ENTREVISTA

Juan Miguel Costa, director de turismo de Ibiza: “En la isla no hay masificación, sólo en agosto está la planta hotelera llena”

Juan Miguel Costa es el director insular de Turismo de Eivissa. Es el encargado de gestionar alrededor de 7 millones de euros, el presupuesto con el que cuenta su departamento de media cada año para que el turismo no decaiga. Además, se encarga de amortiguar las críticas que cada vez con más fuerza se oyen allende los mares, en los despachos de la capital y en las calles de Eivissa por las que han transcurrido este verano, al inicio y al final de temporada, dos manifestaciones. 

Costa lleva desde octubre de 2019, hace ahora 5 años, al frente de la promoción de Eivissa como destino turístico de la marca ‘Ibiza’, la que fragmenta y multiplica la oferta en un ejercicio que parece no terminar, “para seguir alargando la temporada”. Objetivos que no son compartidos por las organizaciones ecologistas, dado el progresivo consumo de territorio y la falta de recursos e infraestructuras; que ya funcionan por encima de sus posibilidades, afectando gravemente al medio ambiente. Tampoco por la población en general, por la clase trabajadora que sustenta el turismo, que se está viendo expulsada de la isla o abocada a vivir en chabolas. 

El director ibicenco de Turismo es diplomado en Turismo y Técnico en Actividades Turísticas, además de experto en calidad de la gestión hotelera. Laboralmente, antes de incorporarse como independiente al equipo del gobierno popular de Vicent Marí,  contaba con una amplia experiencia profesional en el sector turístico y empresarial: fue comercial, director de hotel y delegado de una firma de refrescos en Eivissa, Formentera y Menorca.

¿En qué momento se encuentra la promoción turística de Eivissa?

Estamos finalizando la temporada y esperando a recabar todos los datos para hacer después los análisis correspondientes de cómo ha funcionado. En general, ha sido una temporada irregular, con unos picos y unos valles muy pronunciados, diferente a la que tuvimos el año pasado, que fue excelente. La ocupación ha estado un poquito por debajo. Algunos actores de la cadena de valor turístico, parte de la restauración y del chárter náutico han sufrido más de lo esperado, la verdad. 

El hábito de consumo del turista ha cambiado un poco y estamos padeciendo estancias más cortas, de jueves a domingo, por ejemplo. Los martes y miércoles son más complicados. Desde el 15 de junio al 15 de septiembre estas oscilaciones no existían. En 2023, todo fue mucho más constante y uniforme. 

La verdad es que no contábamos con ello. Además, debido a la alta demanda, también teníamos unos precios elevados, y eso también puede ser que en algún momento haya creado reticencias en el turista a venir a la isla más días o, incluso, en algunos casos, a venir. 

Teníamos unos precios elevados, y eso también puede ser que en algún momento haya creado reticencias en el turista a venir a la isla más días o incluso, en algunos casos, a venir

¿Cuál es el planteamiento de cara a este invierno para promocionar la temporada de 2025?

Empezamos ahora con la World Travel de Londres a principios de noviembre, porque para nosotros el turismo británico es el principal país emisor. Siempre vamos con ilusión sabiendo que es un mercado muy importante para nosotros. Este año llevará connotaciones para el turismo familiar, que es un turismo que siempre había sido muy agradecido en Eivissa y que, últimamente, hemos perdido un poco: estamos tratando de recuperarlo. Además, ahora se ha creado el sello, el producto ‘Ibiza Family Moments’. 

Las líneas para la próxima temporada son buscar ese perfil de turista que viene en los meses que están fuera de la temporada principal. Nos interesa mucho desestacionalizar, que es intentar prolongar la temporada, que en principio es de seis meses, por los extremos. Estamos consiguiendo tener un abril con una actividad turística importante. Pero no lo estamos consiguiendo al final de temporada; la última semana de octubre y la primera de noviembre nos está costando más. Estamos teniendo un clima en octubre maravilloso y un noviembre también fantástico comparado, por ejemplo, con el mes de abril o mayo. 

Sin embargo, diferentes zonas “maduras” que se dedicaban al turismo familiar están transformando su oferta a turismo de ‘alto standing’. ¿No está funcionando este modelo y quieren volver a los hoteles de todo incluido?

En la isla hay cinco municipios y cada uno tiene especificaciones distintas. Municipios como Santa Eulalia viven casi exclusivamente del turismo familiar. Pero, en general, el turismo familiar es más residual. Ha habido una inversión muy potente de capital en la reconversión de hoteles y, al final, lo que tenemos a día de hoy son 27 o 29 hoteles cinco estrellas sobre una planta de 500. Es decir, que, al final, el porcentaje es muy pequeño realmente. Ha habido hoteles que antes eran tres estrellas o que eran dos estrellas y que han pasado a cinco. Las familias, obviamente, por supuesto que son muy bienvenidas porque, además, es el turismo con el que empezó Eivissa allá en los finales de los 60, principios de los 70. Hay familias que llevan viniendo más de 20 años, más de 25. Si algo bueno tiene la isla es que esa convivencia entre diferentes targets siempre ha sido posible.

Comentaba antes que asistirán a la feria británica este año. La prensa inglesa ha hablado bastante mal de la acogida de Eivissa al público inglés.

Seguimos la prensa inglesa, parte de ella es muy sensacionalista y no solamente ha sido con Eivissa. Recuerdo artículos de Benidorm, de Málaga, de Palma… Se dicen mentiras flagrantes, algo que realmente no está pasado. Me acuerdo de una noticia que decía que teníamos mosquitos que estaban transmitiendo la malaria.

Lo que intentamos hacer es enviarles un email o un escrito o una carta diciendo que la realidad es otra. Cuando ya se habla más de generalidades no entramos a ello. Seguimos teniendo una gran afluencia de británicos, seguimos colaborando estrechamente con el consulado, antes, durante y después del verano. Y, en ese sentido, estamos muy contentos. 

Seguimos la prensa inglesa, parte de ella es muy sensacionalista y no solamente ha sido con Eivissa. Recuerdo artículos de Benidorm, de Málaga, de Palma… Se dicen mentiras flagrantes, algo que realmente no está pasado. Me acuerdo de una noticia que decía que teníamos mosquitos que estaban transmitiendo la malaria

Los que no parecen estar muy contentos tampoco son los residentes y trabajadores de Eivissa. Esta temporada ha habido dos manifestaciones contra la masificación turística ¿Ampliar esta masificación al resto del año sería una buena idea?

No, estamos hablando siempre de segmentos, de productos que nunca van a ser masivos. En Eivissa no hay masificación turística, sólo en el mes de agosto tenemos prácticamente la planta hotelera llena, en los demás meses, no. El año pasado vinieron a Eivissa en el mes de marzo entre 25.000 y 30.000 personas, gracias a los eventos deportivos. Es un turista que tiene mucho respeto por la isla y por el residente. El gran objetivo sería esponjar parte del turista que nos viene en julio y agosto y ser capaces de trasladarlo al inicio y al final de la temporada. Las caras B de la isla son fantásticas.

¿Es necesario seguir haciendo promoción turística?

Esta es una pregunta que me han hecho varias veces últimamente y que está sobre la mesa. Yo creo que sí. La promoción que impulsamos desde hace ya prácticamente cinco años es buscar ese target de cliente que nos viene fuera de los meses de verano. Nosotros, en los dos segmentos principales, el de sol y playa y el de ocio, prácticamente no invertimos nada de nuestro presupuesto. El turismo familiar, el turismo deportivo, el turismo gastronómico y el turismo cultural y patrimonial. Estas son las cinco patas unidas al turismo de eventos, convenciones, etcétera, que, además, siempre nos aportan gente fuera de julio y agosto

La promoción que impulsamos desde hace ya prácticamente cinco años es buscar ese target de cliente que nos viene fuera de los meses de verano. Nosotros, en los dos segmentos principales, el de sol y playa y el de ocio, prácticamente no invertimos nada de nuestro presupuesto

El gran grueso del presupuesto va a el segmento familiar, el de gastronomía y el cultural patrimonial. Es un cliente de un poder adquisitivo medio alto, que está pensando en venir a lo mejor en abril, en mayo o en septiembre, y que, además, cuando viene suelen ser un turista concienciado con la fragilidad de la isla.  Son todas medidas consensuadas dentro de nuestro Plan de Marketing. No olvidemos que tenemos una isla pequeñita, con unos recursos finitos que entre todos tenemos que cuidar. Y esa también es una manera de concienciar. 

¿Cómo se toman estas decisiones dentro de su departamento? 

Para el plan de marketing hicimos más de 100 reuniones con el sector, con todos los actores de la cadena de valor. Lo presentamos hace dos años. El sector obviamente lo acogió de buen grado y estamos intentando implementar lo que en ese momento se consensuó. Tú hablabas antes de esa, no digo turismofobia, pero sí de este movimiento un poco contra el turismo, que también tenemos que obviamente respetar y que hacerles caso. Cuando la gente tiene este malestar, hay que intentar buscar esa convivencia entre los que nos visitan y los que ya están en la isla. 

Tú hablabas antes de esa, no digo turismofobia, pero sí de este movimiento un poco contra el turismo, que también tenemos que obviamente respetar y que hacerles caso. Cuando la gente tiene este malestar, hay que intentar buscar esa convivencia entre los que nos visitan y los que ya están en la isla

Ha habido dos manifestaciones: al principio de temporada y a finales de septiembre. Alrededor de 1.000 personas salieron a la calle en ambas citas bajo el lema ‘Pongamos Límites al Turismo, Cambiemos el Rumbo’. ¿Cuál es la postura del Consell respecto a estas protestas? 

En primer lugar, que son perfectamente respetables. Cuando hay un descontento, es normal que la gente acabe con manifestaciones. Han mantenido reuniones con el presidente del Consell -que es también el conseller de Turismo-, por parte de todos los promotores y organizadores de las diferentes manifestaciones. Yo insisto que esto, más que un problema de masificación, es un problema de vivienda, es la raíz del descontento. Tenemos un problema serio con el intrusismo. Al final, la oferta ilegal también es algo que estamos persiguiendo desde hace mucho tiempo. El otro día leí una multa de 800.000 euros en la ciudad de Eivissa. Estas sanciones crean un efecto disuasorio que va a permitir que todas esas viviendas que están en residenciales, lo cual está prohibidísimo en Eivissa, volverán al parque de viviendas para poder alquilar a trabajadores y a funcionarios públicos sin necesidad de prohibir el alquiler turístico en su totalidad. 

Los manifestantes pedían también la reducción de cruceros en la isla. Dicen que el año pasado se llegó al compromiso de que solo podían coincidir dos a la vez en el puerto de Eivissa y que esto no se ha respetado. ¿Cómo se puede solucionar? 

Los calendarios se hacen a dos años vista. A mí lo que más me preocupa, más que los cruceros que acaben llegando a Eivissa en un momento determinado, es la capacidad que tengamos para gestionar dónde se ponen y cuándo la gente baja a la isla. Al final, lo que tenemos que hacer es dar servicio.

Otra de las reivindicaciones de las entidades y ciudadanía fue “prohibir los jets privados y la reducción de megayates y embarcaciones de gran cilindrada”.  

Estamos en el top cinco de aeropuertos que los reciben. Es el turismo de alto poder adquisitivo. Es importante porque cubre una parte de la demanda, aunque sea minoritaria. No tengo una varita mágica ahora para darle una solución, pero se tendrá que consensuar lo que sea mejor para la isla. Se tendrá que ver cuál es la capacidad de carga de Eivissa. Las infraestructuras son las mismas que hace muchísimos años y la población también ha crecido mucho. Los ibicencos también tienen que hacer examen de conciencia: teníamos alrededor de 160.000 vehículos censados y somos 160.000 habitantes.

¿Hay alguna previsión de cuándo se va a hacer este estudio? 

 Se están tomando medidas. El año que viene se empieza a controlar el tema de coches. Se tendrán que reducir los vehículos de alquiler y las caravanas para que no puedan entrar indiscriminadamente. 

¿Y para megayates y jets privados y chárter náuticos no se han previsto estas restricciones? 

 Se ha empezado por lo más urgente. Para ello también hay que hacer un soporte muy importante con el transporte público y hay que dar soluciones antes. Tenemos que aspirar a regular la saturación que muchas veces vemos o intuimos en carretera.

El Consell habla de turismo sostenible. ¿Cuáles son las medidas en cuanto a promoción que se toman para este turismo sostenible? Informes de diferentes entidades entre las que se encuentran Greenpeace o Extincion Rebelion aseguran que la mayoría de la contaminación a nivel mundial procede de jets privados y megayates y, en general, de las actividades llevadas a cabo por el 1% de la población, los más ricos.

Desconozco estos informes. No los he leído, pero sí que te puedo decir lo que pensamos nosotros en cuanto al turismo sostenible. Buscamos el perfil de turista de un poder adquisitivo medio alto, que venga a la isla a respetarla, que venga a la isla a saber que viene a un territorio frágil. Tendremos problemas dentro de un tiempo y ya los estamos teniendo con el agua y los residuos. Por eso, queremos turistas que vengan fuera de esos meses principales de temporada, que no vengan a Eivissa en julio y agosto, que ya tenemos el cupo hecho desde hace tiempo. Ese es el turismo sostenible que estamos buscando que se integre dentro de la isla y que sea respetuoso con todo el entorno y con la fragilidad que tenemos. 

Queremos turistas que vengan fuera de esos meses principales de temporada, que no vengan a Eivissa en julio y agosto, que ya tenemos el cupo hecho desde hace tiempo. Ese es el turismo sostenible que estamos buscando que se integre dentro de la isla y que sea respetuoso con todo el entorno y con la fragilidad que tenemos

Otra propuesta de los manifestantes ha sido la restricción de venta de propiedades a no residentes. 

No sé legalmente si podemos evitar que un holandés, un alemán o un inglés compre en Ibiza. Creo que a día de hoy esto es inevitable, que habría que buscar leyes a nivel de comunidad económica europea. Pero, por ejemplo, con todos estos hogares que se han cedido al Govern para que se hagan viviendas a precio tasado al menos conseguiríamos que no fueran a parar a manos de extranjeros y que no hubiese esa especulación. Esa es una de las medidas que se podrían hacer.