Fue una de las grandes promesas electorales del PP y los escollos no han tardado en aparecer. En Mallorca, los conservadores anunciaron a bombo y platillo que una de las primeras medidas que impulsarían si llegaban a gobernar el Consell Insular -como lo están haciendo con el apoyo de Vox- sería eliminar el carril Bus VAO que se extiende a lo largo de 4 kilómetros de la autopista de Llevant, entre el Palacio de Congresos de Palma y el aeropuerto. Pero la decisión no pueden adoptarla de forma unilateral, sino que necesitan la anuencia del Gobierno y, más en concreto, de la Dirección General de Tráfico (DGT).
El carril Bus VAO fue una de las iniciativas puestas en marcha por el anterior equipo de gobierno, integrado por PSIB, Podemos y los ecosoberanistas de Més per Mallorca, en línea con lo efectuado en otras ciudades como Madrid, Sevilla, Málaga y Granada. El objetivo, mejorar la distribución del tráfico, incentivar el uso del transporte público en detrimento del vehículo privado y caminar hacia una movilidad más sostenible.
En concreto, los vehículos que pueden circular por este carril son los de alta ocupación: autobuses, taxis (en servicio o fuera de servicio), motocicletas de dos y tres ruedas, vehículos para personas con movilidad reducida (con señal V15) y cero emisiones, vehículos de emergencias y vehículos con dos o más ocupantes tanto privados como públicos.
Para poder suprimir el carril, el presidente del Consell, Llorenç Galmés, ha reclamado “de manera inmediata” un encuentro con la delegada de Gobierno en Balears, Aina Calvo, y con la delegación de la DGT en las islas. Su intención pasa por reunirse “cuanto antes” para cursar la petición antes de las elecciones generales del próximo 23 de julio. Galmés sostiene que la puesta en marcha del carril Bus VAO fue una “imposición de la izquierda” que provoca que la gente “esté más nerviosa al entrar a la capital”.
Numerosos estudios e informes señalan, sin embargo, que desde que este tipo de carril reservado para la circulación de vehículos con un número mínimo de ocupantes entrase por primera vez en funcionamiento a finales de los años sesenta en Estados Unidos y, varias décadas después, en distintas ciudades europeas, se ha convertido en una medida ampliamente aceptada como forma de luchar contra la congestión sin necesidad de construir nuevos carriles y autopistas.
Mallorca, el territorio con más coches por habitante
En Mallorca, el carril Bus VAO entró en funcionamiento el pasado mes de noviembre y, desde entonces, ha permitido, en palabras del exconseller insular de Movilidad Iván Sevillano (Podemos), priorizar y dar fluidez al transporte público y el uso del vehículo compartido.
Todo ello en una superficie que cuenta con la mayor cantidad de vehículos por habitante de todo el Estado -1,1 vehículos por habitante si se tiene en cuenta toda la población de la isla, un dato se dispara hasta los 1,3 si se contabiliza únicamente quienes puede conducir-, a lo que se suma el hecho de ser el territorio insular con el índice de intensidad turística más elevado del mundo, según un informe elaborado por los investigadores Carles Manera, Ferran Navinés y Elisabeth Valle, con el consiguiente y elevado consumo de recursos y utilización de infraestructuras.
“Queremos que sea una medida que marque un antes y un después en la movilidad de esta isla, sobre todo en los alrededores de Palma”, manifestó Sevillano tras la puesta en marcha del carril, una medida que, aseguró, fue “muy consensuada con todas las administraciones pertinentes”. El exconseller remarcó, además, que la iniciativa llegaba “para quedarse”. La elección del tramo entre el Palacio de Congresos y el aeropuerto se debe a que se trata de una zona con numerosas frecuencias de autobuses y a que es la única vía de entrada a Palma con tres carriles, lo que permite dedicar uno de ellos al carril Bus VAO.
Limitación de la velocidad a 80 kilómetros por hora
El PP, sin embargo, convirtió esta medida en uno de sus principales caballos de batalla bajo el alegato de que, desde su puesta en funcionamiento, los accesos a Palma están más colapsados. El anuncio de su supresión ya se ha topado con la oposición del sector del taxi, que vaticina que la decisión tendrá efectos negativos para sus usuarios dado que supondrá un incremento de las tarifas como consecuencia de los atascos. Los taxistas consideran que el carril agiliza las carreras, con la consiguiente reducción de los precios de las mismas.
Junto a la eliminación del carril Bus VAO, los conservadores se han propuesto tumbar, asimismo, la limitación de la circulación a 80 kilómetros por hora en la autopista dentro de los primeros 100 días de gobierno una vez que el departamento de Territorio, Movilidad e Infraestructura del Consell realice los pertinentes informes técnicos acerca de cuál es la velocidad apropiada para circular por la Vía de Cintura.
Tras conocer las intenciones del nuevo presidente del Consell, Sevillano recrimina que el PP “será el responsable del más que probable aumento de los accidentes en Vía de Cintura, si vuelven a aumentar la velocidad”. “Hablamos no solo de proteger el Medio Ambiente, sino de salvar vidas y evitar accidentes”, ha añadido. Asimismo, recuerda que, con la limitación de la velocidad, los accidentes en la autopista se han reducido un 88% en relación con 2020 y un 92% respecto a 2019. “Un dato vale más que mil palabras”, subraya.
En esta misma línea, la regidora de Podemos en el Ajuntament de Palma Lucía Ramis considera que el PP “es una amenaza para la salud pública”. “Sus políticas ecocidas de eliminación del carril Bus VAO y de la limitación de 80 kilómetros por hora en la Vía de Cintura ponen en riesgo la seguridad en nuestras carreteras y van a pagarse con vidas”, lamenta en su cuenta de Twitter.