Vox gestionará Magaluf, meca del turismo europeo low-cost

Nicolás Ribas

Illes Balears —
12 de junio de 2023 22:56 h

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Este sábado se constituirán los nuevos gobiernos municipales fruto de los resultados electorales del 28 de mayo. Uno de los ayuntamientos donde este lunes se ha hecho oficial el acuerdo de gobernabilidad es Calvià (Mallorca), donde gobernará el PP con Vox. Pese a que el PSOE fue la fuerza más votada, no puede gobernar, ya que se quedó a un escaño de la mayoría absoluta. Més y Unidas Podemos –que confluyeron en coalición en 2019– se quedaron sin representación en el municipio, después de concurrir por separado a los comicios, lo cual ha sido un factor clave para que la izquierda pierda Calvià.

El municipio, especialmente la zona de Magaluf, es conocido en Europa por ser una de las mecas del turismo de excesos y el 'balconing', a pesar de los esfuerzos del anterior gobierno de izquierdas y de las cadenas hoteleras para mejorar la oferta y la imagen de la región. Ahora, Calvià cae en manos del PP y Vox. Los populares harán valer sus ocho escaños a los que hay que sumar los cinco que consiguió la extrema derecha.

Con este acuerdo, Juan Antonio Amengual (PP) se erigirá como nuevo alcalde de Calvià durante los próximos cuatro años, mientras que Esperanza Catalá (Vox) se convertirá en la primera teniente de alcalde. Vox gestionará la Policía Local, Protección Civil, Calvià 2000 (la empresa pública municipal encargada de la recogida de residuos y limpieza), Juventud, Eventos y Fiestas, Participación Ciudadana y Ciudadanos Extranjeros, según ha informado el PP en un comunicado de prensa.

Vox también se hace con el control de dos tenencias de alcaldía más (la tercera y la séptima), desde donde controlará las áreas de Igualdad, Cultura, IFOC (Instituto de Formación y Ocupación de Calvià), Movilidad y Transporte, Mundo Rural, Bienestar Animal y Mantenimiento (excepto instalaciones deportivas); por un lado, así como de Cementerio, Llar y Tercera Edad y Transparencia, por otro. De este modo, Vox controlará áreas sensibles como la policía, igualdad, cultura o extranjería, fundamentales para llevar a cabo lo que los ultraderechistas entienden como la batalla cultural contra la izquierda.

El pacto entre ambas formaciones implica para los populares el control de cinco tenencias de alcaldía: Coordinación Municipal, Comunicación, Servicios Generales e Informática; Vivienda, Urbanismo, Patrimonio y Educación; Infraestructuras, Vías y Obras, Transición Energética, Medio Ambiente, Mantenimiento de Instalaciones Deportivas y la finca pública de Galatzó; Turismo, Playas y Litoral, Comercio, Actividades, Organización, Innovación y Calidad y Economía, Contratación y Deportes.

“Nos encontramos en el principio de una legislatura para la que tenemos un gran equipo de trabajo y una hoja de ruta hecha por los ‘calvianers’ y con unos objetivos muy claros”, ha valorado Juan Antonio Amengual, futuro alcalde popular. “Tenemos muchas ganas de gobernar y trabajar para todos en aras a recuperar el lugar que Calvià y los ‘calvianers’ se merecen”, ha añadido. “Con este pacto consolidamos lo que los ciudadanos han pedido en las urnas: un cambio de gobierno que expulse a la izquierda y sus nefastas políticas de las instituciones”, ha valorado, por su parte, Esperanza Català, futura teniente de alcalde.

Magaluf, destino de británicos

El acuerdo de gobernabilidad asegura al PP el control de las carteras de Turismo, Playas y Litoral y Economía. Sin embargo, zonas muy turísticas como Magaluf o Palmanova quedarán bajo el dominio de Vox -que también controlará el área de la Policía Local-. En la legislatura que termina, el Govern de izquierdas aprobó la denominada ley “contra el turismo de excesos”, con el objetivo de cambiar el modelo turístico de determinadas zonas de Mallorca y Eivissa. Entre ellas, Magaluf; Platja de Palma y Llucmajor (todas ellas en Mallorca) y Sant Antoni de Portmany (Eivissa).

Esta ley fue consensuada con una parte del sector hotelero, que veía con preocupación cómo año tras año -y también después de la aprobación de la ley- se sucedían las imágenes de descontrol y desenfreno juvenil en estas zonas, dominadas por el turismo británico. Unas zonas copadas por todo tipo de negocios vinculados al ocio diurno y nocturno, en las que se abusa del consumo de bebidas alcohólicas y otras sustancias tóxicas, se denuncian violaciones o agresiones sexuales y en las que tienen lugar otro tipo de actividades peligrosas como el ‘balconing’, práctica que consiste en saltar desde el balcón de la habitación a la piscina, bajo los efectos de tales sustancias.

Juan José Segura-Sampedro, cirujano oncólogo e investigador del hospital de referencia balear Son Espases (Palma), explicó a elDiario.es que cuando llegó a la isla en 2015 le sorprendió ver la cantidad de traumatismos graves que ingresaban en Urgencias a causa de caídas propiciadas por el alcohol y otras sustancias tóxicas. El 98% de los pacientes precipitados por hacer 'balconing' presentan índices elevados de sustancias etílicas en su organismo, afirmó. El perfil de paciente que ingresa por caídas derivadas de estos excesos son jóvenes de entre 16 y 30 años. Entre las nacionalidades predominantes, destacan británicos, alemanes e irlandeses. Estas prácticas generan, además, graves problemas de convivencia con los vecinos que sufren las consecuencias de este turismo desbocado.

Con la aprobación de la norma contra el turismo de excesos, quedan prohibidas “las prácticas peligrosas para la vida, la salud y la integridad física de los clientes” en cualquier establecimiento dedicado al alojamiento turístico, lo que incluye el ‘balconing’ y otras prácticas. El incumplimiento de esta prohibición implica la expulsión del hotel -o establecimiento similar-. La ley limita también la publicidad que se permite sobre las bebidas alcohólicas en bares o establecimientos de ocio, así como prohíbe las denominadas pub crawling (rutas etílicas).

Ley contra el turismo de excesos

Asimismo, el decreto-ley prohíbe la cosificación e hipersexualización que sufren las mujeres en estos espacios, una práctica que se ha promovido históricamente en estos lugares de ocio con la finalidad de inducir al consumo de alcohol o a la entrada a un establecimiento como bares, restaurantes, locales de ocio y a cualquier establecimiento abierto al público. Por otro lado, en cuanto a las ‘party boats’, se prohíbe su publicidad o comercialización en las zonas afectadas por la norma; recoger o devolver clientes en estas zonas para trasladarlos al puerto correspondiente y que los barcos entren en las aguas interiores limítrofes en estas zonas.

Las consecuencias negativas de este tipo de turismo también tienen un alto coste para las arcas públicas. Sin contar con el gasto que pueda suponer para la sanidad pública -vía los ingresos por Urgencias- o para la limpieza, la Policía Local de Calvià situó en 140.000 euros el coste para los refuerzos policiales solamente en Punta Ballena en 2018, que pese a que cuenta con apenas 600 metros de extensión, es la más conflictiva. Cuando llega la temporada turística, el municipio cuenta con seis policías locales más de noche, entre semana, y ocho agentes más los fines de semana. Ese año, pese a que el municipio apenas contaba con 49.000 habitantes, el presupuesto en Seguridad Ciudadana ascendió a los 12 millones de euros.

El municipio (que es mucho más grande que la extensión de Magaluf) presupuestó 30,3 millones de euros en 2018 para la limpieza de calles y playas. Además, aumentó en dos meses el período en que este servicio se intensifica, y contrató a 23 trabajadores para el personal de limpieza. Es decir, que dos años antes de que entrara en vigor la nueva ley, el municipio registró 161 incidencias sanitarias, 133 de ellas por intoxicación etílica y 17 por peleas o agresiones. Aquel año había 27 ambulancias para el conjunto de la isla: dos de ellas se destinaban únicamente al núcleo de Magaluf, que contó además con una ambulancia extra entre junio y mediados de septiembre.

La estrategia de los hoteleros

La temporada turística de 2022, con la nueva ley en vigor, se saldó con diez locales que se enfrentaban, en Calvià, a multas de hasta 600.000 euros por ofertas de alcohol y cosificación a la mujer, incumpliendo el decreto-ley de turismo de excesos. Alfonso Rodríguez, el alcalde socialista en funciones, explicó que se habían tramitado 30 expedientes sancionadores, y que algunas infracciones graves habían desembocado en el cierre de los locales.

Por otro lado, la estrategia del sector hotelero durante estos últimos años ha consistido en aumentar el número de estrellas de sus establecimientos. La mayoría de las reformas han subido la categoría de los hoteles a 4 y 5 estrellas, siendo el sector del lujo un segmento muy importante de la oferta turística, especialmente en Eivissa. Concretamente, en el caso de la zona de Palmanova-Magaluf, fuentes de la patronal hotelera situaron en 200 millones de euros las inversiones en los últimos años.

Calvià tiene una población de 52.458 habitantes, según cifras del Instituto Balear de Estadística (Ibestat), actualizados al año 2022. Siendo Magaluf .y Palmanova dos zonas importantes en cuanto a población, siguen representando una zona pequeña de la totalidad del territorio. Mientras que Magaluf alcanza los 5.183 habitantes, Palmanova se sitúa en los 7.054, según los mismos datos. El municipio también es una zona más rica en comparación con la renta media de las Illes Balears. La renta disponible bruta de los hogares per cápita (el dinero que queda disponible en un hogar tras el pago de los impuestos) era de 20.010 euros en 2019, según Ibestat, lo que supone unos 3.000 euros más que la media de Mallorca y del conjunto del archipiélago balear.