y notificaciones han aparecido desechadas en torrentes y descampados de Palma, y antiguos trabajadores de la empresa postal habrían reconocido que las tiraban y que falsificaban el reparto con el geoposicionamiento de la PDA de la empresa porque no podían asumir la carga de reparto que les imponían.
La Policía investiga si detrás de este comportamiento había comisiones que se cobraban en función de las notificaciones entregadas. Estos incentivos complementaban el sueldo de los repartidores, que apenas superaban el salario mínimo.