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El president del Parlament balear, el polémico Gabriel Le Senne (Vox), ha reclamado el archivo de la causa abierta contra él por delito de odio en un juzgado de Palma por romper una fotografía de Aurora Picornell y las Roges del Molinar, conocidas víctimas del franquismo en Mallorca. En su escrito dirigido al juzgado, Le Senne, a través de su letrada, argumenta que el episodio se debe a “una reacción espontánea” ante el “desafío” de la diputada socialista Mercedes Garrido, sobre el ordenador de la cual estaba la imagen de las víctimas. El Juzgado de Instrucción número 1 de Palma cerró la instrucción a mediados del mes de diciembre, dando a las partes diez días para pronunciarse sobre la continuación del procedimiento. Próximamente, el juez determinará el archivo o la apertura de juicio contra Le Senne.
“Le cierra la pantalla del ordenador para que la fotografía deje de estar visible, acto seguido la diputada [Mercedes Garrido] vuelve a abrir la pantalla y el presidente reacciona instantáneamente tirando del folio pegado en el ordenador de la diputada, rasgándose el mismo, quedándose con la parte rasgada en su mano y depositándola en la papelera de inmediato, sin manipularlo de ninguna otra forma”, argumenta Le Senne, que se mantiene en el puesto gracias al PP. El escrito insiste en varias ocasiones en que el polémico president no rompió en varios trozos la fotografía. “Ni rompe en pedazos el trozo que se queda en la mano, ni las estruja”, subraya.
El presidente de la Cámara basa su argumentación en que de su declaración, así como de las del vicepresidente Mauricio Rovira y de los letrados, se desprende que “en ningún momento entonces o incluso con anterioridad se apreció por parte del presidente ninguna conducta de desprecio, falta de respeto o de humillación hacia nadie ni hacía ningún grupo de personas”. “El presidente no actuó con otra intención que dirigir, velar y mantener el orden del debate”, prosigue, recordando, además, que la intención de apartarle del cargo no prosperó. Para la letrada, es precisamente la espontaneidad del episodio lo que lleva a concluir la ausencia de dolo y, por tanto, la existencia de un delito de odio.
El escrito recuerda que fue en un debate sobre la derogación de la ley de memoria histórica cuando las diputadas socialistas que forman parte de la Mesa del Parlament, Pilar Costa y Mercedes Garrido, exhibieron, desde sus respectivos ordenadores hacia el plenario un folio “con las imágenes de personajes históricos y prominentes del Partido Comunista de Mallorca”.
El president asegura que, previo asesoramiento con los letrados y tras recibir quejas de diputados y grupos, ordenó a las infractoras retirar las fotografías. Al no acatar la decisión, Le Senne las llamó al orden sucesivamente hasta que a la tercera ordenó su expulsión, en aplicación del Reglamento.
En este punto, ahonda en que si Garrido y Costa hubieran atendido las instrucciones de Le Senne, “no se hubiera rasgado accidentalmente ninguna fotografía porque no hubiera sido necesario retirarlas, ya que lo hubieran hecho ellas mismas”. Esto, para la defensa del president del Parlament, “es prueba de que no era intención del presidente rasgar ninguna fotografía”.
El escrito en el que Le Senne pide el archivo de la causa se apoya también en el informe de un experto y letrado de las Cortes Generales que señalaba que la exhibición por los miembros de la Mesa del Parlament de signos o imágenes que entrañan un posicionamiento inequívoco acerca de las cuestiones que están siendo objeto de debate vulnera su deber de imparcialidad y que la actuación del president fue ajustada. La petición de sobreseimiento se apoya también en la declaración de Mercedes Garrido, que también reconoció que se trató de una sucesión de hechos rápidos e irreflexivos.