Un diputado balear de Vox abandona el grupo parlamentario a solo cinco días del debate para echar al ultra Le Senne

Esther Ballesteros

Mallorca —

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El diputado de Vox en el Parlament balear Agustín Buades ha abandonado este viernes el grupo y permanecerá en el la Cámara autonómica como diputado no adscrito. La decisión se produce en un momento crítico, apenas cinco días antes del pleno extraordinario que, el próximo martes, deberá debatir el cese de presidente del Parlament, Gabriel Le Senne (Vox), por romper en el hemiciclo el retrato de la republicana Aurora Picornell y las conocidas como 'rojas del Molinar' -fusiladas por los franquistas la noche de reyes de 1937- mientras se debatía la derogación de la Ley balear de Memoria Democrática. La salida de Buades deja a la extrema derecha con seis diputados.

Tras anunciar su decisión, Buades, uno de los diputados díscolos que el pasado mes de enero votaron para expulsar del grupo a la presidenta del partido, Patricia de las Heras, y al propio Le Senne, amenazando con dejar a Vox prácticamente pulverizado en el Parlament, ha convocado una rueda de prensa en la que ha achacado su decisión a su desacuerdo con la adoptada por la dirección nacional del partido de romper unilateralmente sus pactos con el PP.

“De repente en Madrid, sin dar ni una sola explicación, sin consultarnos nada, rompen unilateralmente ese acuerdo. Rompiendo ese acuerdo de 110 puntos [en alusión al acuerdo programático firmado al inicio de legislatura con los populares en Balears], Vox se ha quedado sin poder aplicar esos 110 puntos, que tanta ilusión teníamos”, ha expresado, en declaraciones a los medios, a las puertas del Parlament.

Buades ha indicado que, aunque deja el grupo, no ha solicitado la baja del partido, confiando en que éste “respete” su decisión. También ha aseverado, en relación con Le Senne, que lo “coherente” es que deje la presidencia del Parlament a raíz de la ruptura del pacto entre PP y Vox, si bien ha avanzado que votará en contra de la solicitud de la izquierda para apartarle.

El parlamentario ha anunciado su salida minutos antes de la apertura del registro del Parlament, pero ha formalizado la renuncia poco después. En el escrito solicita que se le permita continuar en la Comisión de Asuntos Sociales de la que formaba parte con Vox -de hecho, es el secretario de la Mesa de la Comisión- y que se le asignen medios materiales para su trabajo como diputado. En concreto, reclama “una mesa y lugar de trabajo y adecuado y digno para poder seguir ejerciendo el derecho de representación política”. Buades forma parte también de la comisión de Participación Ciudadana y es miembro suplente de la Diputación Permanente.

El pasado mes de mayo, Buades firmó una moción en la que reclamaba al Govern balear del PP que “contribuya a la prevención de las rupturas familiares” mediante intervenciones de orientación familiar y mediación. Buades es exdirector del Instituto Balear de la Familia y durante los últimos años se ha mostrado severamente crítico con las políticas progresistas dirigidas a luchar contra discriminación por orientación sexual, identidad o expresión de género, al considerarlas “un ataque a la libertad de pensamiento” en materia de sexualidad.

Respecto al pleno del próximo martes, la remoción instada por la izquierda contra Le Senne necesita forzosamente del 'sí' del PP para salir adelante, sin que baste una abstención. Con todo, la salida de Buades no altera los equilibrios en ese sentido dado que una moción de este tipo necesita tres quintas partes de la Cámara.

No obstante, el voto de Buades sí podría cobrar relevancia en otros escenarios: el PP suma 25 diputados, los mismos que toda la izquierda junta. No obstante, la presidenta del Govern, la popular Marga Prohens, suele contar con el voto del diputado de Formentera, Llorenç Córdoba, y del no adscrito -y también exdiputado de Vox- Xisco Cardona.

El debate de la moción para destituir a Le Senne aviva un inicio de curso político agitado por la ruptura de Vox con el PP en las autonomías a cuenta del reparto de menores migrantes. Pese al anuncio de Santiago Abascal el pasado mes de julio, el cisma no se ha materializado todavía en consecuencias concretas en Baleares, donde Vox no estaba integrado en el Govern sino que le brindaba apoyo externo en virtud del pacto rubricado por ambos.

La presidenta Prohens defendió en su momento -y mantuvo recientemente- que el pacto que Vox da por roto incluía la presidencia de Le Senne, unas palabras se han interpretado como una sugerencia de que si la extrema derecha rompe su acuerdo, Le Senne debía dejar la presidencia -de hecho, Prohens dijo que “no se entendería otra cosa”-. No obstante, el PP ha procurado no revelar sus cartas y, hasta el momento, ha rechazado anticipar cuál será el próximo martes el sentido de su voto.